Martha Elba Torres Martínez/ Ambigú
SemMéxico
Con respeto a los que sí, yo no me tragó el cuento de que el presidente López Obrador no estaba enterado de los acercamientos de la Secretaría de Gobernación con grupos armados de Guerrero, Tamaulipas y Michoacán, en un intento desesperado –y peor pensado-, para bajarle a la alta criminalidad y violencia exacerbada que agobia al país.
Nada menos el pasado 9 de agosto, el propio Andrés Manuel dijo en su mañanera que “un Presidente lo sabe todo, incluidos actos de corrupción”. Pero histriónico como es, ayer sale con que no estaba enterado de lo que hacía Olga Sánchez y Ricardo Peralta. Evidentemente, los primeros pasos al cumplimiento de uno más de sus compromisos de campaña: amnistía a los grupos criminales para alcanzar la paz.
Escribo por Michoacán, cuya historia sí conozco.
¿Se acuerdan de san Vergas? Si. El 100 por ciento “ciudadano” que junto con otros notables pobladores del Chauz, municipio de La Huacana, secuestró y humilló a un grupo de militares y cuya liberación negoció con la devolución de las armas –incluido su apreciado Barret- que tras un enfrentamiento con el grupo armado de Churumuco, le habían decomisado. Pues es con ellos, con los que José Manuel Mireles Valverde reunió al subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta.
A ver. ¿Qué tiene que hacer el subdelegado del ISSSTE en Michoacán, en el tema de seguridad y crimen organizado? ¿No se supone que el súper delegado del Bienestar, Roberto Pantoja, es el que atiende la relación de política institucional entre autoridades federales y estatales; se encarga de que los apoyos sociales lleguen a los pobres y de la promoción de inversión privada?
El gobernador Silvano Aureoles se enteró de la primera visita del funcionario de la Segob al Chauz, por las redes sociales. A la segunda, ayer, entonces lo invitó. Pero por la mañana, en plática informal con algunos reporteros y reporteras, nos adelantó que no avalaría con su presencia, una reunión de esa naturaleza. “Respeto lo que hagan, pero no es el camino… y al tiempo. Ya lo verán ellos”.
Es esa desconfianza de López Obrador hacia todo lo que está fuera de su corte imperial. Pero si en algún estado la coordinación en materia de seguridad entre los gobiernos estatal y federal, es real, es en Michoacán. Entonces, ¿qué le costaba al zonzo de Peralta, preguntar a la XXI Zona militar el contexto de la zona que visitaba. Pero no, le creyeron al loco de Mireles, que asegura contar con 25 mil autodefensas. Lo que nunca les aclaró es que su relación es con algunos grupos armados –como el de La Huacana-, templarios que se pasaron a las autodefensas y al desaparecer estas, regresaron al negocio.
Por eso el ejemplo de Aureoles Conejo: perro que prueba huevo, aunque le quemes el hocico.
Originario de Tepalcatepec, Mireles Valverde estuvo en prisión por mariguanero en la década de los 90s y encontró en las autodefensas del 2013, la forma de resurgir y hacerse famoso mundialmente. Armas, dinero, drogas, mujeres, entrevistas de prensa y reescribir su propia historia. Ese es José Manuel Mireles, el que empinó a Peralta… y al Presidente también, porque este “lo sabe todo”…
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Por ejemplo, ¿a poco tampoco sabía el Presidente de México que su empleado José Manuel Mireles, fue el que gestionó la reunión del subsecretario de Segob, con la Columna Armada “General Pedro José Méndez”, liderada por El Tarzán, Octavio Leal Moncada, con orden de aprehensión por sus vínculos con el cártel del Golfo? ¿Qué jodidos hace el subdelegado del ISSSTE en Michoacán, en el municipio de Hidalgo, en Tamaulipas?
Al gobernador tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca, el funcionario federal sí le avisó que se reuniría el 1 de agosto, con las autodefensas de ese estado. Lo contextualizó: “están en el tráfico de drogas, de armas, el contrabando, el combustible, casualmente todos los delitos federales, ¿qué es lo que se está negociando a cambio?”. (Fuente: https://www.razon.com.mx/mexico/reprueban-gobers-dialogo-de-segob-con-grupos-que-ligan-con-el-crimen/)
Todo esto confirma la relación de Mireles con grupos armados del país. López Obrador lo sabía y lo tiene de “aviador” en el ISSSTE para que le haga el trabajo sucio en la negociación con los malandros. Fuera de eso, todo es retórica…