CYNTHIA GARCÍA BAÑUELOS
I
INTRODUCCIÓN AL CONCEPTO DEL MODERNISMO
El Modernismo puede ser considerado como la unión del espíritu moderno del mundo antiguo y el espíritu antiguo del mundo moderno, es la síntesis de las inquietudes, ideales y sentimientos de una clase que alcanza su plenitud en los tiempos helénicos y su universalismo económico político, desde 1848.
Es también un mundo lleno de pasados y futuros que reúne en uno solo los valores artísticos, literarios y religiosos que han conmovido al hombre desde las culturas griegas.
En el siglo XIX durante el romanticismo se empiezan a generar las que serán premisas fundamentales del modernismo: conciencia de la individualidad desmesurada, sentimientos de soledad que remiten a lo fúnebre y nocturnal, que aparecen reflejados en el ambiente, el paisaje y el clima.
Una pasión recíproca por la vida y la muerte, que conduce a un éxtasis contemplativo. El refugio para sustraerse de la realidad y al mismo tiempo, lo ineludible de vivir una fe religiosa dividida en una añoranza y demonismo piadoso. El romanticismo en un vaivén de evolución desembocará finalmente en el modernismo.
La tendencia literaria que ejerció más influencia en el modernismo y específicamente en Rubén Darío, será el parnasianismo. Movimiento que surge cuando la turbulencia del siglo ha terminado, y las inquietudes se refugian en la naturaleza y la tranquilidad que expresa la discreción del movimiento y la belleza exterior de la vida.
Con la consolidación de la burguesía aparece el parnasianismo; que persigue la idea del hombre como un ser que debe gozar el placer que lo rodea, y que deriva en una tendencia a la belleza formal de los parnasianos y su preocupación por la búsqueda de medios expresivos perfectos, como el tratamiento eufónico del lenguaje.
El parnasianismo da pie a la ruptura entre romanticismo y modernismo, surgiendo una poesía decadente que será la primera representación del modernismo. Este movimiento irrumpe en la producción literaria en el momento en el que la burguesía europea agota todas sus posibilidades estéticas, el arte se impregna de desesperación nebulosa, melancolía metafísica, sentimientos evanescentes que surgen de un matiz imprecisable e indecible.
Las tendencias del modernismo se manifiestan en la fluencia musical de la palabra y la plasticidad de la materia sonora. Estas tendencias se derivan del impulso creador que coincide en la crusialidad de dos grandes ideas diferentes, la expresión de un elemento abstracto musical que traduce una mezcla de sentimientos que tienden a sintetizar lo universal; y la materialización del movimiento, ritmo que manifiesta la vida transformada en estremecimiento, idea escondida y subjetiva que refleja un estado del mundo interior.
Finalmente el modernismo según Rama, responde al “afán de autonomía”, de las recién conformadas naciones latinoamericanas, no sólo frente a la antigua madre Patria, sino también frente a los centros hegemonónicos que surgen con las otras expansiones capitalistas.
II
AMÉRICA Y EL MODERNISMO
La publicación de Azul, revoluciona las letras americanas, porque constituye una nueva manifestación de decir a través de la poesía renovada y la nueva prosa moderna. En los cuentos de Azul, Darío sitúa en la dirección literaria de América el estilo del cuento parisiense, algunos naturalistas y otras prosas poéticas, plenas de imágenes y caracterizadas por un metódico cálculo del lenguaje empleado en la construcción.
Podemos decir, que el modernismo es la primera aportación literaria realmente importante de la literatura latinoamericana al mundo. Su objetivo primordial se basa en la intención de renovar la expresión artística de la prosa y el verso, y pretende eliminar el lúgubre romanticismo adoptando y mezclando diversas corrientes y tendencias literarias; perfilando finalmente una literatura que reúne características como una expresión artística bella y elegante sin ser excesiva u obscura.
Para la historiografía literaria, el año de 1888, es el inicio del modernismo con la publicación de Azul. Texto en el que Darío como poeta se aleja del mundo cotidiano para hablarle sólo a aquellos capaces de comprender la preocupación estética del artista moderno: “el arte, por el arte”.
