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Marcela Lagarde investigadoraAl definir el término feminicidio, el Estado mexicano es parte del problema; no se refiere sólo al acto de matar, sino al acto misógino de enorme tolerancia social y del Estado

Angélica Jocelyn Soto Espinosa

Cimac. Ciudad de México. “Digámoslo ya. Nuestro país da vergüenza. Da vergüenza el maltrato a las niñas, a las mujeres jóvenes, adolescentes casadas obligadas a maternidades forzadas (…) Nos dedicamos cada día a erradicar esa plaga nefasta y terrible y, pese a todo, cada día nos levantamos con nuevos nombres de niñas y de mujeres que han sido cruelmente asesinadas”

Así lo dijo la antropóloga feminista Marcela Lagarde y de los Ríos, — a quien se le acuña la creación del término feminicidio— durante su conferencia magistral este 19 de febrero de 2020 en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE), donde además afirmó que la teoría comprueba que es posible un mundo en el que no exista la violencia contra las mujeres.

Esta conferencia se llevó a cabo en un contexto en México de más de dos meses de paros y movilizaciones en distintos planteles de las universidades más importantes del país por la falta de atención a la violencia contra las alumnas, así como cinco días seguidos de protesta, dos afuera de Palacio Nacional, por el feminicidio con saña de una joven de 26 años, Ingrid Escamilla, una niña de siete, de nombre Fátima en la Ciudad de México, y los otros casi mil casos de feminicidio registrados por el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública, tan sólo durante el primer año de gobierno de López Obrador.

La académica e investigadora se refirió varias veces a los recientes declaraciones que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus conferencias respecto a que el feminicidio es consecuencia de la pérdida de “valores morales” y del neoliberalismo, y que no hay necesidad de que las feministas pinten el Palacio Nacional como parte de sus protestas.

Lagarde enfatizó que la desigualdad de género que vive el país es estructural, no moral, como ha querido defenderse el mandatario federal. La diferencia está, explicó, en que los primeros cambios deben hacerse en la cultura y en la estructura social para alcanzar la igualdad social, económica, jurídica, normativa y otras entre mujeres y hombres.

Después vendrán los cambios en la moral, que incluso podría convertirse en una ética del respeto de las mentes, de los cuerpos y de los afectos de las mujeres, una ética –dijo– conforme a la vida libre, la igualdad y al desarrollo de cada quien.

Lagarde reviró al Presidente al decir que “las feministas de todos los tiempos han construido una filosofía fundamental sin la cual no se entendería la historia (…) El feminismo es la transformación cultural más importante que hemos conseguido las mujeres como género en la historia y por tanto no debemos enajenarnos, necesitamos conocerlo, olerlo, marcharlo y hacer pintas como están haciendo las jóvenes en esta ciudad”.

También aplaudió a las jóvenes que protagonizaron durante cinco días consecutivos, y todo el año pasado, las protestas por la exigencia del reconocimiento de los Derechos Humanos para las mujeres.

La también ex diputada, impulsora de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), explicó que el mandato de quienes crearon esa normativa en 2007 no era disminuir sino erradicar, poner fin, a la violencia contra las mujeres.

Al respecto, la antropóloga dijo: “queremos erradicarlo (feminicidio y violencia feminicida) completo porque se puede. Se puede. La teoría feminista, la teoría política, la historia, la antropología, la ciencia política plantea con claridad que si se erradica la desigualdad se erradica la violencia”.

Y relató que a lo largo de los años se han construido instrumentos en México para prever dónde habrá feminicidio, ya que se puede georreferenciar los lugares que concentran los diferentes elementos que configuran un caldo de cultivo para el feminicidio.

Marcela Lagarde explicó que al definir el término feminicidio señaló que el Estado mexicano es parte del problema, parte de la violencia feminicida, del feminicidio, ya que no se refiere sólo al acto de matar, sino al acto misógino de matar a una mujer con una enorme tolerancia social y del Estado.

“La sociedad tolera la violencia contra las mujeres con una gran tortura todo el tiempo, en todos los espacios, persona a persona, en espacios privados, públicos, instituciones e incluso, como vemos ahora, educativos. El feminicidio entonces incluye al Estado como parte de los componentes de esta violencia feminicida”, detalló la también directora de la Red de Investigadoras por la Vida y la Libertad de las Mujeres.

Lagarde detalló que desde hace 20 años ella, diferentes gobernadores se comprometieron a incluir la perspectiva de género, formar a funcionarios, e instruir a políticos de que las instituciones tengan y propicien una visión de género, lo que hasta ahora no se ha cumplido. “Qué maravilla sería que este país de la tragedia feminicida logremos convertirlo en el país que logre erradicar la violencia feminicida contra las mujeres y niñas.

Por su parte, la abogada feminista Andrea Medina Rosas y litigante del caso Campo Algodonero –que participó en la conferencia como comentarista– calificó como “irrespetuosos y fuera de la ley” los comentarios del presidente y de otros funcionarios que se han expresado en contra de las recientes protestas feministas.

“Nos están pidiendo creatividad, nos están pidiendo paciencia, nos están pidiendo silencio, pero no, vamos a gritar que cumplan la ley, que la conozcan. El hecho de que políticos en este país digan que la causa del feminicidio es el neoliberalismo, hablar de la ignorancia total de la ley”, dijo la también defensora de los derechos de las mujeres.

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