RAÚL MANNISE
La cuarta revolución industrial ya ha empezado, cada vez estamos más conectados, nuestros aparatos son cada vez más capaces de hacer cosas por nosotros, la robótica ya no es algo del futuro y está empezando a convertirse en algo más de la vida cotidiana.
Es la primera revolución industrial que se da con un conocimiento cabal de cómo nuestras acciones y actos de producción impactan sobre el medio ambiente. Hoy existen leyes ambientales, normas y conciencia sobre el medio ambiente y la sostenibilidad que marcarán esta revolución de una forma nunca antes vista.
Sin embargo, no todo será sencillo, la nanotecnología, el Internet, los teléfonos inteligentes y otras tecnologías están cambiando nuestras vidas a un ritmo de vértigo. Estos cambios traen también un futuro incierto, ya mismo hay trabajos humanos que se pierden por ser innecesarios y se plantea que en un futuro muchas profesiones actualmente valiosas, como un abogado o incluso un médico, pueden remplazarse con sistemas de inteligencia artificial.
No sabemos qué clase de mundo va ser el resultante, cómo podremos responder ante estos cambios y qué solución vamos a encontrar para los millones de personas que dentro de muy poco necesitarán cambiar de empleos.
Pero por suerte muchas de estas tecnologías ya están ayudando a resolver problemas ecológicos; hoy día existe nanotecnología capaz de limpiar un lago contaminado en días o de reducir las emisiones de un motor gracias al control de un computador de forma asombrosa, lo que hace pensar que la sostenibilidad y el generar un medio ambiente más sano es parte de la revolución.
¿Cómo comenzó la cuarta revolución industrial? El primer país en hablar de la misma y que se encuentra actualmente a la cabeza del proceso fue Alemania y él mismo es uno de los países más comprometidos con los temas medioambientales.
La revolución digital ya cambió nuestro mundo, hoy día el nivel de información que podemos manejar es abrumador, todos podemos ser parte del ciberespacio, podemos crear una web fácilmente de esta manera o vivir conectado a través de nuestros teléfonos o pedir un taxi o comida con una app.
Pero la cuarta revolución industrial va un paso más allá. Imaginemos por un momento que un parapléjico se introduce en un traje y con su pensamiento lo comanda y puede mediante la asistencia mecánica y robótica de éste, volver a moverse y comunicarse como si nada; pues bien, estas cosas ya existen y estamos llegando a esos niveles.
Este año, la cuarta revolución industrial fue el tema central del Foro Económico Mundial. Muchos apuestan por que los países asiáticos se vuelvan más fuertes durante esta revolución e incluso hay quienes dicen que podrá darse un reparto más equitativo de bienes. Esto se puede dar ya que se perderán empleos en países industrializados y surgirán nuevas oportunidades que probablemente puedan ser mejor aprovechadas por países hoy en vías de desarrollo.
Impacto de las nuevas tecnologías en el medio ambiente y en nuestras vidas.
La nanotecnología ya se está usando para depurar y generar agua, sin lugar a dudas estas nuevas tecnologías, que están apenas naciendo, podrán ayudar a la humanidad a luchar contra problemas como la contaminación o el cambio climático de manera mucho más simple y a una escala mayor.
El potencial de todas estas nuevas tecnologías es mucho, esperemos que se tomen en cuenta los marcos sociales, políticos y éticos que necesitamos para hacer un buen uso de estas tecnologías. Las grandes industrias ya empezaron con la adaptación y digitalización de sus procesos, consiguiendo ahorros de tiempo, materias primas y energía.
Lo que es seguro es que el cambio de tecnologías es real y vino para quedarse. Ahora el tema será si somos capaces de hacerlo de forma tal que ayudemos a obtener mejores sociedades y un mejor planeta en el que vivan nuestros hijos en el camino indicado.
Artículo del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)
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