Carmen R. Ponce Meléndez / Monedero *
Cimacnoticias | México, DF
El pasado 31 de marzo la Secretaría de Hacienda entregó al Congreso de la Unión los precriterios generales de política económica para 2016. ¿De qué se trata este documento? ¿Qué contiene y cuál es su objetivo?
Comprende los lineamientos futuros de las finanzas públicas (ingreso, gasto y déficit público); el posible crecimiento de la actividad económica (PIB real) y otros indicadores macroeconómicos como la meta de inflación, las tasas de interés de los bonos gubernamentales (Cetes), y el potencial precio del petróleo, con su plataforma de exportación prevista para 2016; un escenario de las principales variables internacionales, así como el precio del dólar.
Debido a que son precriterios, todas estas proyecciones pueden modificarse en septiembre cuando Hacienda envíe al Congreso el paquete económico para el próximo año. De momento permiten empezar a formular los anteproyectos de presupuesto y establecer lineamientos de comportamiento económico para 2015-2016, tanto en el sector público como en el sector privado.
Con el agregado de que también se plantea una reingeniería presupuestal, implica una evaluación previa (antes de su realización) de los proyectos y programas del sector público federal, y de las aportaciones que se hacen a los gobiernos de los estados, un presupuesto “base cero” que conlleva una reasignación radical de los recursos públicos y sobretodo una renegociación con todos los actores políticos, dentro y fuera del Congreso.
Esta es una de las razones por las que los precriterios de 2016 acapararon los reflectores, pero no es la única, la otra razón (igual de importante) es el anuncio previo de que se haría un nuevo recorte presupuestal y todo lo que ello implica.
Según Hacienda, el objetivo es la estabilidad económica y mantener unas finanzas públicas sanas, se anuncia que no habrá nuevo endeudamiento ni mayores o nuevos impuestos. Todo ello en cumplimiento a las presiones internacionales expresado en las calificadoras, una política económica neoliberal y ortodoxa.
Para 2016 el tijeretazo en el gasto público es de 135 mil millones de pesos, superior en un 8.0 por ciento al recorte de 124 mil de este año, por lo consiguiente con mayores efectos negativos.
Entre los programas prioritarios recortados se encuentran: Educación, Desarrollo Social, Seguridad, Agricultura e Infraestructura Carretera, vale decir que doblemente recortados servicios tan básicos como educación y salud, por lo tanto habrá mayor pobreza.
Otro de los anuncios de impacto –en el corto y mediano plazo– es el aumento de las tasas de interés de los valores gubernamentales (Cetes a 28 días), ya que pasan de 3.5 a 4.5.
Con el fin de que esta tasa pueda competir con la de Estados Unidos, la Reserva Federal anunciará el aumento en sus tasas en junio próximo, de esta manera se pretende evitar la fuga de inversión financiera y fortalecer al peso. (Ver gráfica)
Esta medida afectará las tasas de interés de la banca comercial, haciendo más costoso el crédito (ya sea para el consumo o para la inversión), y también tendrá efectos en la inflación. ¡Cuidado con las tarjetas de crédito!
INGRESOS Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
El punto de inflexión son los ingresos públicos, el recorte del gasto público obedece al desplome del precio del petróleo; según el documento de precriterios se estima un precio de 55 dólares por barril, en el presupuesto de este año fue de 79.
Por lo consiguiente los ingresos petroleros se contraen en 23.2 por ciento (ver gráfica). Situación que se refleja en el gasto programable (conjunto de programas y proyectos sin deuda), éste se reduce en 6.6 por ciento.
Menos servicios públicos y de menor calidad, menos consumo público y privado y desde luego menos empleos. La consigna es achicar al Estado y al país.
En la misma línea está el crecimiento económico. La expectativa del Producto Interno Bruto (PIB) de 2016 contenida en el documento referido es de 3.3 a 4.3 (3.8 en promedio), originalmente era de 4.9 y son altas las posibilidades de que se reduzca más.
Hasta ahora la inflación no se ha disparado porque el consumo está muy deprimido y no porque la política del Banco de México (BM) sea muy exitosa como dice la retórica oficial; pero los salarios son tan bajos que resultan altamente sensibles a los cambios en los precios (en especial de los alimentos), por ligeros que éstos sean.
En lo concerniente a los empleos, ya se tiene la primera predicción de reducción para 2016.
La consulta a especialistas que hace el Banco Central correspondiente al mes de marzo –entre 35 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero– refiere que para 2016 se habían estimado 744 mil nuevos afiliados al IMSS, esta cifra disminuye a 736 mil afiliados y su tendencia es decreciente. Cabe aclarar que estas cifras sólo se refieren al empleo formal.
Para estos expertos los factores que podrían afectar el crecimiento económico son: los problemas de seguridad pública, la plataforma de producción petrolera, la debilidad del mercado interno y la inestabilidad financiera internacional. Sobre la debilidad del mercado interno no se hace absolutamente nada en la política económica.
Ahora bien, esta reducción presupuestal también afecta al gasto público destinado a la equidad de género, seguramente se reducirán recursos y programas, tanto en los de política social como en educación y salud. Se verá afectado todo lo relativo a la protección de seguridad social, agravando la desigualdad y la pobreza.
Twitter: @ramonaponce
*Economista especializada en temas de género.