*El texto de Carola Isaacson recrea la historia de los individuos que habitaron la ciudad en la colonia
En el marco del segundo Festival de Día de muertos “Fray Joaquín Bolaños”, que coordina el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC), se presentó el libro La muerte en Zacatecas en el siglo XVIII de Carola Isaacson Brauntein.
La obra, editada por la Universidad Autónoma de Zacatecas, tuvo los comentarios de Georgia Aralú González Pérez responsable del proyecto editorial de la UAZ, y acudió en representación del IZC Héctor Ávila Ovalle, subdirector de Enseñanza e Investigación del propio instituto.
González Pérez destacó que el de Carola Isaacson Brauntein es un trabajo de 13 años y en el cual recrea la historia de los individuos que habitaron la ciudad de Zacatecas en la colonia: mineros, ganaderos, comerciantes, agricultores, religiosos, indígenas cuyos testamentos permiten dilucidar un poco el simbolismo que rodea al acto de morir.
Para la investigación del libro fueron recopilados 225 testamentos de los cuales 53 habían sido dictados por mujeres, dato clave para entender la manera en que la autor construye la significación del morir en Zacatecas, continuó González Pérez.
Aseveró que pese a las precauciones, cuidados médicos, rezos y consejos la muerte se presentaba sigilosa, silenciosa, a veces vociferando, arremetiendo, condenando, de modo que aquellos lo único que podían hacer era esperar el desenlace.
En el contexto cristiano prevalecía la certeza de una vida después de la muerte, y con respecto al pensamiento indígena todo era incierto; en opinión de Isaacson todo era mágico.
“La magia flotaba en el ambiente, en los cementerios, en las parroquias, en los altares, en la creencia prehispánica de que existió un lugar mítico rodeado de agua a donde iban a descansar las almas, para luego emerger en un nuevo cuerpo y con la posibilidad del nuevo comienzó”.
La autora explicó cómo surgió la idea del libro, basado en su tesis doctoral que lleva el mismo nombre, y que refleja la actitud ante la muerte de la sociedad zacatecana del siglo XVIII que vivía y se pronunciaba por una muerte cristiana, subordinada a la vida eterna dentro de las concepciones europeas occidentales.
Para lograr la investigación –aseguró- fueron revisados documentos de disposición de última voluntad del periodo colonial, como una muestra para un estudio de carácter cuantitativo y cualitativo con el que cuenta el libro.
En su momento, Héctor Ávila Ovalle dijo que la portada del libro corresponde a la réplica del original del artista contemporáneo H. R. Giger; se trata de uno de los primeros grabados hechos por el artista en los años sesentas.
En la presentación se compartió la lectura de los párrafos de algunos testamentos, en los que se manifiesta “la importancia” de la iglesia al ser depositaria de los bienes materiales de la sociedad de la época para la posible salvación de las almas.