Opinión

astabanderazócalo HazelZamoraMendietaCarmen R. Ponce Meléndez/ Monedero

Cimacnoticias

Covid-19 como pandemia no sólo tiene efectos en la salud de las personas, también en la economía de los países, una economía globalizada. Si bien como virus no discrimina, “nosotros los humanos seguramente lo haremos, formados y animados como estamos por los poderes entrelazados del nacionalismo, el racismo, la xenofobia, y el capitalismo”, sentencia la filósofa y académica Judith Butler y tiene toda la razón.

Habrá más desempleo dice la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y mayor pobreza para Latinoamerica afirma la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Ambas, pobreza y desempleo son significativas para las mujeres.

El escenario “natural” del virus es la desigualdad de género y la enorme concentración del ingreso, la mujer desigual entre las desiguales. Ese es el enorme reto del país para enfrentar esta pandemia: trabajadoras sin derechos, donde la cuarentena o lavarse las manos es un privilegio.

Ya están aquí los primeros indicios de una posible recesión económica. Caídas en las bolsas de valores del mundo, subida exorbitante del dólar, un desplome de los precios del petróleo y, se desacelera la actividad económica en todos los sectores, sólo en la industria es de -3.5 por ciento (2020).

La caída del peso es de 34.2 por ciento -del 31 de enero al 20 de marzo del año actual-, ya que el precio peso/dólar interbancario paso de 18.06 a 24.24 pesos, según datos del Banco de México, la estimación de SHCP para 2020 era de 20.00 pesos (ver gráfica).

Se afectan las finanzas públicas por el pago del servicio de deuda (pago de intereses), así como las empresas que han contraído deudas en dólares y todas las importaciones, que también se pagan en dólares, como las gasolinas .Son factores para la disminucion de las actividades y del empleo.

Aunque las finanzas públicas ya no están petrolizadas ni la economía del país, la terrible caída de los precios del petróleo si impactan, son un revés. Para el 20 de marzo de este año el precio del barril es de 14.54 dólares; desde 1999 no se tenía un precio así. El desplome es de 4.5 veces, ya que en enero de este mismo año el precio era de 66.11 dólares. Todo se originó con la postura de Arabia Saudita (brazo de Estados Unidos en materia petrolera), simplemente incrementó su producción y bajó el precio con un efecto dominó.

La proyección original de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público era de 49 dlb, aunque existe una cobertura ésta no cubre el 100 por ciento la diferencia en el precio, por lo consiguiente tampoco en los ingresos de las finanzas públicas, las que sostienen los programas de bienestar y un pivote básico de este gobierno:  la recuperación de PEMEX y de la soberania energética.

Todas la estimaciones del crecimiento económico son negativas y van de mal en peor, la mínima es de 4.0 negativo y de ahí baja hasta -5 o -6 por ciento; la última cifra negativa que se tuvo fue del 6 por ciento en el gobierno de Calderón con la crisis 2008-2009,  y todavía soplan vientos de esos lodos. 

No solamente el gobierno es un agente económico, tambien están las empresas y… las mujeres. Para todas y todos es un enorme reto enfrentar esta pandemia económica y el tema de salud, no se sabe a ciencia cierta donde inicia una y dónde termina la otra. Se contrajo el consumo, pero también la inversión. En las crisis no todos pierden, se reconcentran los capitales.

La desigualdad marca la vida del país y de sus agentes económico-sociales. No es lo mismo lavarse las manos (prioridad número uno),  en la colonia Nápoles de la Alcaldía Benito Juárez (CDMX), que lavarse las manos en Huajuapan de León, Oaxaca, o en un municipio de la Sierra de Guerrero. Se estima que más de la cuarta parte (27.0 por ciento) de la población no cuenta con agua entubada dentro de su vivienda o que al 36 por ciento no le llega el agua, es un gran lujo poder lavarse las manos, lo más elemental.

Esta Ciudad está tapizada de puestos ambulantes de comida, si acaso 1 por ciento tienen agua corriente; ahí comen todos los días miles de trabajadoras porque es una comida barata y de alto contenido calórico como las famosas guajolotas. ¿Quién se lava la manos? ni los que preparan los alimentos, pero tampoco lo comensales, ya empezaron a poner gel. Es muy poco confiable la higiene, para el COVID-19 y para lo que sea.

