El Seguro Popular no incluye este proceso vital ligado a la autoestima y la salud de pacientes de cáncer de mama
Gema Villela Valenzuela/ Cimacnoticias | Ciudad de México
En México, desde hace una década, el cáncer de mama (CaMa) ocupa el primer lugar en muertes por tumores malignos en las mujeres mayores de 25 años. Cada dos horas una mujer muere por esta causa.
Datos de la Secretaría de Salud revelan que en 2014, se registraron 11 mil 372 casos nuevos de cáncer de mama con una tasa de incidencia de 22.56 por cada 100 mil habitantes mayores de 10 años.
En el grupo específico de mujeres de 25 años y más, se registraron 5 mil 974 defunciones (17.6 defunciones por cada 100 mil mujeres) cuyo promedio de edad fue de 59 años. Las entidades con mayor mortalidad por CaMa son: Chihuahua (29.9); Nuevo León (25.6); Colima (24.1); Ciudad de México (24.0); Sonora (22.6); Jalisco (21.8); Coahuila (21.3) y Tamaulipas (20.5).
Actualmente en nuestro país las sobrevivientes de CaMa que han sido sometidas a una mastectomía (extirpación de una glándula mamaria o ambas) costean de sus propios bolsillos la cirugía reconstructiva, que más allá de un asunto estético, está ligado a la autoestima y a la salud.
El Seguro Popular cubre el diagnóstico, tratamiento y cirugías para la detección y control de la enfermedad, pero no incluye las cirugías reconstructivas cuyo costo oscila entre 12 mil y 15 mil pesos, en organizaciones como la Fundación para el Cáncer de Mama (FUCAM).
La médica oncóloga de consulta externa e intervención quirúrgica del FUCAM, Patricia Verónica López Jiménez, dijo a Cimacnoticias que las mujeres que llegan con cáncer en etapa temprana representan un 20 por ciento, mientras que 53 por ciento llega en etapa avanzada.
A ellas les pueden brindar todo el tratamiento de manera gratuita a través del Seguro Popular, que va desde el diagnóstico, mastografías, ultrasonidos, quimioterapia o radioterapia, aplicación de vacunas y la mastectomía.
Explicó que las mujeres que llegan al FUCAM en etapa temprana que requieren mastectomía, tienen entre 35 y 50 años de edad, y pueden ser candidatas a una cirugía reconstructiva, sin embargo, la mayoría no pueden pagarla y el Seguro Popular no la cubre por considerarse una intervención estética.
Como el costo de las cirugías reconstructivas es elevado, existen organizaciones como la Asociación Mexicana Contra el Cáncer de Mama A.C. (Cimab) que realiza donaciones de implantes externos para mujeres que han sido sometidas a una mastectomía.
La encargada de enlaces médicos de Cimab, Cecilia Ortíz explicó en entrevista, que el costo por cada implante externo cuesta aproximadamente 4 mil pesos mexicanos. Las donaciones incluyen un brasiere especial, una peluca y un turbante.
Cecilia Ortíz indicó que más allá de una cuestión estética, los implantes son necesarios para la postura y columna de las sobrevivientes de cáncer, porque con la pérdida del peso natural de las mamas, tienden a encorvarse.
RECONSTRUIRSE
Sandra María Blancas González es una mujer de 39 años de edad, soltera, sin hijos. Durante muchos años trabajó como relacionista pública de una empresa de seguridad, ahora se dedica a la venta de productos caseros. En octubre del 2014, al realizarse una autoexploración se detectó un bulto en su seno izquierdo.
Acudió con el médico ginecólogo que la había atendido desde los 14 años de edad, ahí, sin más, el médico le practicó una intervención quirúrgica para quitarle el bulto, pero al abrirle el seno, se dio cuenta que era un tumor “ductal infiltrante” (que se encontraba en los ductos de las mamas y se puede infiltrar a otras áreas).
La intervención quirúrgica provocó que se infiltrara el cáncer pero Sandra no denunció negligencia médica, porque el tiempo que tenía a su favor era para actuar y salvar su vida.
“Me di una tarde para llorar y gritar, preguntar ¿por qué a mi? y luego llegó el ¿qué voy hacer? ¿cómo lo voy a tomar? en esto eliges vivir o te deprimes y te puedes ir en días” .
Fue entonces que tramitó su Seguro Popular y acudió al FUCAM, ahí le hicieron la mastectomía del seno izquierdo y una “ooforectomía” (extirpación de ovarios), para poder mantener un equilibrio hormonal y ayudar a controlar el cáncer.
La mastectomía la cubrió con el Seguro Popular y como era candidata a cirugía reconstructiva, tuvo oportunidad de acceder a un implante.
“Fue muy impactante verme sin un seno, pero aprendí a amar mi cicatriz, a tocarla, pero también amo los implantes, agregó Sandra, quien ya es paciente en remisión y va a control médico cada tres meses.