Opinión

ef9dc0cc d5db 4de1 a3f6 aac42ddf1e80Aduart Amador / El ayer una vez más

Corría el año 1974, Deep Purple lanzaba su nuevo álbum "Burn", después de un recorrido soberbio del "Mark II" que abre la década 70's con discos magistrales como "In Rock", "Firewall", "Who Do We Think We Are", así como el excepcional "Machine Head" y el increíble en vivo "Made in Japan".

“BURN” ESTRENA AL “MARK III”

Jon Lord en los teclados, Ian Paice en la batería, Ritchie Blackmore en la guitarra y los nuevos rostros David Coverdale en la voz y Glenn Hughes en el bajo y voces.

     La incorporación de estos últimos cambia el sonido del grupo, agrega un tono más duro con toques de blues, funk y soul.

     Glenn venía ya con experiencia en el rock con Trapeze, un “power” trío bastante bueno y David si fue todo un caso: trabajaba en la venta de pantalones en una boutique y mandó un demo como audición ya que Deep Purple lanzó la convocatoria para sustituir a Ian Guillan, casi nada.

     La cinta era lamentable, al parecer Coverdale estaba ebrio, sin embargo, en palabras de Jon Lord, "había cinco segundos, en los que su voz se elevaba y demostraba algo'".

     Increíblemente, un desconocido se quedó con el puesto y de esa forma la banda contaba con dos voces poderosas que cambiarían el rumbo del grupo.

     Si se pensaba que era difícil superar el inicio de "Machine Head" con "Highway Star", "Burn" está a la altura y ambas quedan como una de las grandes aperturas de un acetato en la historia del rock.

     "Burn" comienza con un riff tremendo de Blackmore con su guitarra, seguido de una línea de bajo pesado de Hughes y la contundencia de ritmo de Paice. La voz de Coverdale imprime un dramatismo sin inhibiciones junto con los coros de Hughes que regala uno de los agudos más famosos de metal: sube la temperatura a una explosión de emociones, mientras los teclados del maestro Lord mezclan lo clásico con las notas distintivas del solo de Ritchie.

     Toda la composición es un estruendo de principio a fin, no descansa en ningún momento, energía pura.

     La letra que es una narración misteriosa, oscura, de una mujer capaz de incendiar una ciudad con un solo gesto, evoca palabras como la semilla del diablo (devil's sperm) y maldito (damned); todo indica la presencia de una bruja con poderes demoníacos:

"La gente dice que la mujer está condenada

Ella te hace arder con un movimiento de su mano".

     Y rematan con el grito: "Ardan".

     Un hechizo, una maldición para aquellos que no creen en las advertencias, fuego a los arrogantes y a los escépticos.

"Ella dijo: malditos sean todos, nunca aprenderéis".

Cuando me voy no hay retorno.

La gente se rio hasta que ella dijo: ardan".

     Está rola queda como un himno dentro de la historia del rock.

     Después de ese impetuoso inicio, le sigue "Might Just Take Your Life", una canción -idea de Lord- en donde no hay solo de guitarra; aquí se revela la voz de Coverdale desde las entrañas de su ser con mucha pasión.

     Luego, "Lay Down, Stay Down" reafirma la concepción de esta alineación, la combinación de las voces de Coverdale - Hughes es rock blues en su más cruda esencia, maravilloso.

     "Sail Away", sin duda, es la segunda gran obra de este larga duración, una canción totalmente de garage, rock duro, pesado, con unas armonías vocales esplendorosas. Habla de la lucha contra la desesperanza, al vacío de no seguir adelante

"Si estás a la deriva en un océano vacío

Sin viento para llenar tu vela

El futuro, tu horizonte

Es como buscar el Santo Grial"

Sin embargo, hay cierta esperanza:

Navega lejos mañana

Navegando muy lejos

Para encontrarlo, robar o pedir prestado

Estaré allí algún día, sí"

     La repetición del estribillo refuerza la idea de que, aunque el camino sea difícil, la perseverancia es fundamental para encontrar un propósito y un lugar en el mundo.

     El larga duración continúa con temas estupendos: "You Fool No One", rola que encumbra a Paice desde su batería, y "What's Goin' on Here", llenos de energía con toques de soul y funk.

c2671914 b0c1 434a aca8 f60790906843EL BLUES DEL DESAMOR

Silencio, que hable la guitarra de Blackmore en "Mistreated", canción que Ritchie ya pulía desde la época del "Mark Il" y que guardó hasta encontrar la voz que él buscaba.

     La ensayó directamente con Coverdale, el resultado es fenomenal, más de siete minutos alucinantes con un ritmo lento, blues progresivo, llegando a un clímax espectacular con el solo de Blackmore, en tanto David se consolida desde las entrañas de su ser como un gran cantante de rock: se refleja en su propia letra el dolor, el maltrato, la desolación que él vivió, lo traslada a una situación de pareja.

"He sido maltratado, sí

Desde que mi nena me dejó

He estado perdiendo, he estado perdiendo

He estado perdiendo la cabeza"

     Una interpretación intensa y emotiva que caracteriza a Deep Purple.

     Y el cierre ''A 200", pieza instrumental, un estudio del maestro Jon Lord, experimentando sonidos, como él lo decía: "siempre he buscado que el teclado suene como una segunda guitarra". Y lo logra, mezclado con el solo deslumbrante de Ritchie, el final perfecto para tres virtuosos: Lord, Paice y Blackmore.

     A medio siglo, Deep Purple con "Burn" sigue quemando nuestros corazones.

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