Al igual que no es lo mismo ser empresa transnacional que pequeña y mediana empresa nacional, éstas últimas también son pobres y no están reprentadas por el CCE. En tiempos de pandemia económica se puede barrer con muchas de ellas y claro, con los empleos que ahí estan o estaban. Es indispensable generar apoyos con políticas que protejan el empleo, el empleo de muchas mujeres, porque ese es su principal espacio laboral. Seguramente ya hay paros técnicos, aunque no se anuncien.

Habrá nuevos procesos de reconcentración de las gigantes absorbiendo a todos las pequeñas y medianas empresas que no puede aguantar la crisis. Más desigualdad social y económica.

Al momento no se sabe a ciencia cierta si serán suficientes los 180 mil millones de pesos que el Congreso aprobó para enfrentrar esta contingencia. Ante la inminente pérdida de empleos y de ingresos el día 21 de marzo la Jefa de Gobierno dirigió un mensaje a los empresarios, exhortándolos a colaborar con medidas excepcionales, porque también son condiciones más que excepcionales.

En la misma medida en que se ignora el tamaño del golpe, no se puede decir si bastará con los 180 mil millones de pesos que el Congreso aprobó para hacer frente a la emergencia sanitaria y económica.

Tal parece que por desgracia lo que prevalece entre los empresarios es la mezquindad, en redes circula el anuncio de Alsea (corporativo de varias empresas retauranteras). Resulta que 20 de ellas decidieron darle un mes de “ausencia” a sus trabajadoras y/o trabajadores, pero sin sueldo, ahí están: Starbook, Vips, Italiannis, entre otras. 

Una medida en la total ilegalidad, porque aunque usted no lo crea existe una Ley Federal del Ttrabajo que a la letra dice: “En caso de contingencia sanitaria se deberá pagar un salario mínimo por parte del patrón a las trabajadoras cada día de suspensión con límite de 30 días”. Cap.III, Art. 42 y 429. Fracción IV.

Es sabido que la Secretaría del Trabajo sólo puede intervenir “a petición de las partes”, pero como eso no va a suceder y estamos en una crisis que puede hundir al país, se reqiere, es indispensable la voz de la Secretaría del Trabajo, para éste y todos los casos que se presenten. Permitir esta arbitrariedad sienta precedente y lo harán las demás empresas, impunemente

¿Qué hace una jefa de familia en esta situación? no cuenta con suficientes ahorros para esto o para el desempleo inminente; son 5.4 millones y la mayoría con empleos muy precarios. En el outrsourcing (terciarizacion), se estima que hay 4 millones de mujeres y más de 1 millón de jefas de familia, todas sin servicios del IMSS o ISSTE, sin derecho laborales.

Datos de Inegi dicen que son 30.9 millones de personas sin derechos laborales (cero ISSSTE o IMSS): 15.3 millones de mujeres en el comercio amulante con la misma problemática y 2.3 millones de trabajadoras domésticas; todas estas mujeres no cuentan con derechos laborales como la salud, y hoy enfrentan al Covid-19.

Meterse en el campo de la salud es complejo, nadie en su sano juicio puede negar la importancia que reviste la medicina social, un buen sistema de salud pública, con gratuidad en los servicios, el derecho a la seguridad social; todos estos elementos fueron vituperados por Tirios y Troyanos, cuestionando la pertinencia de un INSABI. Hoy ¿qué proponen? qué sería de este país sin esos médicos y demás personal de la seguridad social. Las dos conferencias diarias del doctor López Gatell y su equipo, tienen al país en vilo, lo sostienen.

Nuestra realidad. En el comercio informal hay 26 millones de personas que de ninguna manera pueden darse el lujo de una cuarentena, viven al día y ya saben que menguarán sus ingresos, porque hay menos gente en la calle y con menor salario.

Para remate la pesadilla de Trump quiere cerrar la frontera, tiene un grave problema porque ahí ni sombra de un sistema de salud pública. Han suspendido muchas actividades económicas, con una excepción importantísima: la producción de alimentos, el trabajo de personas jornaleras agrícolas mexicanas, o centroamericanas. En medio de una pandemia mundial, se le pide a una de las poblaciones más marginadas de Estados Unidos, las y los trabajadores agrícolas, que trabajen.

Según el Centro Occidental de Salud y Seguridad Agrícola de UC Davis, alrededor de la mitad de la población de trabajadores agrícolas en California no tiene cobertura de atención médica. Que todo esto sirva de recordatorio: Estados Unidos necesita trabajadores agrícolas y la mayoría provienen de México, South of the Border. La frontera que quiere eliminar.

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