INÉS FERNÁNDEZ LLANES
En los 48 países más pobres del mundo, un 90% de la población no tiene acceso a internet. De la creciente preocupación, nace en la ONU un equipo oficial encargado de explorar la posibilidad de crear un banco tecnológico de aquí a 2020 para mejorar las capacidades científicas y técnicas de estos países.
El Relator Especial de la ONU, Frank La Rue indica que “La única y cambiante naturaleza de Internet no sólo permite a los individuos ejercer su derecho de opinión y expresión, sino que también forma parte de sus derechos humanos y promueve el progreso de la sociedad en su conjunto“. Internet es sinónimo de avance para cualquier país. En la mayoría de los países en desarrollo, la infraestructura de las telecomunicaciones ha estado postergada y otras metas del desarrollo han ocupado una prioridad más alta. “Es importante observar detenidamente los problemas que afrontan estos países y dar un mayor impulso para que logren cumplir con los objetivos trazados en los próximos años”, apunta el secretario general adjunto de la ONU para los Países Menos Desarrollados, Gyan Chandra Acharya.
La tecnología ocupa un papel protagonista gracias a la reunión celebrada en la ciudad turca de Antlaya donde se analizó el progreso de diferentes naciones que han contado con ayuda tecnológica y científica en los últimos diez años. Una de las conclusiones afirma la creación de un banco tecnológico para los países que se encuentren en vías de desarrollo. El proyecto actuaría sobre tres áreas distintas: Un banco de patentes que permitiría a los países menos desarrollados acceder a derechos de propiedad intelectual, mecanismos de apoyo a la ciencia, la tecnología y la innovación y por último estrategias para la creación de redes que mejoren el acceso a literatura científicas.
Además de estudiar la viabilidad del proyecto, el equipo especializado de la ONU trabaja para definir la manera de operar y las vías de financiación de la iniciativa. Se espera que presente sus conclusiones durante el próximo verano, con el objetivo de que comience a operar en septiembre. Su funcionamiento, no llegaría antes del año 2017. Lo que está claro es que, si sale adelante, muchos países podrían encontrar en la tecnología un arma poderosa en su batalla contra la pobreza.
Artículo del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)
Twitter: @fedezllanesines