Bañón, Villa de Cos, Zac. Para la familia Ortiz, en Bañón, Villa de Cos, es esperanza y para zapatos ortopéditos, ropa y comida, relatan
La Pensión para el Bienestar beneficia a las familias que habitan en las comunidades de Zacatecas por medio de un apoyo económico bimestral, el cual representa el principal ingreso para la mayoría de los adultos mayores y personas con discapacidad.
Es el caso de la familia Ortiz Ortiz, en la que tanto los abuelitos, Salvador y Gabriela, como su nieto, Noé, reciben el apoyo de la Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores y de las Personas con Discapacidad que cada bimestre llega a Bañón, localidad ubicada en el municipio de Villa de Cos.
El monto que recibe cada uno de ellos es de 2 mil 700 pesos, lo que se traduce en un ingreso total de 8 mil 100 pesos por bimestre que contribuye a mejorar las condiciones económicas de la familia, permitiéndoles cubrir sus necesidades más inmediatas.
Y es que antes de la pandemia de COVID-19, Don Salvador Ortíz García salía de su hogar para juntar plásticos y latas de refresco que luego vendía para poder obtener algún dinero que aportara al sostenimiento de su familia. Sin embargo, ya no ha podido continuar con esta actividad desde hace casi un año puesto que, por una parte, ha seguido la recomendación de quedarse en casa para evitar contagiarse, y por otra, la suspensión de celebraciones y fiestas, ha incidido en que casi no se encuentren envases “tirados por ahí”.
Por eso, Don Salvador dice que cuando se entera de que va llegar la Pensión del Bienestar a su localidad, “está uno esperanzado de recibir el apoyito, y está muy bien esta ayuda que nos dan, porque ya no podemos trabajar”. También agradece porque al incluir a los adultos mayores en este programa, “no nos han dejado de la mano con lo que más necesitamos; cuando ya no podemos hacer nada más”.
Coincide su esposa Gabriela Ortiz Melesio, también beneficiaria de la Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores, al manifestar que el apoyo que se les entrega cada dos meses “está muy bien y nos ayuda mucho”.
Gabriela, la hija del matrimonio Ortiz Ortiz es quien los acompaña a recibir sus apoyos económicos bimestrales a las mesas de atención. Ella, es también la joven madre de Noé, un pequeño beneficiario del programa Pensión para el Bienestar de los Personas con Discapacidad.
“Con el dinero de la Pensión le compró sus zapatos ortopédicos, o ropa y comida. Lo gasto más que nada en su persona; en pantalones porque los gasta mucho de las rodillas” refiere.
Gabriela también considera que la pandemia de COVID-19 les afecta a todos y a 11 meses de su inicio “ya nos sabemos ni cómo hacerle; los niños ya no pueden salir y tienen que cuidarse porque ellos, y nuestros padres son los más vulnerables”. Por ello, comentó que en su comunidad se tiene gran expectativa ante la llegada de la vacuna pues es necesario proteger a los adultos mayores.
Al respecto, Don Salvador afirma que tiene mucha esperanza en la inmunización contra el COVID-19, porque, como ya se vio en anteriores epidemias, la enfermedad va a quedarse, no se van a acabar de un día para otro, “entonces, yo tengo la fe, primeramente, Dios por delante, de que con esta vacuna que se está implementado a tiempo, se calme el virus”.
Recordó que cuando tenía unos cinco o siete años, no había vacunas, y él se contagió de sarampión, virus que “le pegó muy duro” y del cual se libró “con puras yerbitas” porque tampoco había medicinas. En razón de eso, considera que es muy importante que se haya encontrado la vacuna contra el Covid-19 y que se haya tomado la decisión de aplicarla a los adultos mayores en primer lugar.