Sociedad

inseguridad justicia armaEn 2014, de las personas de 18 años y más insertas en hogares, 73.6% señalaron que se sienten inseguros en su entidad de residencia: Inegi

Este domingo se celebra el Día Nacional de la Familia

 

La familia es el ámbito en el que los individuos nacen y se desarrollan, así como el contexto en el que se construye la identidad de las personas por medio de la transmisión y actualización de los patrones de socialización. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado; de ahí que en 2006 se decretó en México el primer domingo de marzo de cada año como Día Nacional de la Familia, en el cual se establece que las dependencias deben desarrollar actividades para promover el fortalecimiento de la estructura familiar en sus respectivos ámbitos de competencia.

El Informe Regional de Desarrollo Humano señala quela seguridad ciudadana es una condición necesaria para el desarrollo humano, ya que sin ella las personas no pueden ejercer plenamente sus capacidades ni contribuir con todo su potencial a mejorar sus familias. En este sentido, uno de los aspectos que favorecen o perjudican el fortalecimiento y desarrollo de la familia, es la paz y el orden público en el que esta se desenvuelve.

La seguridad pública, como indica la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, tiene como fin salvaguardar la integridad y derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz pública.

En el marco del Día Nacional de la Familia, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) proporciona información de los hogares, en especial de los familiares, en torno a la victimización y percepción de seguridad de sus integrantes, con datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2014.

Composición de los hogares familiares

Cuando se habla de familia se hace referencia al grupo social unido por lazos de parentesco o consanguinidad y que cumple la función de reproducción humana y de socialización de la descendencia. El hogar ha permitido aproximarse a este concepto, ya que en él se identifica el parentesco que los miembros tienen con el jefe(a) (sea consanguíneo, conyugal, de afinidad, adopción o costumbre), lo que permite identificar los arreglos en los que existe una relación de parentesco de tipo familiar.

De acuerdo a la ENVIPE 2014, en México, los hogares familiares constituyen la principal forma de organización de convivencia (89.8%) con un promedio de integrantes de 4.1 personas, en tanto que aquellos hogares en los que no se identifica algún parentesco de tipo familiar representan 10.2 por ciento.

De  acuerdo con esta clasificación, los hogares de tipo nuclear representan la mayor parte de los hogares familiares (72.1%), seguidos de los ampliados con 24.1% y el 3.8% lo conforman los compuestos.

Hogares familiares que han sido víctimas de algún delito

La victimización es entendida como la forma en que un delito afecta a una persona o a un hogar. El daño a las víctimas puede ser físico, mental, emocional, económico, o puede darse en una disminución de los derechos fundamentales de las personas mediante actos u omisiones que violen las leyes penales vigentes.

La ENVIPE considera que un hogar se encuentra en condición de victimización cuando al menos alguno de sus integrantes fue víctima de robo total de vehículo, robo parcial de vehículo, robo en casa habitación, robo o asalto en calle o transporte público, robo en forma distinta a las anteriores, fraude, extorsión, amenazas verbales, lesiones y otros delitos distintos a los anteriores (como secuestros, delitos sexuales y otros).

En México, durante 2013, 33.9% del total de hogares tuvo al menos un integrante que fue víctima de algún delito. Respecto de los hogares familiares, 34.8% tuvieron algún miembro que fue víctima de al menos un delito.

Por otro lado, durante 2013, las entidades que presentan los porcentajes más altos de victimización en hogares familiares son: el Estado de México (58.9%), Distrito Federal (44.4%) y Baja California, (44%), mientras que las entidades con menor porcentaje refiere a Chiapas (19.3%), Oaxaca y Tamaulipas con 22.4 y 23%, respectivamente.

La inseguridad tiene repercusiones en diversos ámbitos, uno de ellos es el económico, ya que por el temor, algunas familias pueden llegar a destinar recursos a fin de prevenir y combatir los efectos negativos de la inseguridad,[1] lo que puede representar un gasto extra en su presupuesto.

De los hogares familiares en los que alguno de sus miembros fue víctima de al menos un delito durante 2013,  42.4% cambiaron o colocaron cerraduras y/o candados; 29% colocaron o reforzaron rejas o bardas; en tanto que 23.3% cambiaron puertas o ventanas, durante ese mismo año. Con respecto a los hogares familiares que no fueron víctimas de algún delito, 19.7% cambió o colocó cerraduras y/o candados; 12.5% colocó o reforzó rejas o bardas y 11.4% realizó alguna acción en conjunto con sus vecinos para protegerse de algún delito. 

La pinta de bardas o grafiti en la casa, rayones o daños intencionales en el vehículo u otro tipo de vandalismo son considerados como actos de vandalismo, al respecto, 7.8% de los hogares familiares sufrieron este tipo de actos, durante 2013.

Percepción de seguridad pública en el entorno del hogar familiar

La percepción de inseguridad se refiere al sentimiento o “estado de ánimo” que las personas pueden tener  acerca de qué tan seguros se sienten en su entorno; tal sentimiento puede estar relacionado con lo que sucede, o bien, con la influencia de otras personas o medios de comunicación.

En este sentido, en 2014, de las personas de 18 años y más insertas en hogares familiares 73.6% declaran que se sienten inseguros en su entidad de residencia. Ahora bien, las entidades en donde se reporta  el mayor porcentaje de personas de 18 y más que señalan esta condición son: Estado México (92.7%), Morelos (89.2%) y Tabasco (86.3 por ciento).

Ahora bien, la percepción de inseguridad, además de la preocupación que puede generar, tiene implicaciones en la calidad de vida y los hábitos cotidianos, al respecto, en 2014, 24% de las personas de 18 años y más insertas en hogares familiares declaran sentirse inseguras en su casa, en tanto que 75.9% refirieron sentirse seguras.

Algunos estudios señalan que una familia bien estructurada permite a sus miembros hacer frente a las presiones tanto de su hogar y de la sociedad; por lo que una desintegración familiar lleva a sus integrantes a enfrentar las situaciones con mayor dificultad, en particular cuando hay crisis; el desarrollo de los hijos puede llevarlos a identificarse con grupos nocivos y caer en conductas antisociales. En 2014, del total de las personas de 18 años y más, 20.8% consideran que una de las tres principales causas de inseguridad en su entidad es la desintegración familiar.

 


 

 

 

 

 

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