Las características de su poesía, que se convertirán en el modelo de los modernistas aparecen en una búsqueda de lo antiguo al tiempo de un espíritu cosmopolita, libre, selecto y elegante que contrastará con lo sagrado representado por la tierra, y lo pagano que se identifica con los constantes elementos retomados del mundo clásico griego.
Los personajes simbolizarán conductas que parecen extrañas o de aspectos exóticos, misteriosos o desusados. La fantasía se manifiesta en el uso virtuoso de las figuras literarias, que no parecen nunca excesivas y los valores o etapas vitales, sé dibujan apenas sugeridos por símbolos imperceptibles y desde luego el afrancesamiento y erotismo se vuelven imprescindibles.
El modernismo se convierte en la manifestación real de la independencia de América, la proclamación de ser modernista le permite al hombre latinoamericano, encontrar un camino que le conduzca a la consolidación de un espíritu propio de nación.
Esta manifestación social se representa de forma artística, en la independencia cultural que se manifiesta al ser creadores de un movimiento propio, que surge no sólo del hombre americano sino también de sus territorios los cuales aparecen retratados en la poesía y la prosa del poeta moderno.
La influencia francesa en ella, como se ha venido subrayando resulta obvia, sin embargo podemos decir que el modernismo es realmente americano, pues en Europa los que pudiéramos llamar sus orígenes, se consolidan como vanguardias en las que sólo aparece un lejano eco del modernismo hispanoamericano.
El modernista no elude su universalidad europea, al contrario la asume, pues se reconoce como parte de ella y de la cultura occidental.
III
RUBÉN DARÍO[1] Y EL MODERNISMO
Rubén Darío apoyándose en las experiencias poéticas del renacimiento, griego y occidental, evolucionó de manera más lenta que sus contemporáneos, pero indiscutiblemente con más éxito.
En Darío la etapa parnasianista, domina todo un periodo de inquietudes y búsquedas que culmina con la publicación de Azul, prosa y verso que parecen desprenderse de la decadencia del arte europeo, no obstante que su verdadero origen es la influencia ejercida por la novedad de la literatura francesa y autores recién descubiertos.
Las influencias artísticas se derivan de condiciones sociales específicas y Francia toma el lugar del antiguo mundo greco-latino que representaba conceptos como el de la vida y el arte, que correspondían con el ideal democrático, que maduró en las diversas épocas de la historia.
Los espíritus de América Hispana ansiosos por la culminación de un sistema político, encontraban en las culturas clásicas, el complemento del incentivo artístico y los recursos para alcanzar sus objetivos.
Rubén Darío define el azul, como el color del ensueño, el color del arte, el color helénico y homérico, color oceánico y celeste. Darío define su estética mediterránea en tonalidades de cielo griego y mar latino.
Movido por sus ensueños del mundo antiguo desde la juventud de América, emigra a Paría, suburbio moderno de la Hélade y vive el dilema de la nostalgia: permanecer en la madurez del pensamiento o retornar a los requeridos impulsos sensoriales.
Gautier señalaba, que el modernismo estaba loco de antigüedad por su afán de conocimientos y delirante por su disyuntiva de sentir, de ahí se puede explicar la añoranza por los tiempos antiguos, de los modernistas. El aticismo de Rubén Darío no es sólo un rasgo, sino el material del que parte para realizar su creación poética; la esencia misma de su poesía.
Su estado lírico está lleno de lo intangible en su tiempo, palpado en la realidad única de los mármoles antiguos. Sus sentidos bien definidos en los contornos de su época, se estremecen al contacto sólido de la añoranza del mundo heleno.
El fondo arqueológico de la poesía de Darío se descubre de forma velada, y son tres obras según Marasso las que ejercieron notable influencia en la imaginación y pensamiento poético de Darío: La Biblia en Cantos de vida y esperanza y El canto errante. La mythologie dans l’art ancien et moderne, de René Mémard en Prosas Profanas y en algunas poesías de Cantos de vida y esperanza y finalmente Les grands initiés, esquisse de l’historie secrete des religions de Edouard Dchuré.
