Opinión

general MarínManuel Ibarra Santos

            El nombramiento del General de Brigada (en retiro) Adolfo Marín Marín, como secretario de Seguridad Pública de Zacatecas, en los instantes en que se vive la mayor crisis de violencia de la historia del Estado, es producto, sin duda, de una decisión estratégica del alto mando militar, avalada por el Comandante Supremo del Ejército, con la finalidad de emprender acciones para pacificar la vida en la entidad y la región.

            Pacificar Zacatecas y reducir los niveles endémicos de violencia criminal (para impedir que la nuestra sea la sociedad del llanto y de la muerte), es uno de los más grandes desafíos que hoy se enfrentan. Sin este compromiso cumplido, no habrá prosperidad ni desarrollo en la entidad.

            El combate a la violencia criminal en nuestro Estado se convirtió en una razón de seguridad nacional interior, no sólo para Zacatecas, sino para la región centro/norte/occidente de la República, como bien quedó referenciada por las preocupaciones que hicieran públicas los gobernadores de las entidades vecinas de Aguascalientes, Durango, San Luis Potosí y Jalisco, por lo que ha venido sucediendo en estas tierras.

            El detonante explosivo de la violencia criminal en Zacatecas se constituyó en polo de alarma y de atención urgente en la República, tan es así que el alto mando militar y la autoridad de seguridad en el país, decidió actuar para impedir que la región resultase más contaminada, de lo que ya está.

            El arribo de Adolfo Marín Marín, militar de alto rango, llega a Zacatecas avalado por una decisión del mayor nivel de autoridad y arropado por el apoyo del Ejército, la Guardia Nacional y la secretaría de Seguridad Pública a nivel federal.

            Estos elementos hacen la diferencia con el nombramiento del antecesor de Adolfo Marín Marín, quien llegó al puesto en Zacatecas, hace un año, recomendado a la administración de Alejandro Tello, por el entonces secretario de Seguridad Alfonso Durazo (a petición y por acuerdo con políticos locales) y luego ratificado por el gobierno de David Monreal.

            Es evidente que existió alguien, incluso con obsesión, de mantener la continuidad del mando policiaco en Zacatecas, en la transición de un gobierno a otro. ¿Cuáles fueron las razones? Eso ya no importa ahora, debido a que con madurez el gobernador David Monreal determinó corregir la decisión.

            Adolfo Marín (quien consolidó su jerarquía de ascenso militar al nivel de general, del 2008 en adelante, como se hace constar en los dictámenes de la Comisión de Defensa Nacional del Senado de la República), llega a servir a Zacatecas con todo el peso de la autoridad y la trayectoria de más de 45 años en la milicia. Un improvisado no es.

            Es además un académico de formación sólida y rigurosa, con una licenciatura en administración militar, una maestría en seguridad y defensa nacional y un doctorado en administración pública.

            No obstante su disciplina castrense, Adolfo Marín Marín es un militar de trato sensible. Tan es así que, al arribar a Zacatecas, en su toma de posesión, convocó con humildad a todos los mandos policiacos, incluyendo a los municipales, a trabajar coordinadamente para pacificar a Zacatecas.

            Por cierto, el nombramiento del General Adolfo Marín, coincide con la próxima visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Zacatecas, en la que posiblemente anunciará el plan de apoyo integral a la entidad. En política no hay casualidades.

            El General Adolfo Marín tiene ante así, una serie de cruciales tareas para lograr el objetivo de pacificar Zacatecas. Y una de ellas será la de impulsar una reingeniería de los cuerpos policiacos en la entidad, que privilegie la eficiencia y la calidad en el servicio, que no conciten la revuelta y la conspiración, como ya ha sucedido. La implementación y acuerdo de una nueva estrategia de seguridad, será indispensable.

            Por lo demás, tiene razón David Monreal, quien ha dicho que la seguridad pública depende de una serie de multifactores y de políticas de corte integral.

           

            LA FUERZA DE LOS GENERALES:

            En nuestro país, los generales del Ejército Mexicano (más de 541 en la actualidad, según datos oficiales) se han constituido en un segmento de gran poder e influencia en nuestra sociedad. En el gobierno de López Obrador, han adquirido una nueva connotación, por su presencia en más sectores estratégicos de la vida de la Nación.

            A través de la historia, Zacatecas ha tenido una trascendente presencia en la vida del Ejército Mexicano. Y a la inversa: La milicia, ha sido factor del desarrollo de nuestra entidad.

            En el último siglo de historia, México ha contado con tres zacatecanos como Secretarios de las Defensa Nacional. Ellos son los siguientes: Enrique Estrada (1920/1922); Joaquín Amaro Domínguez (1925/1931; y Matías Ramos Santos (1952/1958).

           

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