Ciudad de México. Incurren en lo que se conoce como pedagogía de la crueldad consistente en hacer manuales de cómo asesinar a una mujer: Rita Segato
Hazel Zamora Mendieta
Cimacnoticias
Luego de que las legisladoras del Partido Verde Ecologista (PVEM) presentaron en el Congreso de la Ciudad de México una iniciativa para agregar al Código Penal capitalino un capítulo denominado “Lesiones cometidas contra la mujer en razón de su género” que pretende, entre otras cosas, sancionar las lesiones con ácido o sustancias corrosivas, algunos medios de comunicación han incurrido en “pedagogía de la crueldad”.
Sin proteger la identidad de las víctimas, cuyos agresores continúan en libertad, algunas han sido expuestas y diversos medios han hecho reportajes, ex profeso, para explicar lo “fácil” que es adquirir estas sustancias y detallan dónde, cómo, a qué precio y qué efectos puede tener el ácido.
Como consecuencia, este 15 de abril se confirmó que una mujer que ya había sido agredida con ácido por parte de su ex pareja, fue herida nuevamente, ahora con una navaja por -así le advirtieron durante el nuevo ataque- sus denuncias en televisión. La víctima ya recibió medidas de protección tras denunciar en el Ministerio Público.
La propuesta del PVEM pretende incorporar los artículos 148 Ter y 148 Ter 1 para sancionar con siete a catorce años de prisión a quien cause “lesiones a una mujer por razón de género”, tales como lesiones infamantes, degradantes o una mutilación; aumentar la pena en dos tercios cuando las lesiones sean provocadas mediante el empleo de ácidos o sustancias corrosivas o cuando exista alguna mutilación o lesión provocada en los órganos genitales femeninos y mamas.
La misma reforma, pero para modificar el Código Penal Federal y con mayor penalidad (de 10 a 15 años de prisión), la presentó el grupo parlamentario de PVEM en el Senado de la República. Sustentan su propuesta con datos de la asociación Acid Survivors Trust International (ASTI por sus siglas en inglés) que atiende este tipo de casos en países como Pakistán, India, Nepal y Uganda, donde los ataques con ácido a mujeres son frecuentes.
Sobre México las legisladoras reconocieron que no existen datos de cuántos casos han ocurrido, pero aseveran que están aumentando según las historias que han contado los medios de comunicación, las más reciente ocurrió en noviembre de 2018 en la Ciudad de México, por lo que realizaron un foro para abordar el tema con diversas víctimas.
Sin datos que comprueben si es una agresión generalizada en el país o sin mencionar su fuente, en las notas informativas se afirma que existen entre 4 a 5 casos de ataques con ácido a mujeres en todo el territorio.
En los relatos mediáticos, como sucede constantemente en los casos de feminicidio, se incurre en lo que la antropóloga argentina Rita Segato denomina “pedagogía de la crueldad”, que se refiere a cuando los medios hacen manuales de cómo asesinar a una mujer.
Las y los comunicadores tienden a describir a detalle la violencia y colocan los hechos como aislados, sin dimensionar la gravedad de la violencia de género. Lejos de colocar el acceso a la justicia y atención a la salud para las víctimas, los reportajes de las y los comunicadores se han enfocado en describir cómo comprar este tipo de sustancias. Precisan los lugares dónde adquirirlo, sobre la legalidad, el precio que tienen, sus efectos e incluso difunden fotografías de las sustancias.
Rita Segato agrega también respecto a las coberturas de casos de feminicidio que la propagación de esta información puede generar ideas de incitación y promoción del crimen, un hecho grave si se considera que en México son asesinadas nueve mujeres a diario según estimaciones de Naciones Unidas y 66 por ciento han sufrido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o discriminación a lo largo de su vida de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (Endireh).
La violencia de género es un tema recurrente en el tratamiento informativo de los medios, sin embargo, aparece constantemente como un tema de sensacionalismo y sin rigor informativo. Por ello a fin de mejorar la cobertura periodística y hacerlo desde una perspectiva de género el Observatorio de Medios de Comunicación e Información de la Mujer (Cimac) construyó un decálogo.
Se recomienda investigar el caso; contextualizar la violencia de género; cuidar el lenguaje y eliminar adjetivos que califiquen la imagen de la víctima o justificar al agresor; evitar mostrar como hechos aislados; consultar opiniones de personas expertas, leyes y sentencias judiciales; visibilizar la violencia de género como violación de Derechos Humanos.
Evitar narraciones e imágenes escabrosas que alienten el morbo y hagan de la violencia contra las mujeres un espectáculo; identificar claramente los tipos y modalidades de la violencia contra las mujeres y destacar las denuncias previas, los procesos judiciales pendientes, así como las órdenes de protección.
También instrumentos como la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, documento internacional firmado por el Estado mexicano en 1995, en el cual se pide mostrar sensibilidad con las víctimas y sus familiares cuando se informa.