Opinión

Andrés M LOManuel Ibarra Santos

Andrés Manuel López Obrador cumplió el primer año en la conducción del poder de la República, a la cabeza de un gobierno de impresionante vértigo, de rápidos ajustes y de modificación insospechada <como nunca antes en la historia contemporánea de México> de los rituales tradicionales de la política, todo dirigido al deshielo y destrucción del viejo régimen político, para sentar las bases de uno nuevo.

AMLO ha hecho posible así, no una época de cambio, sino un cambio de época, como lo sentenciaron en sus obras los sociólogos del sistema-mundo, entre ellos Immanuel Wallerstein (1930/2019), colocando en el centro de las prioridades, la atención a los pobres.

En este cierre del primer año y el comienzo del segundo en la era de López Obrador, hay un elemento tranquilizante para los zacatecanos: el gobierno de Alejandro Tello ha transitado de la fase de las diferencias, del desafío y el choque, a un periodo de disciplina, respeto, colaboración y cooperación con la administración federal. Lo anterior es positivo para nuestro Estado.

Este hecho, por sí sólo, puede explicar el apoyo que la administración federal dispensó al gobierno de Zacatecas para enfrentar sin contingencias el cierre de compromisos económicos del 2019, entre ellos los recursos autorizados para el pago de la nómina de los maestros y la recuperación de más de 400 millones de pesos del Fondo Minero de los años 2016 y 2017, que se utilizarán para ejecutar obras de infraestructura.

A eso mismo obedecen las condiciones para integrar un razonable presupuesto estatal de egresos para el 2020, que fortalece la gobernabilidad y la estabilidad, a fin de superar el escenario catastrófico que se había trazado hace apenas un par de semanas antes, para nuestra entidad. ¿Qué otra cosa más se habrá pactado? Ya lo sabremos en el 2021.

Contrario a sus tres inmediatos antecesores, López Obrador ha tomado la firme decisión de emprender, sin simulaciones, los cambios necesarios para desmontar el viejo régimen fundado en el pacto de corrupción e impunidad, que operó por años en México.

Para conducir el desmontaje de las estructuras del antiguo régimen, el  gobierno de López Obrador trabaja en cuatro direcciones: primero, en una profunda reforma jurídica para combatir la corrupción y acabar con los privilegios; segundo, se impulsa un nuevo modelo de economía moral que ayude a redistribuir la riqueza; tercero, se construye un renovado sistema nacional de partidos, cercanos a la gente, que ayuden a consolidar un paradigma de moderna democracia; y cuarto, se estimula un conjunto de políticas sociales para beneficio  de los más pobres.

LAS REFORMAS A LA CONSTITUCIÓN:

Sabedor de que el derecho es la correa de transmisión de los grandes cambios sociales, López Obrador, en estos primeros doce meses, ha promovido una serie de importantes leyes y reformas a la Constitución.

Se pueden destacar las siguientes iniciativas avaladas por abrumadora mayoría en el Congreso de la Unión: 1)Ley de Combate a la Corrupción; 2)Ley de Austeridad Republicana; 3)Ley de Extensión de Dominio; 4) reformas jurídicas para castigar la evasión fiscal y el fraude electoral; 5) eliminación del fuero presidencial; 6) la revocación de mandato y la consulta popular; 7)la nueva ley laboral que garantiza a los trabajadores el voto libre, secreto y directo, en los sindicatos; y 8) la cancelación de la mal llamada reforma educativa de “Peña”.

LA ESTABILIDAD, LA CONFIANZA Y LOS GRANDES RETOS.

Al presentar un balance de su primer año de gobierno, López Obrador fue autocrítico y reconoció que dos expedientes de sus políticas merecen mejores resultados: la lucha en contra de la violencia criminal y la inseguridad, así como en apuntalar el crecimiento y el desarrollo económico.

A pesar de las circunstancias adversas registradas en los más recientes 12 meses, se generaron este año en el país – de acuerdo a datos oficiales del IMSS-, más de 648 mil empleos, sin contabilizar las opciones creadas por los programas sociales.

Hay un dato para ilustrar el optimismo: se mantienen los niveles de estabilidad financiera y política. En el contexto internacional y nacional se preserva la confianza. Tal vez por eso, en los primeros nueve meses de esta administración federal la Inversión Extranjera Directa superó los 26 mil millones de dólares y más de 32 millones de turistas extranjeros visitaron México.

El otro factor que genera optimismo y confianza, es la implementación del programa nacional de infraestructura por más de 800 mil millones de pesos. Y es aquí, donde Zacatecas debe procurar que se le tome más en cuenta.

e-max.it: your social media marketing partner
Guadalupe