Opinión

eduacioneaessdiManuel Ibarra Santos

          El covid-19 ha sacudido y traumatizado las estructuras de la educación, pero no ha logrado eliminar sus inercias ancestrales y sólo trasladó los vicios de la obsolescencia curricular, la rigidez y el autoritarismo escolar a la casa de los alumnos. Por si fuera poco, la escuela como espacio de equidad, desapareció en estos meses de pandemia. Eso es un riesgo que habrá de detonar el aumento de la desigualdad social, más aún en Estados como Zacatecas, caracterizado por sus altos niveles de pobreza y marginación.

            Es inequívoco que, en entidades como la nuestra, por su economía tradicionalmente precaria y con niveles bajos de bienestar, se incrementará irremediablemente la desigualdad distributiva de los aprendizajes, entre escuelas y alumnos de distintos estratos sociales. El escenario de la emergencia sanitaria, por lo que se observa, nos ha conducido, en Zacatecas y México, a una percepción insolente de admitir que todo puede seguir igual que antes. Pensar de esa manera, resultará suicida.

            La coyuntura de la pandemia del coronavirus tendrá que servir para emprender todo un proceso de innovación y reingeniería integral del sistema educativo, a partir de la definición, resolución y procesamiento de una premisa: ¿Qué Escuela Requerimos, para Qué Sociedad? Necesitamos atender ese dilema, porque de lo contrario, Zacatecas seguirá desplazándose en los horizontes del fatalismo y la marginación.

            Urge en este contexto, impulsar una gran reforma de la escuela y de la educación, de sus programas curriculares, de sus métodos de evaluación y enseñanza - aprendizaje, de las jerarquías burocráticas y de los mecanismos de gestión administrativa.

            Sí en Zacatecas, ante la dimensión de la crisis, nos detenemos, nos paralizamos y nos convertimos en testigos de sal, sólo en espera de que la Federación nos dé respuestas a nuestras carencias, entonces los problemas educativos se agravarán y crecerán.

            Es falso, para aquellos que simplonamente piensan que la solución de fondo a los problemas escolares, derivados de la pandemia del covid-19, se encuentra en imponer y trasladar sólo la escuela a la casa, en abrir procesos improvisados de virtualización y/o en aniquilar el rol formativo de los docentes para convertirlos en modestos instructores y en técnicos en información. Lo anterior es insostenible.

Esa es una equivocación.  Se debe procurar, como imperativo categórico, la recuperación de la escuela, como espacio de equidad, de libertad, de pensamiento y de aprendizajes significativos.

En Zacatecas la tarea es ardua, para saltar los enormes obstáculos que ha impuesto la emergencia sanitaria. De no atenderse este capítulo, aumentarán en consecuencia en nuestra entidad la desigualdad, la pobreza y la marginación. Y de seguir así, la de Alejandro Tello, podría resultar una administración fallida en materia educativa.

LA DESIGUALDAD EDUCATIVA Y LOS MALOS RESULTADOS.

La desigualdad social de aprendizajes consiste en excluir a determinados individuos y segmentos demográficos del acceso y aprovechamiento de la educación de calidad y excelencia.

Y es México, en el contexto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), uno de los países que registra mayores índices de desigualdad educativa.

Zacatecas es, por su parte, una de las entidades del país con más acentuados niveles proporcionales de desigualdad en los aprendizajes. Además, se coloca en el ranking nacional como el Estado del norte de la República con mayores niveles de pobreza y entre los 10 con más marginación social en la Nación (Fuente: Coneval/2020).

Hasta antes de la pandemia, el sistema educativo zacatecano se ubicaba en eficiencia escolar en el lugar nacional número 22 de 32. Y se coloca en la mayoría de los indicadores de aprovechamiento, por debajo de la media nacional. Las tendencias negativas, pues bien, se profundizarán.

La eficiencia terminal en educación primaria en el Estado de Zacatecas es (según cifras oficiales de la SEP/2019) del 95.6%, cuando el promedio nacional asciende a 97.5%.

Ese diferencial porcentual en la enseñanza primaria, se traduce en miles de niños y niñas que abandonan la escuela cada año, principalmente por razones de carácter económica.

La cobertura en el nivel de secundaria en nuestra entidad es del 95.1% y la media nacional del 96.5%, de acuerdo al documento titulado Principales Cifras del Sistema Educativo Nacional (SEP/2019).

Existen múltiples evidencias de que el sistema educativo zacatecano es altamente excluyente. Algunos datos objetivos lo demuestran: en educación inicial, apenas se atiende el 4.7% de la población potencial en edad de cursar dicho nivel; y en educación superior solo se cubre el 34% del segmento de personas en circunstancias de cursar una licenciatura.

Los efectos de la pandemia sanitaria profundizarán los indicadores de desigualdad educativa en Zacatecas, la eficiencia terminal irá en caída libre y el abandono escolar aumentará.

¿ADMINISTRACIÓN FALLIDA EN EDUCACIÓN?

En Zacatecas se deberán hacer cambios en el sistema escolar. De lo contrario, persiste el peligro de que ésta sea una administración pública fallida en educación.

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