Opinión

asesinatoManuel Ibarra Santos

            En una entidad con escasez de recursos y marcada por la insolvencia económica como Zacatecas, el costo del impacto de la inseguridad y la violencia criminal en el último año ascendió a 96 mil millones de pesos, – tres veces el valor del monto del Presupuesto de Egresos del Estado del 2021-, constituyéndose en términos porcentuales, en uno de los cuatro más elevados de la República. Es eso una verdadera desgracia.

            Estos datos los aporta el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), quien además puntualiza que el costo de la inseguridad y la violencia en el país es de 4.7 billones de pesos que, equivalen a 221 mil millones de dólares. Y es Zacatecas, lamentablemente, la entidad donde más se ha deteriorado el clima de convivencia y paz social.

            Se tendrán que modificar con urgencia, pero sin improvisación, las estrategias para combatir la inseguridad y la violencia criminal, porque de lo contrario dicho fenómeno se constituirá en una cuerda atada al cuello del pueblo zacatecano que lo seguirá arrastrando al fondo del abismo.

            SÍ la cantidad cuantiosa de recursos que se van por el hoyo negro de la violencia criminal se pudieran utilizar para promover políticas públicas de crecimiento y desarrollo económico en Zacatecas, otro gallo le cantaría al Estado. Pero es difícil soñar en eso, por la menos en la actual coyuntura compleja que experimenta la entidad.

            En términos concretos, el costo de la violencia en Zacatecas representa, de manera concreta, el 44.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB/Estatal), en el último año.

            El costo promedio de la inseguridad por persona en Zacatecas, es de 57 mil 953 pesos, uno de los cinco más elevados en la República, sólo por debajo de las siguientes entidades: Chihuahua, $61,538; Guanajuato, $67,536; Baja California $71,413; y Colima, $77,957.

            En el clima de violencia creciente que ha padecido Zacatecas, el homicidio representa el 47 por ciento del impacto de la violencia criminal en la economía, en el transcurso del 2020. Zacatecas es el Estado con mayor tasa de víctimas por homicidios dolosos.

            Es nuestra entidad, por cierto, una de los dos en el país, en donde se registra el mayor incremento porcentual de impacto económico de la violencia, con un ajuste creciente del 30 por ciento. El otro es Querétaro.

            Lo anterior significa, igualmente, que Zacatecas se ubica como la entidad de la Nación, en donde se registran los niveles más alarmantes de deterioro del clima de seguridad y paz social.

            En materia de inseguridad, Zacatecas se mantiene en el semáforo rojo, ocupando uno de los últimos 3 lugares del ranking nacional, acompañado, por Colima, Baja California, Chihuahua y Guanajuato.

            Un dato adicional para alentar el pesimismo, es el que nos relata que la mayoría de las entidades vecinas, como Aguascalientes, Durango y Coahuila, cuentan con bajos niveles de incidencia criminal, si los tratásemos de comparar con el caso de Zacatecas.

            La violencia criminal se ha convertido en Zacatecas, en una especie de pandemia roja, que está dejando sangre por todas las latitudes de la geografía zacatecana, sin que se observen condiciones y capacidad institucional para que sea detenida y controlada.

            El tema debe preocupar, en razón de que es un lastre y flagelo que está operando en contra del crecimiento y el desarrollo integral de Zacatecas, sin que se observen, hasta ahora, condiciones de revertirla. Ojalá se tenga éxito en Zacatecas.

             

            VIOLENCIA Y CORRUPCIÓN:

            Todos los especialistas coinciden en que la violencia criminal tiene como matriz donde se gesta, la corrupción y la impunidad, sin desconocer que hay factores de corte socio/económicos que también inciden en ella, como la desigualdad, la pobreza, la miseria y la carencia de oferta de empleo digno para la población.

            En ese sentido, la pensadora alemana Hannah Arendt (1906/1975), en sus obras entre ellas en El Origen del Totalitarismo, establece que la violencia criminal tiene, entre otro de sus motores, la incapacidad del Estado para generar adecuadas condiciones de desarrollo. Y cuando eso sucede, los vacíos se llenan por la acción de las mafias del crimen organizado.

            Entonces, desde esa perspectiva, la violencia criminal es producto de la incapacidad y/o por la complicidad del aparato de Estado, así como de sus elites políticas.

            Con esa tesis coincide el teórico siciliano Leonardo Sciascia (1921/1989), tal vez el estudioso e investigador más notable sobre las mafias y la democracia italiana.

            En el caso Zacatecas, la violencia criminal es una combinación de muti/factores, donde hacen presencia indiscutible la corrupción e impunidad.

            VIOLENCIA CRIMINAL Y VALORES:

            En Zacatecas se requiere implementar una nueva estrategia en materia de combate a la violencia criminal. La promoción de los valores resultará esencial, pero se tiene que pasar de la fase enunciativa a la operación en los hechos. Ahí radica la importancia de la implicación axiológica.

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