Mujeres

niñaEl fenómeno representa la quinta parte de los nacimientos en México y es problema mayúsculo y tragedia silenciosa

SARA LOVERA

 

SemMéxico. El problema mayúsculo para la política de igualdad en México es  que alrededor de 11 mil niñas se embarazan y son madres cada año. Niñas de la ciudad y del campo, afirmó María Marcela Eternod Arámburu, secretaria ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

Niñas de 11, 12 y 13 años, menores de 15 se convierten en madres y en México nacen alrededor de 480 mil  85 bebés de estas niñas. Bebés que esas niñas tienen que cuidar, alimentar y ofrecer sostén económico y emocional, sin herramientas para ello.  Niñas que sufrieron un abuso, una imposición, violencia. Es decir, la quinta parte de todos los nacimientos en nuestro país, es de madres adolescentes.

Una tragedia silenciosa que da escozor entre maestras y maestros; entre madres y padres, que subsiste y está creciendo en la población femenina menor de 20 años.

El segundo y acuciante problema es la violencia contra las mujeres. Del maltrato y cargas indescriptibles de trabajo, obstáculos para el desarrollo,  las agresiones y la pérdida de la vida. El diagnóstico de la Estrategia Nacional para Abatir el Embarazo entre Adolescentes, reconoce  que tras muchos de estos embarazos hay violencia sexual y abuso.

Eternod explica: “desde el Instituto yo creo que se ven muy claramente las problemáticas más importantes que viven las mujeres. Una de ellas es la violencia, la violencia de género, la violencia que se ejerce sobre ellas por el hecho de ser mujeres, se ejerce sobre las niñas cuando decimos te quedas a cuidar a tus hermanitos, se ejerce sobre las adolescentes cuando no les damos opciones para que su vida vaya más allá de la maternidad, se ejerce sobre las propias mujeres cuando son víctimas de agresiones, cuando son víctimas de faltas de respeto, cuando se violan sus derechos, cuando se les paga menos por el mismo trabajo y se ejerce en todos los ámbitos y en todas las condiciones”.

Ambos, el embarazo entre adolescentes y la violencia contra las mujeres son dos retos a enfrentar y resolver si aspiramos a ser un país igualitario y justo. Sólo por ello se justifica, sin discusión, la existencia Inmujeres dice la secretaria ejecutiva.

Las reflexiones y las declaraciones de Marcela Eternod surgieron durante una entrevista con el periodista Javier Lozano, hace 3 días en  el Canal Once de Televisión.

Al hablar  de los embarazos en niñas y adolescentes Eternod explicó detenidamente lo que esto significa: “el problema es con qué herramientas emocionales, intelectuales, económicas, (como niña) enfrentas esa situación; cómo estás preparada para afrontar la gran responsabilidad que es tener un hijo o una hija, si tienes menos de 15 años. Eres una niña teniendo niños en un sentido muy duro, muy brutal, te tienes que enfrentar con la realidad de una responsabilidad, de una vida sin tener ninguna herramienta. Entonces, eso para nosotras es muy preocupante, también es preocupante que los papás de esos niños pueden llevarle a la niña entre 10 y 40 años, o sea, se trata, ¿De qué? ¿Cuál es el tema ahí? ¿Cómo lo podríamos denominar? Pues se trata simplemente de un abuso, se trata de una imposición a esa niña. Son muy pocos los casos que los padres sean de la misma edad.

Muy pocos los casos de relaciones espontáneas entre adolescentes.

A pregunta expresa del entrevistador, la funcionaria del  Inmujeres fue clara, el fenómeno ocurre en la  ciudad y en el campo. En el campo, dijo, “ tenemos esta concepción de que la fecundidad y el embarazo en las niñas es más normal, pero en la ciudad y en las clases sociales no hay diferencias, aunque se agudiza en los sectores menos favorecidos, en las clases sociales menos preparadas.

Y ¿Qué pasará con nuestra clase alta?, pregunto Solórzano; ¿Tienes una idea qué podría pasar ahí donde todo está cerrado con llave y no hay manera de acceder ni de ver?

