Cultura

RAFLa tiranía de Octavio Paz condenó al ostracismo a una de las mejores escritoras que ha dado este país: René Avilés

 

Pachuca, Hgo.- A los cien años del natalicio de Elena Garro, el escritor René Avilés Fabila, dictó una conferencia titulada “Vida y obra de Elena Garro. Centenario de su nacimiento”, en el marco de la Feria Universitaria del Libro (FUL), realizada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) con el soporte de su Patronato y de la Secretaria de Cultura (antes Conaculta).

La coordinadora de Fomento a la Lectura de la UAEH, Corina Martínez, presentó al escritor homenajeado por la máxima casa de estudios hidalguense hace dos años, René Avilés Fabila, a quien también señaló como un impulsor del Museo del Escritor, dedicado al acopio de ediciones, ilustraciones y fotografías de la obra de connotados autores, sobre todo mexicanos, “que generosamente ha prestado para exposiciones en esta universidad”, dijo la funcionaria universitaria. 

Por su parte, en una amena charla frente a un auditorio repleto de jóvenes preparatorianos y universitarios, el creador del suplemento cultural y ahora revista “El Búho”, Avilés Fabila, dijo: “Elena Garro escribió un libro extraordinario, es autora de una novela traducida a varios idiomas, ‘Los recuerdos del porvenir’, en 1963; de una obra de teatro majestuosa sobre Felipe Ángeles y otros textos magistralmente escritos. A Elena Garro, incluso no se le ha reconocido, pero es precursora del realismo mágico pues ‘Los recuerdos del porvenir’ se publicó cuatro años antes que estallara el Boom Latinoamericano con Gabriel García Márquez y su ‘Cien años de soledad’ como máximo exponente”. 

René Avilés Fabila narró extensamente cómo y cuándo conoció a Elena Garro, allá en 1964, “ya era una mujer muy polémica y pronto vi que su vida se volvió muy polémica, por lo de la muy discutible delación de la Garro respecto al movimiento estudiantil del 68”. La conocí durante una discusión sobre la vía que Cuba había tomado con su revolución, que la escritora sostenía con el embajador de Cuba en México”. De la plática ella se retiró airada y entonces un grupo de jóvenes entre los que se encontraban él y el fallecido Parménides García Saldaña, la abordaron y fue cuando la vio por primera vez. “Era una mujer extraordinaria”, dijo. 

El escritor comentó que para ese entonces las diferencias entre Octavio Paz y Elena Garro eran evidentes, él más reaccionario y reflexivo; él cercano al poder y ella más interesada por la injusticia social, por los problemas del caciquismo, “en ese sentido, hasta en su obra es más sucesora de Rulfo, pues le preocupaban más las paradojas de la Revolución y la pobreza de los campesinos que los problemas filosóficos y estilísticos que apuraban a Paz”, apuntó.

El escritor señaló que “México le debe a Elena Garro el gran homenaje que merece, pero la sombra y la dictadura que Octavio Paz ejerció sobre el ámbito cultural –y sigue ejerciendo—en México se lo han escatimado. Elena Garro siempre fue una mujer a la que se le fueron cerrando puertas y vivía apenas de limosnas en unas condiciones lamentables. Yo la vi algunas veces. La busqué en París en 1989 y estaba muy renuente de venir a México”.

“La fui a visitar, me dijo que sí me había leído, y ahí comenzó una gran amistad que me permitió participar activamente en el regreso de Elena a su Patria. Lo que sí es un hecho es que Elena se resistía vivir en México, porque le asustaba el poder que tenía el gobierno para hacerles daño. La fuimos convenciendo y la trajimos vía Guadalajara, y era mejor no llegar directamente a la Ciudad México; fuimos un grupo muy pequeño. Tuvo muy buen recibimiento en Guadalajara y en México. Los tiempos habían cambiado. Para entonces Paz se había convertido en el tirano de la cultura mexicana. Por años solicitamos dinero a distintas personalidades, la verdad es que muchos dieron, hasta un judío cardiólogo, que no quiso que ella supiera”, reseñó Avilés.

Reveló ante los asistentes cómo sucedió el regreso de Elena Garro con su hija Helena Paz Garro; como fue el periplo de la escritora, sus obsesiones, su talento y la lucha encarnizada que sostenía con Paz, las autoridades de cultura y los corifeos del poeta y premio Nobel 1990.

“Había una aversión de Paz hacia Elena y hasta por su hija; además el gobierno mexicano siguió teniendo distanciamiento con Elena, porque nunca se le hizo el reconocimiento que merece como escritora, ni se le dieron las condiciones necesarias para que viviera de lo que sabía hacer”, prosiguió el escritor. 

Así, entre anécdotas, señalamientos de la perversión de la mafia intelectual de México en torno a Octavio Paz para suscribir los ataques contra Garro, juzgándola de loca, o traidora; y del silencio ominoso del gobierno que ha invisibilizado la majestuosidad de la obra de la escritora poblana; y señalando las aportaciones como narradora y dramaturga que la autora poseía y dejó como legado no sólo para México, sino para el mundo, Avilés Fabila exigió que “las autoridades culturales de este país ya le rindan el merecido homenaje que esta gigante de las letras, merece”.

Cabe mencionar que la asistencia de jóvenes a la ponencia de René Avilés Fabila fue muy nutrida y éstos festejaron y aplaudieron las apostillas irónicas que el escritor entreveró en su charla, a la que había preparado como magistral, pero “prefiero improvisar, porque eso de magistral suena muy aburrido”. 

La Feria Universitaria del Libro inició así la conmemoración del centenario del nacimiento de Elena Garro, y continuará con actividades culturales y presentaciones editoriales hasta mañana domingo 4 de septiembre, ahí, “donde a las letras no se las lleva el viento”.

 

INFORMACIÓN: DIFUNET

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