Se da seguimiento a siete mil 182 mujeres en embarazo y puerperio; 2 mil 682 son positivas, informaron autoridades de Salud
Hazel Zamora Mendieta / CIMAC
Ciudad de México. El COVID-19 se ha convertido en la primera causa de mortalidad materna en México 2020, representa una razón de muerte materna (RMM) de 6.8 por cada 100 mil recién nacidos vivos, por debajo de enfermedades hipertensivas, hemorragia obstétrica, posible COVID-19, aborto y enfermedades del sistema respiratorio.
De acuerdo con el “Informe epidemiológico semanal de mujeres y puérperas estudiadas por COVID-19” de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, al corte del 20 de julio de 2020, se da seguimiento a siete mil 182 mujeres en el embarazo o puerperio. De ellas, dos mil 682 son positivas a la COVID-19 (37.3 por ciento), tres mil 486 son negativas (48.5 por ciento) y 739 se mantienen como casos sospechosos (10.3 por ciento).
Así lo informó la directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGySR), Karla Berdichevsky Feldamn, durante el conversatorio “La salud y mortalidad materna en el marco del COVID-19: una aproximación desde el enfoque de Derechos Humanos” que organizó este 22 de julio el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) México, el Comité Promotor por una Maternidad Segura, el Observatorio de Mortalidad Materna en México, entre otras organizaciones de la sociedad civil.
Sin contar las muertes maternas por COVID-19, la RMM en México sería menor que los años anteriores señaló Karla Berdichevsky, no obstante, la pandemia causó un incremento del 19 por ciento de la razón en comparación al año pasado, actualmente se ubica en 38.7 defunciones por cada 100 mil recién nacidos vivos.
La doctora Berdichevsky Feldamn explicó el estado actual de la pandemia del COVID-19 en relación a la salud materna en México, así como el incremento de la mortalidad materna cuya primera causa se ha convertido el coronavirus. Recordó que el primer caso de muerte materna relacionado a la pandemia en el país ocurrió el 9 de abril de 2020, para el día 21 del mismo mes que inició la tercera fase, la Secretaría de Salud ya contaba 63 casos confirmados de COVID-19 en mujeres embarazadas, a la par de 103 casos por influenza.
Según la información de la Dirección General de Epidemiología que presentó Berdichevsky, al 20 de julio de 2020 hay 81 defunciones maternas por COVID-19 confirmadas: 40.7 por ciento falleció en el tercer trimestre de gestación y 34.6 por ciento ocurrieron en el puerperio (período inmediato al parto que se extiende hasta 40 días).
En tanto, 49.8 por ciento de los casos confirmados de coronavirus en mujeres embarazadas se reportaron en el tercer trimestre de gestación (mil 175 en total), 31.6 por ciento en el segundo trimestre y 18.7 por ciento en el primer trimestre. Un 27 por ciento de las gestantes positivas a COVID-19 se encuentran o estuvieron hospitalizadas.
¿Qué sabemos de las muertes maternas asociadas a COVID-19?
Si bien el coronavirus no representa un riesgo mayor para las mujeres embarazadas de desarrollar enfermedad grave que el resto de la población, México ha tenido un incremento de mortalidad materna a partir de la pandemia, ya sumaban 81 muertes maternas con resultado positivo a la COVID-19 y 606 personas recién nacidas positivas al virus.
La titular del CNEGySR indicó que existe una asociación de las defunciones maternas reportadas por COVID-19 con comorbilidades, las más frecuentes son obesidad (19.8 por ciento), diabetes (11.1 por ciento), hipertensión (6.2 por ciento) y asma (3.7 por ciento).
A pesar de las directrices que determinó la Secretaría de Salud para la atención de mujeres gestantes, la directora del Centro reconoció que han sumado nuevas barreras para ofrecer atención a la salud materna y perinatal, como: la reconversión hospitalaria para la atención de la COVID-19, la suspensión o negativa de atención durante la etapa prenatal; recursos limitados para atención de emergencias obstétricas; disminución de la demanda de servicios por temor al contagio; y la pérdida de ingresos económicos que afecta directamente a las mujeres para realizar un plan de parto o traslado a hospitales.
Asimismo, encontraron un cambio en los patrones de lugar de ocurrencia de los nacimientos. Información preliminar, muestra que respecto al año pasado en las siete entidades que presentan mayores cifras de muerte materna en 2020 hay una tendencia de aumento de nacimientos en unidades médicas privadas y una disminución en las unidades de la Secretaría de Salud a partir del mes de abril.
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No obstante, la doctora recordó que no se recomienda la prueba de la COVID-19 de manera universal para las mujeres embarazadas, únicamente en los casos sospechosos.
Por su parte, Cristian Morales Fuhrimann representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recordó que la muerte materna constituía antes de la pandemia un desafío importante para México, hoy estas defunciones representan un 17.5 por ciento del total de muertes relacionadas a la pandemia en el país.
Entre los desafíos, Morales Fuhrimann destacó que está asegurar que el personal médico conozca los lineamientos para manejar los embarazos de la manera adecuada durante la pandemia; que todos los países registren debidamente cada caso, tratando que contenga la mayor cantidad de detalles posibles de las causas de la muerte, información si la mujer tenía virus confirmado o era sospechoso y la secuencia causal, es decir, si hubo dificultades respiratorias o neumonía, o bien, si hubo situaciones de comorbilidad.
El representante de la OPS señaló que en la región hay obstáculos para monitorear las otras causas de muertes maternas debido al registro inadecuado, además alertó que han observado durante la pandemia la perdida de consultas prenatales y un exceso en las indicaciones de cesárea.