Manuel Ibarra Santos
Culminó el ciclo educativo 2021/2022 luego de un período de intensa tormenta pandémica que desplomó en todos los niveles escolares los aprendizajes significativos, profundizó los indicadores de deserción/abandono y se cayeron estrepitosamente, en consecuencia, los procesos de enseñanza de calidad.
Amerita en este tiempo hacer ajustes estratégicos en materia educativa, más allá de las iniciativas que se implementen solo a nivel nacional, para colocar a Zacatecas en una perspectiva de futuro promisorio, pues de lo contrario pudiera perderse el rumbo de la sociedad.
En nuestro Estado, con esfuerzos propios, requerimos poner atención para recuperar en el sistema educativo zacatecano, los aprendizajes significativos en todos los niveles, inhibir la deserción y el abandono, mejorar la atención en materia de equidad para reducir la desigualdad, optimizar la cobertura en algunos subsistemas y atender la demanda de digitalización de la oferta de servicios de enseñanza pública en Zacatecas.
Es un imperativo rediseñar y re/constituir las bases de un nuevo paradigma de enseñanza-aprendizaje, que permita hacer de la educación pública, la base de la transformación integral de Zacatecas. No trabajar en ese sentido, pudiera implicar un alto riesgo de fuerte retroceso para la sociedad zacatecana.
Los ajustes que tendrían que hacerse debiesen considerar igualmente la operacionalización de la educación como factor central para construir una nueva cultura de paz y la no violencia, que coadyuve, también, a saltar la trampa de la inseguridad y la violencia criminal que se experimenta en la actualidad.
El gobernador David Monreal le apuesta, según lo ha hecho saber en sus discursos reiterados al respecto, en hacer de la educación el núcleo del cambio y la transformación de Zacatecas, a partir de una oferta fundada en la promoción de valores éticos. Está en lo cierto, pero sin duda, lo trascedente ahora será cómo se aterriza en los hechos.
Hoy es tiempo de actuar con rigurosa sistematicidad y con responsabilidad, para hacer de la educación el principal elemento del cambio en Zacatecas. No hay de otra, luego de padecer este prolongado lapso devastador de crisis sanitaria.
La pandemia no sólo propicio una evidente desescolarización de los procesos pedagógicos tradicionales (por el confinamiento prolongado de alumnos y maestros), sino que además todos los indicadores de eficiencia terminal del sistema educativo <en México y Zacatecas> se cayeron drásticamente.
En este tiempo irrepetible de profundo desajuste y crisis, menos alumnos y maestros asistieron a las escuelas, e incluso una gran cantidad de programas institucionales desaparecieron, como el de escuelas de tiempo completo o el de desarrollo de aprendizajes significativos en educación básica, por mencionar, sólo algunos.
En ese complejo contexto, los alumnos con discapacidad (que es el nombre correcto, y no la denominación de capacidades diferentes, utilizada erróneamente), han sido los más afectados, debido a que en este corte de tiempo desapareció la matrícula oficial en este segmento escolar, en por lo menos el ocho por ciento a nivel nacional, de acuerdo a reportes de la propia Secretaría de Educación Pública (SEP).
El comienzo del ciclo escolar 2022/2023 en Zacatecas se tendrá que hacer, por lo tanto, mediante y a través de un nuevo esquema de gestión administrativa racional y eficiente. Es a lo mínimo que se puede aspirar, si deseamos algo mejor para todos los zacatecanos.
LA EFICIENCIA DEL SISTEMA ESCOLAR:
La eficiencia escolar del sistema educativo zacatecano se coloca en el lugar número 23 del ranking nacional, según datos oficiales de la propia Secretaría de Educación Pública (SEP).
La eficiencia de los 32 sistemas educativos en el país se valora y mide considerando el número de ingresos en enseñanza inicial, contrastándolos con los egresos registrados a nivel superior.
La eficiencia promedio de egresos a nivel nacional es de 26 y Zacatecas se coloca por debajo del promedio con sólo 22.
Las entidades de la República que se ubican en los primeros lugares de la eficiencia escolar son las siguientes en orden de importancia: Ciudad de México (1), Nuevo León (2), Querétaro (3), Aguascalientes (4), Yucatán (5), Coahuila (6), Hidalgo (7), Baja California Sur (8), Tamaulipas (9), Colima (10), Sinaloa (11), Jalisco (12), Morelos (13), Baja California (14), Chihuahua (15), Puebla (16), Nayarit (17), Sorona (18), Quintana Roo (19) y Durango (20).
Las entidades con menor eficiencia terminal son Oaxaca (32), Chiapas (31), Guerrero (30), Veracruz (29), San Luis Potosí (28), Guanajuato (27), Michoacán (26), Tabasco (25), Estado de México (24) y Zacatecas (23).
Varios de los Estados circunvecinos a Zacatecas, se colocan en los primeros lugares del ranking nacional en eficiencia terminal, entre ellos, Nuevo León, Aguascalientes, Coahuila, Hidalgo y Jalisco.
Es claro, con estos indicadores de eficiencia terminal que hoy se registran, que en Zacatecas se tiene el compromiso de mejorar, por mucho, los índices de calidad educativa.
EL NUEVO CICLO ESCOLAR:
El inicio del próximo ciclo escolar 2022/2023 en Zacatecas se debiese hacer basados en un nuevo paradigma de gestión administrativa, más racional y eficiente.