Manuel Ibarra Santos
De facto habrá de comenzar (este 15 de agosto), el ciclo escolar 2022/2023 en nuestro Estado, con la demanda tácita de recomponer la oferta de educación superior, que haga de este nivel de enseñanza el motor de la transformación de Zacatecas, que permita superar los fuertes rezagos ancestrales que se padecen y, además, que construya las cimientos de un paradigma de “universidad líquida”, concepto que hace referencia a la disposición de esta institución para estimular los cambios de fondo, que ayuden a superar las resistencias tradicionales asociadas a la ineficiencia, la improvisación y corrupción.
El anacrónico modelo de “universidad sólida”, petrificado en el tiempo, sin ajustes ni transformaciones, dejó de existir, para dar paso al modelo de “educación líquida”, rótulo semántico acuñado en el año 2000, en sus memorables obras, por el sociólogo polaco-británico Zygmunt Bauman (1925/2017), para hacer referencia a instituciones sujetas a rupturas radicales, a cambios vertiginosos (como el agua que se escapa entre las manos), a periodos inéditos de fluidez, de flexibilidad e incertidumbre insospechada.
Es evidente que Zacatecas requiere de cambios de fondo, pero estos no se podrán concretar desde la perspectiva de instituciones con estructuras oxidadas, viejas y anacrónicas, para lo que sí requerimos escuelas, institutos y universidades posadas en la cultura de “la modernidad líquida”.
Las instituciones educativas zacatecanas ancladas en la incambiable “modernidad sólida”, han prohijado que se acumulen en nuestro Estado rezagos e inercias educativas ancestrales, que nos arrastran hacia el subdesarrollo y el estancamiento. Esa dinámica se tiene que modificar.
La educación superior en Zacatecas es, quizá, el nivel de enseñanza que mayores rezagos cuantitativos y cualitativos acumula en el sistema educativo local y que ahora es pertinente atender y superar, para hacer posible la transformación de nuestra entidad.
La cobertura de educación superior en Zacatecas hoy sólo atiende a 37 de cada 100 personas en edad de cursar una licenciatura, cuando la media nacional asciende al 42 por ciento (fuente: SEP/2022). Nos encontramos casi cinco puntos porcentuales por debajo del promedio en el país.
La eficiencia terminal en la enseñanza terciaria zacatecana es apenas del 50 por ciento, al medir el ingreso y contrastarlo con el egreso de alumnos en este nivel. En algunos Estados circunvecinos en este ámbito nos superan hasta con 40 puntos porcentuales, para llegar al 90 por ciento de eficiencia.
¿Pero hacia dónde debe avanzar y encaminarse la oferta de educación superior en Zacatecas, de tal forma que se constituya en componente para el cambio y la transformación de nuestra sociedad?
En una revisión de fondo de los paradigmas de educación superior exitosos en el planeta, los de mayor pertinencia y relevancia, son aquellos que han privilegiado los procesos de investigación-innovación, y que se han alejado de los viejos modelos corporativos pervertidos inclinados a sólo formar cuadros “profesionales” que satisfagan los intereses de ciertas y determinadas mafias académicas. Eso resulta realmente criminal.
Las “universidades de la Innovación” en el planeta están privilegiando los procesos de producción de ciencia y tecnología de vanguardia, y han segmentado las otras tareas destinadas a la formación masiva de cuadros profesionales y dedicadas a la capacitación para el trabajo.
Estos modelos de educación superior para la innovación, han barrido y aniquilado automáticamente los núcleos patrimonialistas de académicos caciques y caudillos nefastos, que se han apoderado a ultranza de las universidades tradicionales, obstaculizando su transformación.
En la geografía planetaria, los países del orbe que han sentado las bases muy sólidas de las “universidades de la innovación”, son fundamentalmente Japón, Corea del Sur y China, instituciones ejemplo, distinguidas por sus parámetros de calidad de corte mundial.
UN LIBRO QUE HARÁ HISTORIA:
Está por aparecer un extraordinario libro que hará historia y que hace un análisis comparativo de las instituciones de educación superior de Europa, Asía, África y América Latina, contrastando sus modelos, que contiene también un rico apartado de revisión de la evolución en el tiempo de las Universidades en el mundo, texto al que tuve acceso sólo por la generosidad de su autor, un investigador mexicano de gran prestigio internacional.
Ese libro que marcará un referente académico nacional e internacional, es autoría del doctor Axel Didriksson Takayanagui, titulado Espejos en Contraste: La Transformación de la Universidad en Europa, Asia y América Latina.
Axel Didriksson es, tal vez, el investigador mexicano más lúcido y conocedor de los temas de educación terciaria quien, por cierto, recién acaba de presentar el diagnóstico más detallado de la enseñanza en este este nivel de América Latina, en la Tercera Cumbre Mundial de la Educación Superior, organizado por la UNESCO y celebrado el pasado mes de mayo, en Barcelona, España.
El contenido de este excepcional libro, bien puede aportar horizontes y rutas por las cuales pueda desplazarse la educación superior mexicana y, por supuesto, la enseñanza terciaria en Zacatecas.
LA EDUCACIÓN SUPERIOR
La educación superior en Zacatecas requiere de ajustes, cambios y reformas que la conviertan en palanca del desarrollo y transformación de nuestro Estado.