Manuel Ibarra Santos
En el actual contexto de crisis múltiple -económica, de salud y educativa- producida por el coronavirus, muchas naciones han colocado a los maestros y maestras como un sector prioritario de atención, por lo que representan para el desarrollo social.
Lo menos que se les puede ofrecer a los docentes, es la aplicación de la vacuna contra el virus, para poner de pie al sistema escolar. Pero en México y Zacatecas no ha sucedido así, ni bajo el principio de “más vale tarde que nunca”.
Al contrario, a los profesores y profesoras se les ha sobre/recargado con múltiples tareas pedagógicas, administrativas y de gestión, sin que hayan merecido un mínimo reconocimiento de parte de la autoridad. Su desempeño que es fundamental para la prosperidad colectiva, aparece en esta etapa de pandemia, invisible a los ojos de innumerables actores de la sociedad.
En nuestro país prestan servicios en el sistema educativo mexicano más de dos millones de profesores, que atienden a 36.6 millones de estudiantes en 262 mil planteles, de todos los niveles escolares (Fuente: SEP/2021).
En el caso de Zacatecas, casi 27 mil trabajadores de la educación se desempeñan en los niveles básicos, como son preescolar, primaria y secundaria. A eso habría que agregar los de bachillerato y enseñanza superior.
Lo menos que podemos preguntarnos es qué servicios adicionales de atención a la salud se han ofrecido a los profesores y profesoras de Zacatecas, en este traumático periodo de emergencia sanitaria. ¿Se han implementado incentivos nuevos a su desempeño? ¿Se les ha dotado de recursos didácticos y tecnologías para cumplir con su misión?
La respuesta es obvia: Los docentes no han recibido hasta ahora apoyos extraordinarios para el ejercicio de su trascendente función educativa. Son invisibles en sus tareas y se les ha olvidado a las autoridades que, sin el trabajo de los profesores, poco o nulo porvenir tiene nuestra sociedad. Y en el colmo de la insolencia se les ha excluido como sector altamente prioritario en la aplicación de la vacuna anti-covid-19
En el mundo existen hoy voces diversas que demandan y exigen que a las profesores y profesoras se les otorgue una atención prioritaria en materia de salud.
Por ejemplo, la Internacional de la Educación (IE), que es el gremio magisterial más numeroso del planeta, con 36 millones de profesores afiliados, ha convocado a los gobiernos nacionales a definir políticas de atención prioritaria a los profesores y profesoras, con la finalidad de que los sistemas escolares retornen a la actividad cotidiana.
El equipo especial Internacional sobre Docentes para la Educación 2030, ha lanzado la convocatoria para la acción mundial a favor de los profesores y profesoras, con miras a destacar las medidas fundamentales que deben tomar los países para apoyar a los docentes durante la pandemia.
La UNESCO y la Internacional de la Educación (IE), han invitado a los gobiernos de todos los países a incluir a los docentes como grupo prioritario en los planes nacionales de atención frente a la pandemia.
En forma específica, La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura lanzó una plataforma de colaboración, apoyo e intercambio de experiencias para proteger a los maestros y maestras, así como para promover la defensa del derecho a la educación de la población, frente al escenario de la actual crisis.
La plataforma dada a conocer al respecto por la UNESCO se conoce bajo el nombre “Coalición Mundial por la Educación”.
En dicha plataforma se han sumado las más variadas instituciones internacionales, así como muchos gobiernos nacionales, cuya finalidad es proteger a los profesores y profesoras ante la pandemia. En el caso de México y Zacatecas, al contrario, se les mantiene en un trato marginal.
Frente a esas demandas internacionales, los sindicatos magisteriales y las autoridades han sido omisas. Quien ha levantado la mano en favor de los profesores. En verdad nadie. Entonces, dónde queda la sentencia de que “La Voz de la Patria son los Maestros”.
EL ANTIVIRUS PARA LOS PROFESORES:
Ojalá los sindicatos magisteriales pudieran gestionar y ejercer la correspondiente presión necesaria para que a los maestros y maestras se les incluya como un sector prioritario en los programas de atención para la salud. Es lo mínimo que merecen.
Y es que la función de los educadores y educadoras es esencial para reactivar la vida de la República y saltar la encrucijada que ha impuesto a nuestra sociedad la pandemia sanitaria.
Los maestros y maestras son columna fundamental de la educación, pero también motor incuestionable de la transformación de la sociedad. Por eso no hay que olvidarlos y maltratarlos.
LOS SINDICATOS INVISIBLES.
Los sindicatos que representan a los maestros y maestras quedaron igualmente pasmados y paralizados ante la magnitud de la tragedia generada por la crisis sanitaria y han dejado solos a sus agremiados. Hay que voltear a ver a los maestros y atender sus necesidades profesionales.