Sara Lovera / Palabra de Antígona
SemMéxico
Veracruz me duele por ser una maravillosa entidad con todos los recursos naturales y un cimentado corredor industrial, sin embargo, forma parte de las cinco entidades más pobres del país, ahí suceden dos feminicidios al día, el lugar más peligroso si eres periodista. Está en los últimos lugares en legislar sobre violencia vicaria, tiene el primer lugar en casos de VIH, registró en un año mil muertes fetales y registró 30 mil llamadas de auxilio los últimos meses por violencia de género.
Me duele porque la política de género se desmanteló en el sexenio de Cuitláhuac García Jiménez, hoy sigue descabezado el Instituto Veracruzano de las Mujeres, opera una fiscalía incapaz e injusta. Sólo por poner un ejemplo recuerdo que en unos meses cumplirá 13 años el feminicidio de Pilar Argüello que está en dictamen en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El pasado fin de semana, de viernes a domingo la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo recorrió el centro y norte veracruzano, sin hacer referencia alguna a la crisis humanitaria de niñas y mujeres desaparecidas, ni mencionar su pobreza o condición indígena, pero sí entregó en Emiliano Zapata, con mucha gente, tarjetas de bienestar para algunas de las 74 mil veracruzanas mayores de 60 años que la recibirán.
Ahí estuvo para hacer campaña, sin encubrirla. Las crónicas hablan de su intensa movilidad en al menos 15 municipios porque este año habrá elecciones para decidir mil 54 puestos electorales, 212 presidencias, 212 sindicaturas y 630 regidurías. También hizo una campaña disfrazada para la elección de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial. Su capital Xalapa estuvo a punto de perderse por morena en las últimas elecciones.
La efervescencia electoral vibra en tierras veracruzanas, como antes, donde hace muchos años se garantizaba al partido oficial en turno un millón de votos, bastión histórico del priismo que el panismo logró entintar de azul, en el centro y con su sello ganó una gubernatura.
Hoy es Morena, su presidenta y su gobernadora recogiendo y acariciando el pasado, con mítines y reuniones que me recuerdan la campaña de Patricio Chirinos Calero en 1992, y pienso en el super operador político Miguel Ángel Yunes Linares, cuyo hijo es presidente de la comisión de Hacienda en la Cámara de Diputados, una dupla fustigada y consentida por algún dirigente morenista.
Increíble. La presidenta visitó la zona portuaria, la petrolera, anunció el rescate de la industria petroquímica, anunció que sus programas sociales irán a la Constitución, visitó el norte, zona antigua productora y exportadora de carne, se desvivió en halagos a la gobernadora, porque debe asegurar a Morena el triunfo, luego del desastre en que dejaron al estado, al menos los tres últimos gobernadores.
La presidenta calificó a Nalhe García como «una gran gobernadora, trabajadora, capaz, inteligente, incansable”, e hizo recordar, preguntando dos veces al “pueblo” sobre quién había construido la refinería de Dos Bocas, y les recordó, fue Rocío Nahle García, lo que repitió el domingo en Tihuatlán.
Veracruz, de historia culta y liberal, rica, donde algunos municipios tienen un presupuesto que supera los mil millones de pesos como el caso de Veracruz Puerto, el más poblado, según datos de INEGI. La visita me hace pensar cómo llegamos todas si la única diputada federal invitada fue Anilú Ingram Vallines, a quien ya se ve en campaña para suceder a Nahle García. Interesante.
Hoy se trata de fortalecer al partido en el poder, ahí donde hubo 283 homicidios de mujeres, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Una entidad machista, que supera las estadísticas nacionales. Con tres Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres. Muchas no pueden hacer efectivos sus derechos. ¿Llegamos todas? Veremos
Periodista. Editora de Género en la OEM, directora del portal informativo: semmexico.mx