Primero dijo Eternod:  Al tener más recursos es más fácil resolver situaciones. Pero eso no significa que no suceda. No significa, que no se presente el problema. Y  efectivamente, es un tema que se maneja en la confidencialidad. Siempre en las recolecciones de información tenemos el mismo problema, podemos hablar de la clase media alta, pero hasta ahí llegamos.

Y que pasa más arriba, insistió Solórzano: “Más arriba es… es muy difícil, porque el fenómeno además es muy escaso, necesitaríamos una súper muestra (estadística) para atenderlo, pero además hay toda esta idea de que esa información no se logra, pero cuando se hacen trabajos de caso, cuando se hace investigación cuantitativa, cuando haces historias de vida, pues te das cuenta de que también en esas mujeres hay estos asuntos”.

Y ello es así porque  a veces hay desinformación, a veces por rebeldía, a veces por simple descuido, o por mala suerte, o sea, todo pasa. Hizo notar, por la pregunta del periodista, que mucha gente se pregunta: ¿Será por las drogas?” No, no necesariamente, o sea, la problemática de las drogas también plantea esto pero en relaciones esporádicas, pero no, el impulso a aquí es, muchas niñas, muchas adolescentes piensan que el salto a la adultez es la maternidad, porque en México solamente respetan tantito a las madres, tantito, entonces no hay otra cosa y no hay otra aspiración, desde para qué, “¿Tú para que vas a la escuela si vas a ser mamá y te vas a casar?” Pues voy a la escuela para tener más herramientas para vivir y para el desarrollo personal, el plan de vida de las adolescentes, de los adolescentes, para tener oportunidades, información y camino.

Luego la maestra Eternod habló de la estrategia para abatir los embarazos entre adolescentes, para que no haya niñas con esta problemática al final del sexenio, como promete la estrategia oficial, del presidente Enrique Peña Nieto y dijo “esta estrategia es una sinergia de más de dos dependencias, conjuntamos esfuerzos de Salud, de Educación, del Instituto Nacional de la Juventud, de la Secretaría de Gobernación, de un conjunto muy amplio de instituciones como el IMSS, como el ISSSTE, de Sedesol, o sea, estamos conjuntando todos estos esfuerzos”.

Más educación ¿Serviría?

Aquí la entrevistada entró a un asunto fundamental. Explicó: “Parecería que en las zonas urbanas, en las zonas metropolitanas debiera haber más conocimiento, y más acceso a las medidas de prevención, de atención, de educación, nosotros tenemos identificado que la Secretaría de Educación Pública le ha venido poniendo muy poquita atención al tema, y ¿Por qué? Porque es un tema que da escozor, le da escozor a los docentes, a las docentes y a los padres de familia. Los padres de familia hablan muy poco del tema con sus hijas y con sus hijos”.

“En las zonas rurales tenemos la falta de acceso a los anticonceptivos, la falta de acceso a las charlas de prevención del embarazo, etcétera, entonces es un fenómeno preocupante porque nada más para que nos demos una idea, del total de nacimientos que ocurren en este país cada año la quinta parte es de adolescentes.

Luego recomendó y dijo: “a los  y las adolescentes decimos que por favor entren a una página de la Ciudad de México que se llama Por mí, por ti, por todos, que es sobre salud sexual. Si, así es, Por mí, por ti, por todos, porque en esta página de salud sexual cdmx.mx/, hay toda la información que es vital para que entiendan que su sexualidad es una cosa total y absolutamente normal, que el ejercicio de la sexualidad es un derecho y que ejercer la sexualidad con responsabilidad implica cuidarse uno, cuidar a su pareja y cuidar las consecuencias de esa relación, enfermedades de transmisión sexual, VIH, SIDA, y regular la fecundidad para cuando estemos preparados”.  Y agregó: “Hace poco un niño decía, “si yo como -un jovencito, un adolescente- si yo tuviera un bebé estaría aterrado y huiría”, y una se dice pues por eso huyen. El bebé se queda con la niña.

