Amenaza a la sustentabilidad productiva del campo, alertan en Día Mundial de la Conservación del Suelo
México, D. F. La erosión provocada por escurrimientos extraordinarios, la deforestación de las zonas altas y de manera fundamental por la falta de obras de conservación, se han convertido en la amenaza principal para la sustentabilidad productiva del campo, frente a la creciente demanda de alimentos y pocas posibilidades de incorporar nuevas tierras al cultivo de granos y oleaginosas.
Durante una ceremonia especial para celebrar el “Día Mundial de la Conservación del Suelo”, instituido por Naciones Unidas para conmemorar el aniversario de la desaparición física del científico norteamericano Hugh Hammond Benet, pionero en la lucha contra la erosión, se destacó que en México existe un rezago de más de tres décadas en cuanto a la atención gubernamental y de la sociedad para mantener los suelos en condiciones de productividad y garantía alimentaria de las futuras generaciones.
El doctor Manuel Anaya Garduño, investigador del Colegio de Postgraduados y director del Centro de Capacitación para el Aprovechamiento de Agua de Lluvia, dijo que el suelo es el elemento más susceptible de perderse por efecto de lluvias torrenciales y la acción de los vientos, como es el caso de México por la presencia de tormentas y huracanes, lo cual es agravado por la deforestación de las zonas altas, así como por otras actividades consideradas nocivas para la preservación de los suelos.
Puntualizó que en breve tiempo es posible perder la capa arable, que es el capital en los esfuerzos por hacer producir la tierra. Sin embargo, añadió, para recuperar de 15 a 20 centímetros de suelo, se requieren muchos años, que pueden ser tantos como una o dos generaciones.
El investigador del COLPOS se preguntó: ¿Cuánto más tiempo podremos ver que los suelos agrícolas y forestales se erosionan, se pierden, sin tomar medidas para su conservación e incremento?
Señaló que es tiempo de realizar una valoración sobre la importancia social, económica y sobre la conservación ambiental, no obstante que dos terceras partes del territorio nacional muestran erosión en sus grados de leve, mediana y severa, la pérdida de bosques y selvas es progresiva, no sólo por aprovechamientos fuera de control, sino por la presencia de plagas y enfermedades que, con ese argumento, se derriban a ras millones de árboles, sin una reforestación proporcional a la cantidad de árboles que se tiran.
Expresó que la comunidad científica del Colegio de Postgraduados está a favor de que se integre una Comisión Nacional del Suelo, sectorizada en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, en virtud de que las actividades institucionales de esta dependencia está muy relacionada con las operaciones de esa nueva Comisión.
Se refirió al mecanismo técnico sobre la facilidad con que los suelos pueden desaparecer, y dijo que un suelo susceptible de erosión, luego de una lluvia intensa, se “desorganiza” como consecuencia del taponamiento de sus espacios libres a los que llamó poros. “Lo importante de esto es que, cuando los ‘poros’ quedan sellados, el agua no se filtra y ambos elementos se pierden”.
En Estados Unidos el científico Hugh Hammond Benet, promovió y dejó un movimiento que persiste, sobre la conservación de los suelos y, lo más relevante es que, en 1935, creó una agencia federal nueva, que denominó “Servicio de Conservación de Suelos”, como parte del Departamento de Agricultura. Hoy, este científico es considerado como “el padre de la conservación de suelos”.