El plan contra el robo de combustible no se detendrá, advierte el presidente Andrés Manuel López Obrador; hay 76 heridos
Ciudad de México. El número de muertos por la explosión de una toma clandestina en Tlahuelilpan, Hidalgo, se incrementó a 66, mientras suman 76 las personas heridas.
De los fallecidos, 73 son hombres y tres mujeres; entre los primeros hay 7 menores de 18 años y un niño de 12. Hay lesionados leves, medianos, graves y muy graves.
Así informó el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, en conferencia matutina urgente en la capital del país, acompañado del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, e integrantes del gabinete de seguridad.
El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, informó que ayer habría alrededor de 600 personas tratando de tomar combustible del ducto cuando explotó.
El miltar indicó que los elementos policiacos que se encontraban en el lugar advirtieron del peligro de lo que realizaban, pero la población reaccionó con agresividad. Precisó que había 25 soldados, los que se replegaron para evitar enfrentamientos.
El presidente López Obrador dijo: "estamos consternados por estos hechos, por esta tragedia y queremos, antes que nada, ofrecer nuestro más sentido pésame a los familiares de las víctimas".
Sin embargo, enfatizó que el combate al robo de combustible no se detendrá: "claro que va a seguir el plan, lamento mucho lo sucedido, me duele, pero tienen que cambiar estas cosas".
