Cultura

DeepUnas cuatro mil personas vibraron con los viejos éxitos del legendario grupo inglés

 

Si bien no es lo mismo Los Tres Mosqueteros que "43 años después", no cabe duda que Deep Purple prendió a los ¿cuatro o cinco mil? "ruconroleros" y generaciones más jóvenes que se dieron cita en la Monumental de Zacatecas al concierto del legendario grupo inglés, formado en el mítico 1968 y que alcanzó su clímax musicial con el disco Machine Head, en 1972, considerado por revistas especializadas como uno de los 50 "más pesados" en la historia del rock and roll, y que incluye rolas clásicas como Humo en el agua y Estrella de la carretera.

En la historia de Deep Purple, ni duda cabe, la quinteta más exitosa fue la conformada por Ian Gillan en la voz, Roger Glover en el bajo, Ian Paice en la batería, Jon Lord en los teclados (ya fallecido) y Ritchie Blackmore en la guitarra. En 1972 rondaban los treinta años y hoy los dos primeros tienen 70 años de edad y el tercero 67. ¡"Que viva el ruconrol"!

Y esa columna vertebral con el viejo y cansado Gillan y los enjundiosos y aún pulcros Glover y Paice, acompañados de Steve J. Morse en la guitarra y del tecladista Don Airey, se presentaron anoche en la Plaza de Toros, en un concierto cargado de nostalgia, de cuando las tocadas no estaban salpicadas de grandes escenografías y tecnología. Fue un volver a lo básico: escuchar buena música, con los tradicionales solos de bateria, teclados, requinto y teclados (por cierto, buen puntacho de Don Airey al dar unos compases de La Marcha de Zacatecas, cordialidad del inglés que fue aplaudida por el respetable).

Así, los tres rockeros de 1972, hoy "ruconroleros", junto con sus dos acompañantes que van por el mundo con aquéllos desde 2002, se arrancaron poco después de la 21:30 horas con Estrella de la carretera, rola que de inmediato prendió a los de la tercera, segunda y primera edad, sin dejar de lado -el prietito en el arroz- que el güerejo y greñudo del Steve se queda muy corto en la parte del requinto que inmortalizara Ritchie Blackmore en esa prendidísima canción.

Durante el concierto no faltaron las clásicas Lazy, Murmullo, Mujer Extraña, Humo en el agua (Smoke on the water cantó a todo pulmón el respetable con un dominio del inglés impecable en el estribillo fire in the sky) y Black Night (noche negra en la Monumental, en una versión que comienza con un solo de Glover en el bajo).

Cuanto humo en el agua habrá pasado, o seguirá pasando por la garganta de Ian Gillan, quien en sus años mozos tenía una potente voz que, ahora, intenta rememorar no con gran fuerza. Su banda entiende que los años y la voz no pasan en balde y, de ahí, el alargamiento de las canciones con pura música para dar tiempo a que su vocalista se recupere. Por cierto, ¿que haría Gillan detrás de una pequeña cortina negra a la que fue de manera constante durante el concierto? Los malpensados dirían que a darse un "lineazo", los moderados que a tomar un "guisqui" o un cognac, y los buena gente expresarían que a darse unos "buenos tragos de oxígeno".

Sea como fuera, más de uno de los que estaban en la Monumental cerraron los ojos para recordar el latigazo electrizante que sacudió sus osamentas al escuchar Machine Head (Cabeza de máquina, en una traducción literal) en aquel lejano 1972 y que anoche oyeron en vivo y a todo color con un retraso de cuatro décadas.

Uno de nuestros "clásicos" zacatecanos cantaría que "el tiempo pasa"  y, de eso, hoy dio cuenta cabal el Deep Purple en Zacatecas, "la banda más ruidosa del planeta" en los años 70, según el libro Guinness de los récords. Sin embargo, con todo y los bemoles del dios Cronos, valió la pena asistir al nostálgico concierto "ruconrolero" de los ingleses.

A este paso, ironizó uno de los asistentes, "no pierdo la esperanza de ver aquí a los Stones o al McCartney cuando tengan 85 años, y yo 64"...

 

 

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