Zacatecas. Zara Monrroy y Yadira López participaron en el último día de actividades del 2º Encuentro de Literatura y Oralidad 

Con la participación de la poeta y cantante de rap seri, Zara Monrroy y la zapoteca, feminista y socióloga rural, Yadira López Velasco, culmino el 2° Encuentro de Literatura y Oralidad en Lenguas Mexicanas, que formó parte del Festival Zacatecas del Folclor Internacional (FZFI) “Gustavo Vaquera Contreras” 2019.

Ambas participaron en la mesa de diálogo “Preservación de las lenguas indígenas en los medios de comunicación masivos”, en la que coincidieron que plataformas como las redes sociales han sido su principal fuente de difusión y donde han podido dar a conocer su trabajo y llegar a los jóvenes.

Zara Monrroy, que viene de una familia nómada del desierto de Sonora, compartió las dificultades que enfrentó al practicar y fusionar ritmos musicales de actualidad con algunos elementos de su comunidad y su propia lengua.

De conocimientos adquiridos por las enseñanzas de su padre, sin ninguna preparación académica, Zara es es la primera mujer que sale de una comunidad del norte del país, para dedicarse a la música, impartir talleres a niños, así como a distintas actividades en beneficio de su comunidad.

Yadira López, por su parte, compartió lo difícil que fue para ella desprenderse de su comunidad y de sus raíces. En la ciudad tuvo que adaptarse al idioma y a una nueva forma de vida, y fue la educación académica lo que le hizo tener que reencontrase con sus orígenes, volver a su lengua materna y a su pueblo. 

La escritora zapoteca regresó a su comunidad y dijo que hizo un rescate de ella misma y de su pueblo a través de sus cuentos y poesía. Recogió en su temática la sexualidad de las mujeres indígenas así como tópicos de cocina, prácticas y costumbres de su pueblo.

Antes de que concluyera la mesa, las participantes compartieron sus habilidades: Zara Monrroy cantó una de sus composiciones, fusión de cantos en su lengua de origen con el hip hop; Yadira López leyó un cuento que habla de lo que sintió en el momento de dejar su pueblo costero y llegar a la ciudad.