Luego hizo notar que la niña se queda con la responsabilidad, y le dicen que ella se lo buscó. Esto, qué injusto, qué tremendo, y además a veces sin ningún apoyo ni de la familia, ni de la comunidad, ni de nadie.  A Solórzano le pareció una locura. Lo es.

Finalmente dijo: “este es un tema que tenemos que atender entre todos, los padres de familia, las madres de familia tienen una gran responsabilidad, yo les diría, no les saquemos al tema, platiquemos con nuestras hijas, con nuestros hijos, no le temamos al ejercicio de la sexualidad”. Además “démosle, a los y las adolescentes, los elementos para que se protejan, se cuiden, identifiquen los abusos, tenemos ahora todas estas cosas cibernéticas del bullying y del enganche por medio de las computadoras”.

El fondo

La secretaria ejecutiva de Inmujeres entró al fondo del problema de la condición de las mujeres y las niñas, cuando Solórzano, de manera didáctica le preguntó si algún día debía desaparecer el Instituto. Eternod fue muy clara:

“Eso sucederá cuando la desigualdad entre hombres y mujeres no exista, cuando seamos iguales en los hechos, cuando mujeres y hombres tengamos las mismas oportunidades, cuando esta cultura de privilegio con la que nacen los varones aunque no se den cuenta, ya no exista, cuando se trate igual a niños y niñas” Hoy el Inmujeres tiene la encomienda de reducir todas estas brechas de desigualdad y de ir haciendo políticas públicas y acciones afirmativas para reducirlas.

También fue más a fondo. Y  dio elementos. El techo pegajoso, el piso pegajoso, el techo de cristal, por estar embarazada no te contrato, por estar embarazada te pago menos si haces trabajo doméstico, es una tradición, es una cultura que ni siquiera se percata que está ejerciendo la violencia. Cuando uno empieza a indagar, muchos hombres se dan cuenta de que son hombres violentos pero de manera inconsciente, así fueron educados, sírveme, atiéndeme, la ropa, exigencias y exigencias y exigencias.

Y uno de los problemas cruciales es cómo está construida toda nuestra infraestructura, de tal manera que las mujeres estén en su casa y si salen de su casa siguen siendo responsables del trabajo doméstico y de los cuidados. El tema de los cuidados es crucial porque no tenemos infraestructura; México no cuenta con un servicio nacional de cuidados en donde las mujeres puedan insertarse en el mercado de trabajo para ser dueñas de sus propios recursos y tengan a sus hijos e hijas bien cuidados, que tengan la confianza.

Hay  de casos tremendos de que los niños se quedan encerrados. Solos en sus casas. Y las niñas.  Hay que saber cómo una hermanita de 10, 12, 15 años, que tiene que hacer todo este trabajo de cuidar, atender, alimentar a los pequeños.

Por ello, para Eternod hay una verdadera  necesidad de que en México exista  una política nacional del cuidado, que toda la familia se haga responsable de las personas ancianas; responsable, sí, pero con el Estado, “Que nos echen una manita, que podamos dejar a nuestras viejitas, nuestros viejitos en una casa de día, que estén atendidos seis, ocho horas, después que vayan a la familia, después que vayan a algún lugar en donde ellos se sientan más a gusto, para conversar de temas de su generación, oír música. Esa, puntualizó es otra de las asimetrías tremendas.

Otra tragedia es  que las mujeres tienen que optar, yo opto, como mujer, por tener una familia, tengo una familia y tengo que optar entre cuidar de esa familia, atender esa familia o desarrollarme profesionalmente. Y mirando a Solórzano, a él y a todos los hombres dijo: “Ustedes no tienen que optar, les es fácil, decir yo puedo”.

 ¿No es eso natural?, preguntó Solórzano, otra vez didáctico. Y ella explica: No. Esa naturaleza es una construcción social asimétrica y patriarcal y de base injusta y desigual.

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