Para México este sector es de gran importancia económica por su contribución al PIB, dice
MÉXICO, DF. Ernesto Piedras, especialista en economía cultural y quien forma parte del grupo de especialistas en políticas culturales (www.politicasculturales.mx) se refiere al libro ¿Cuánto vale la Cultura? Contribución económica de las Industrias Protegidas por el Derecho de Autor en México, que hace una década realizara el Conaculta, y al que considera “un esfuerzo colectivo con las sociedades de gestión en México; que representó un ejercicio pionero de reconocimiento sobre la necesidad de estadísticas e indicadores que reflejaran el impacto de la cultura en la vida económica y social del país”.
Y es que, a pesar de que aún son pocos los estudios especializados en la economía del sector cultural y creativo, “cada día estos han ido tomando forma” y continúa, “cada vez hay más universidades y centros de investigación en México que dedican sus análisis, desde una perspectiva socioeconómica, a los bienes y servicios culturales y creativos. Hoy en día no queda duda que el sector cultural en conjunto es un detonador clave del desarrollo económico y social del país”.
Para Piedras, es posible afirmar que cada vez existe un mayor entendimiento de que las dimensiones económicas, sociales y culturales no se encuentran aisladas. “De ahí deriva el interés en estudiar los aspectos económicos de las industrias protegidas por el derecho de autor (IPDA), ya que se trata de un sector económico que genera empleos, ingresos y comercio exterior, pero también porque tiene un significado especial hacia la creación de identidad y el reflejo de la diversidad cultural de cada país”.
El término IPDA se refiere a aquellas actividades que se desarrollan con base en creación de contenido en materia cultural y los cuales están sujetos a derechos de autor. “Tales derechos representan una alta rentabilidad social, por lo que una gestión cultural eficiente requiere considerar los incentivos económicos que los fomenten”.
De acuerdo con Piedras, los lineamientos desarrollados en la metodología de la OMPI y con base en las mejores prácticas internacionales, las industrias derivadas de la actividad cultural se clasifican en cuatro niveles: industrias base; industrias interdependientes; industrias parcialmente relacionadas e; industrias no dedicadas.
Estos cuatro niveles agrupan a todas las actividades vinculadas a la cultura y las clasifican según su grado de participación en la misma. “De este modo, las actividades que se dedican enteramente a la cultura se agrupan en los dos primeros grupos, mientras que aquellas poco relacionadas con la cultura se clasifican en los últimos dos”.
Señala el también el Director General de The Competitive Intelligence Unit, que el componente que ha crecido más que proporcionalmente es el correspondiente a la economía sombra, que es la que incluye la producción de bienes y servicios que deliberadamente se escapan de las autoridades por razones como evitar el pago de impuestos o las contribuciones a la seguridad social o evitar cumplir ciertos procedimientos administrativos, entre otros. Por lo que “esta situación plantea la posibilidad para redefinir las políticas culturales de modo tal que las actividades realizadas en el ámbito de la economía sombra puedan ir transformándose en parte del sector formal de la economía”.
De acuerdo con el especialista ¿Cuánto Vale la Cultura? mostró que las IPDA constituyen per se un sector de actividad económica con características propias, “pero que también comparten características semejantes a otras industrias por lo que requieren de reglas claras, estables y conducentes para su desarrollo como las de los demás sectores económicos del país. Y es que para México este sector “es de gran importancia económica por su contribución al Producto Interno Bruto, su alta productividad y, finalmente, porque brinda al país ventajas competitivas en la interacción comercial con el resto del mundo”, concluyó.
Para ver el texto completo: http://www.politicasculturales.mx/cuanto-vale.html
INFORMACIÓN DEL CONACULTA