
El magisterio, ante el desastre o el salvamento
En la etapa post/pandemia, los maestros en Zacatecas, (más de 40 mil en todos los niveles), podrían constituirse estratégicamente en una especie de ejército de salvamento, desde la dimensión no sólo pedagógica, sino también de la acción social, si y sólo si se les aprovecha y organiza con inteligencia. De lo contrario, la multi/crisis que afecta al sector educativo zacatecano, por sus niveles de rezago, ineficiencia e inequidad, derivaría riesgosamente en un desastre escolar monumental.
Frente a la tragedia dolorosa que hoy azota al pueblo, hay que recuperar la enseñanza sabia del humanista José Vasconcelos (1882/1959), quien recomendó, en el primer tercio del siglo XX, que para levantar el ánimo y superar la condición de una nación en crisis, es de sentido común convocar a la acción del ejército de los maestros. En el país existen más de 2 millones de profesores.
En principio, el covid/19 que ha conducido temporalmente a un mundo sin escuelas, como lo pregonó hace medio siglo el educador Iván Ilich (1926-2002), en el ámbito específico de la actividad docente, ha originado al menos tres impactos de gran repercusión: 1).-La resignificación simbólica de la función socio-profesional de los maestros, lo que obliga a replantear el renacimiento de esta profesión; 2).-En los procesos de enseñanza, el profesor ha sido desbordado y no está sólo. Ahí se encuentran los padres de familia, las redes y el alumno mismo que auto aprende; y 3).-El paradigma tradicionalista y dogmático de educación ha sido dinamitado y superado.
La experiencia traumática del coronavirus ha puesto en contexto el tema de que el aprendizaje no sólo pasa por el sistema escolar, sino también por el hogar y la comunidad. Eso modifica radicalmente el concepto de educación, por una versión más dinámica, donde se juntan en un mismo eje tres componentes: escuela/casa/sociedad. Sí no actúan juntos, no hay éxito.
La pandemia ha creado en materia educativa y formación docente, una especie de portal del tiempo, como bien lo argumenta en sus recientes ensayos la socióloga canadiense Naomi Klein (1970…), creadora de “la doctrina del shock”, quien explica que, dependiendo de cómo se actúe, la emergencia sanitaria lanzaría a la sociedad, a una de dos dimensiones: a).-Al futuro del desarrollo post/moderno; y b).-Al pasado rezagado que profundizará los atrasos y nos remitirá a una singular comunidad primitiva.
Tenemos que impedir entonces que Zacatecas sea relanzado a un pasado de mayores rezagos educativos y que se concrete de manera fatal un ominoso escenario de tragedia y desastre escolar.
Nuestro Estado no merece caminar hacia atrás. Para evitarlo se necesitan, al menos, decisiones en política pública racionalmente responsables y un diagnóstico más o menos claro. ¿Existe? Difícil afirmarlo.
LAS MÚLTIPLES CRISIS Y EL DESASTRE EDUCATIVO.
La Secretaría de Educación Pública (SEP), a través del uso de datos matemáticos actualizados al 2019, afirma que de los 32 sistemas educativos que operan en el país, el número uno en eficiencia y calidad es el de Aguascalientes. Zacatecas ocupa el lugar 21 ó 22. La pregunta: ¿Por qué no hemos avanzado y en ocasiones retrocedemos? En rendimiento escolar nuestro Estado se coloca por debajo de la media nacional.
Las cifras de cobertura por nivel en Zacatecas son en su mayoría inferiores a los registrados en el país. Veamos un ejemplo: La cobertura en bachillerato es del 76.3% y el de educación superior del 36%, cuando a nivel nacional es, en el mismo orden, del 84.2% y 39.7%, respectivamente. (Fuente: SEP/2019).
En educación primaria, la eficiencia terminal en Zacatecas es del 95%, cuando en el país es del 96.5%. Sin considerar que la entidad en el 2018 tuvo un desplome brutal hacia los últimos lugares en el manejo de habilidades matemáticas y en lenguaje y comunicación. Eso se tipificó como una tragedia.
La educación zacatecana padece múltiples crisis: de calidad, de cantidad, de equidad, financiera y administrativa. Es falso afirmar que existe eficiencia, gobernabilidad y gobernanza. Las evidencias dicen lo contrario.
Las entidades con sistemas escolares que ocupan los últimos lugares en eficiencia son Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Michoacán, San Luis Potosí, Guanajuato, Tlaxcala, Durango, Tabasco y Zacatecas.
Luego de la experiencia traumática derivada de la pandemia sanitaria, es menester actuar con responsabilidad en la definición de políticas eficientes, para enfrentar la crisis e impedir que conduzca al desastre educativo. Hay mucho ruido en el sector. ¿Pero el debate por la excelencia, cuándo?
LAS FINANZAS EDUCATIVAS.
Jorge Miranda Castro, el secretario de Finanzas de Tello, ha sido en esta administración, el arquitecto que ha contribuido a sortear, no sin dificultades, los enormes problemas financieros del sistema educativo zacatecano, incluyendo en este paquete el tratamiento sensible y solidario de los asuntos económicos de la Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ).
Su trabajo ha apuntalado el principio de gobernabilidad en el Estado de Zacatecas.
