Opinión

editor guardarSilvia Núñez Esquer

Cimac Noticias

La primera noticia que tuvimos sobre el ataque armado frente al Palacio Municipal de Guaymas, Sonora, en pleno Día Internacional para la Eliminación de la violencia contra la Mujer, fue una publicación en redes sociales en donde una integrante del colectivo al que pertenecía Marisol Cuadras, defensora de Derechos Humanos privada de la vida en el ataque, revelaba lo que recién había pasado.

“Nos balearon”, fue la escueta frase con la que la chica se comunicó con sus conocidas y conocidos para informar que estaban resguardadas en el Palacio Municipal e incluyó su foto, todavía con lágrimas, tomada tal vez justo en el momento de la crisis. “Nos balearon”, dos palabras por demás significativas.

Residentes de Guaymas refieren que todo fue un caos. Al correr para intentar ponerse a salvo, varias personas resultaron heridas y otras, muertas.

Entre las personas privadas de la vida está Lucero Marisol Cuadras, quien junto con sus compañeras se manifestaba por fuera del Palacio municipal con una lona morada que rezaba: “¡Nos queremos vivas!”.

Uno más es el escolta de la alcaldesa de Guaymas Karla Córdova González, y otro hombre más que se encuentra en calidad de no identificado, estaba armado y portaba aparentemente estupefacientes, según el reporte de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora, ofrecido en un boletín y un video con mensaje de la Fiscal Claudia Indira Contreras López.

El gobernador del estado, Alfonso Durazo Montaño, reprobó categóricamente los hechos violentos en Guaymas, y ofreció condolencias a las familias de las personas fallecidas.

Informó también que autoridades de los tres órdenes de gobierno se encontraban en el lugar, apoyando las investigaciones para llevar ante la justicia los responsables.

La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora, en voz de su titular  se aventuró a decir que existe la posibilidad de que el ataque haya sido dirigido al Comisario municipal “en virtud de amenazas previas en lugares públicos y videos”.

Sin embargo, no afirmó como lo hace con cada muerte violenta de alguna mujer, que la de Marisol sería de inicio abierta la investigación como feminicidio.

Pronto la noticia corrió por todo el país, pues hoy día las colectivas se coordinan para realizar acciones conjuntas que suelen llevarse a cabo al mismo tiempo y están en comunicación.

Fue la propia Marisol quien publicó en sus redes sociales la convocatoria para que a manera de conmemoración del Día para la Eliminación de la Violencia contra las Mujer, tomaran simbólicamente el Palacio Municipal. Es por ello que se encontraban en ese lugar al momento de la agresión.

Este día el presidente de México al ser cuestionado por un periodista sobre el violento suceso de Guaymas, pidió al almirante José Rafael Ojeda Durán que respondiera “porque tenía más elementos”.

El presidente envió un abrazo a los familiares “de los que perdieron la vida”, sin mencionar a la joven que se manifestaba contra la violencia hacia las mujeres.

El almirante hizo una de las más desafortunadas y ofensivas declaraciones, pues revivió la horrenda frase que ninguna persona en México quisiera volver a escuchar: “Daño colateral”.

A Marisol la depositó en el departamento de “daño colateral” como lo hizo tantas veces Felipe Calderón cuando su ejército asesinaba inocentes mientras aparentemente combatía al crimen organizado.

Con ello, Ojeda nos baleó el corazón. Nos baleó la dignidad, nos baleó la esperanza de que el feminicidio de Marisol no sólo no quede impune, sino que no se repita contra otra joven.

“Desgraciadamente hubo daños colaterales ahí, un policía municipal, el propio sicario (sic) y una muchachita que estaba ahí como parte de la manifestación, que, por cierto, es hija de un miembro de la Secretaría de Marina-Armada de México”, expresó. “Vamos a tratar de tener más información de inteligencia para ir sobre ese grupo delictivo”, agregó.

Luego de sus declaraciones, el almirante debe disculparse públicamente con Marisol y con su familia en primer lugar.

En segundo lugar, con todas las víctimas que fueron asesinadas por no ser protegidas por el Estado, como debió ser Marisol pues la manifestación es un derecho, y estaba anunciada públicamente.

Nadie garantizó su seguridad a pesar de que se sabía que realizarían y realizaron la manifestación por fuera del palacio municipal. Se quedaron a la deriva, solas, casi como un escudo humano. Por ello, el almirante debe disculparse.

Sonora se encuentra en Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) desde el 20 de agosto pasado. A la fecha, no se ha instalado el Grupo Interinstitucional y Multidisciplinario para articular las acciones de las declaratoria.

Entre los seis municipios incluidos en el decreto, se encuentra Guaymas, que aparece constantemente entre los cien con presencia de feminicidio en el reporte mensual del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

En el más reciente 25 de noviembre, Guaymas ocupa el lugar 18, Cajeme el 17, Hermosillo el 28, Nogales el 29 y Caborca el 51. De enero a octubre del 2021 se han asesinado en Sonora a 119 mujeres y niñas, de los cuales se han clasificado como feminicidio 35 y como homicidio doloso 84.

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