“unos con largas barbas como los padres-ríos”
(Alusión al famoso grupo del Nilo y sus afluencias)
“…Diana blanca y desnuda..
entre sus dedos humedecidos lleva una flecha para el ladrón”
(inspirado en la escultura de Houdon)
“Que las tres viejas misteriosas
hayan parado en un momento”
(inspirado en las parcas, de Miguel Ángel)[2]
Azul, el color del arte irrumpe contra la lírica mortuoria de Baudelaire, Verlaine y Mallarmè sin importar que su material poético se encienda con todas las corrientes románticas, parnasianas y simbolistas; y se cifra en todos los misterios cristianos y paganos.
La poesía de Rubén Darío contiene un nuevo aliento; emana energía y estimula la fuerza vital. La poética europea aun en el sujeto inextinguible del arte: el amor en su naturaleza más pura, la mujer expresa su estado morboso o decadente, lo finisecular en la convivencia sentimental.
Darío en su poética retoma a los poetas europeos y se inspira en su poesía decadente, que expresa un estado aislado de la desdicha del mundo, la desesperación, la fatalidad, la indiferencia y un pobre lamento por lo impreciso o preciso inmediato; Rubén Darío el gozo y la angustia, comunes a la vida.
IV
L’ART C’EST L’AZUR
Darío como escritor muestra una clara influencia francesa, principalmente en Azul, obra en donde de principio a fin lo manifiesta. Pues desde el título según Juan Valera se relaciona o deriva de la frase L’art c’est l’azur, de Víctor Hugo, quien es la figura más destacada del romanticismo francés, el cual además simbólicamente representa.
En su labor literaria se puede subrayar que es precisamente Darío, quien introduce en la literatura hispanoamericana el llamado cuento parisiense; que sirve como arquetipo para varias de sus narraciones: “El pájaro azul”, “La ninfa”, “La muerte de la emperatriz de China”, “El sátiro sordo” y “El rey burgués”. Otras notables influencias en el texto de Azul, son la constante evocación a la mitología griega como ocurre en “El sátiro sordo” y la contextura naturalista de Emile Zola en “El fardo”, entre otras.
La influencia francesa sobre Darío, proviene de su afición y admiración a esta tradición literaria, así como a lecturas que evocan la tradición y el folclor europeo, en el que se evocan imágenes como las de gnomos y hadas, llegando a mostrar inclusive en algunas ocasiones un deslumbramiento por las temáticas de Shakespiere.
Darío con su obra se proclama como el máximo poeta, el gran maestro en el cual el modernismo alcanza la perfecta expresión, la cual renovada busca un estilo propio e independiente, que personifica no sólo al poeta sino también la voz de América que susurra, habla y grita su libertad.
BIBLIOGRAFÍA
DARÍO, Rubén. Azul. Colección Sepan Cuantos. Ed. Porrúa, 1994. México
HENRÍQUEZ, Ureña Max. Breve historia del modernismo. Colección Tierra firme. Ed FCE., 1978, México
JITRIK, Noé. Las contradicciones del modernismo. ED. Colegio de México, 1978, México.
PERUS, FranÇoise. Literatura y sociedad en América latina. Ed. Siglo XXI, 1976, México.
VELA, Arquéeles. El modernismo, su filosofía, su estética, su técnica. Colección Sepan Cuantos. Ed. Porrúa, 1979, México.
[1] Rubén Darío es el seudónimo de Féliz Rubén García Sarmiento, nacido en Metapa (Nicaragua), en 1867. Su ascendencia era española-mestiza. Fue criado por una tía en León de Nicaragua, a sus padres nunca los conoció. En El termómetro de León, publica sus primeros versos en 1879, tenía doce años. Estudió con los jesuitas y en el Instituto Nacional de Nicaragua. En 1881 pasa a El Salvador, donde va a encontrar la influencia de Gavidia, uno de sus primeros maestros. Por ese entonces publica: Primera obras, que recoge su producción hasta 1885. Muere en León (Nicaragua) el 6 de febrero de 1976.
[2] Ejemplo tomado de: VELA, Arqueles. El modernismo, su filosofía, su estética, su técnica. Colección Sepan Cuantos. Ed Porrúa, 1979, México, p.p. 74