A sus 12 años Rodrigo y Ángel, de Vetagrande y Fresnillo, participaron en el Quinto Concurso de Matemáticas GAU55 2022, celebrado en Puerto Vallarta, Jalisco
Sólo dos estudiantes contestaron de forma perfecta un examen en el Quinto Concurso de Matemáticas GAU55 2002, celebrado en Puerto Vallarta, Jalisco, y ambos son de Zacatecas.
Ángel de la Cruz Martínez Almeida y Rodrigo Saldívar Mauricio, ambos de 12 años de edad y estudiantes de primer grado de secundaria, han coincidido en disertar sobre la fórmula que se necesita para no tener ningún error en esta evaluación.
Ya de vuelta en casa, con su reconocimiento y medalla en las manos, ambos estudiantes se sienten orgullosos y satisfechos de ver que las horas de esfuerzo y dedicación que han enfocado a sus estudios, hoy han dado frutos.
Aunque no es la primera cuesta de matemáticas en la que participan, están más contentos porque, después de dos años de pandemia, pudieron participar de manera presencial, con un viaje que les dejó experiencias inolvidables, como conocer el mar y las ganas de prepararse para su siguiente reto.
“Quiero dedicar mi vida a las matemáticas”
En la comunidad de San José de la Era, Vetagrande, en un entorno en el que prevalecen la humildad, los valores, el cariño y el respeto, creció Ángel de la Cruz Martínez Almeida, quien cursa el primer año de secundaria en la Técnica #25 J. Jesús Larios Guzmán, en la comunidad de Tacoaleche, Guadalupe.
Ángel está seguro de que el examen perfecto lo logró gracias a que trabajó mucho en su concentración, “no es solo saber matemáticas, se necesita leer y comprender bien los problemas porque, si no, te puedes equivocar y eso te hace perder”.
No es la primera vez que Ángel participa en un concurso de matemáticas, pues desde que cursaba el cuarto año de primaria comenzó a prepararse en la ciencia que le llamaba por demás la atención, y desde ahí no ha parado de ser reconocido en su esfuerzo.
Ángel muestra que es el reflejo del esfuerzo y el empeño que su mamá Esmeralda Almeida y su papá Abel de la Cruz Martínez han puesto para apoyarlo en seguir sus sueños.
“Ángel fue un niño, no travieso, más bien curioso, todo quería descubrir desde muy pequeño, desbaratando las cosas”, relata su mamá.
A los cuatro años aprendió a leer y escribir, incluso, se salía de las clases en el Jardín de Niños porque decía que se aburría, e igual le pasó en los primeros años de primaria, cuando, siendo su papá su maestro en primero y segundo grado, lo hacía renegar al decirle “tú ni me enseñas nada, papá, eso yo ya lo sé”, se ríen juntos Ángel y su mamá, mientras desenvuelven sus recuerdos.
Y de repente, en medio de la plática, los ojos de doña Esmeralda se llenan de lágrimas al decir lo orgullosa que está de su hijo Ángel, pero teme que en algún momento no lo puedan apoyar más porque cada una de sus participaciones representa gastos, que “no siempre podemos cubrir”.
Mientras tanto, Ángel no pierde las ganas y se sigue preparando, su sueño a corto plazo es ser seleccionado para participar en el Concurso Internacional de Matemáticas (IMC). “Sé que quiero dedicar mi vida a las matemáticas y a lo relacionado con la tecnología; todavía no sé qué voy a ser de grande, pero me gustan mucho las experiencias que estoy teniendo ahora”.
“Los nervios los dejo a un lado cuando tengo un examen”
Rodrigo estudia en el Colegio Cultura y Educación de Fresnillo, municipio de donde es originario.
También dice sentirse orgullo de haber obtenido el primer lugar en el V Concurso de Matemáticas GAUSS.
En esta ocasión, “logré resolver todos los problemas, pero no fue tan sencillo; han sido años de trabajo, disciplina y esfuerzo para obtener este premio”.
Rodrigo considera que, a lo largo de su preparación para las diferentes olimpiadas, ha desarrollado la capacidad de hacer los nervios a un lado en cuanto se sienta a resolver un examen, “porque los nervios no te sirven”.
Con mucha seguridad este jovencito recuerda que su interés por las matemáticas se remonta a sus primeros recuerdos de vida, pues le llamaba la atención resolver problemas, y cuando cursaba el cuarto de primaria se dio cuenta que existían concursos y de inmediato quiso participar.
A sus 12 años, Rodrigo ha competido con alumnos de bachillerato. El año pasado, cumplió uno de sus sueños; participar en el Concurso Internacional de Matemáticas (IMC) que se realizó en Indonesia de manera virtual y donde participaron niños de más de 30 países. En esta justa académica, obtuvo medalla de oro.
Considera que una de las mejores experiencias, en el reciente concurso en Puerto Vallarta, fue que se realizó de manera presencial, porque pudo conocer a más niños con sus mismos intereses e incluso ver el mar.
Asegura que le gustan tanto las matemáticas que ya se está preparando para su siguiente reto, que es, ser seleccionado para participar en la Olimpiada Nacional de Matemáticas para Alumnos de Primaria y Secundaria (ONMAPS) y en la Olimpiada Mexicana de Matemáticas para Educación Básica (OMMEB).
Agradece enormemente el apoyo que ha recibido de su familia, a quienes considera su principal motivación y la base fundamental para alcanzar sus logros.
Dos visiones de las matemáticas
Ángel y Rodrigo son dos niños de diferentes localidades con dos perspectivas y entornos diferentes, pero un objetivo en común: el amor por las matemáticas, las ciencias y por lograr el sueño de ser cada día mejores.