ALEJANDRA BUGGS LOMELÍ*
Cimacnoticias | México, DF.
Hace unos días, una persona cercana y querida me compartió que tiene un amigo que se pone muy ansioso cuando ve que su celular solo tiene el 25 por ciento de batería y corre a cargarlo para que no baje la pila y asegurar que lo podrá utilizar para estar conectado en Facebook y compartir sus actividades.
Seguramente, alguna vez te ha sucedido que has olvidado tu celular en casa, en el trabajo o ha estado a punto de quedarse sin batería… honestamente, ¿qué sientes? ¿Qué haces? ¿Cómo reaccionas?
Olvidar el celular o que esté a punto de quedarse sin batería no es problema, sino la reacción emocional que cada persona tiene ante el hecho concreto de separarnos del celular, porque la sensación para muchas personas es de no sentirse conectadas.
Actualmente estudios realizados en España, Argentina e Inglaterra, revelan que entre el 66 y 77 por ciento de las personas aceptan que no pueden salir sin su celular, o que son capaces de regresarse a casa con tal de llevarlo consigo.
Sentimientos como miedo, irritabilidad, nerviosismo, angustia, ansiedad, son algunos de los síntomas que provoca en algunas personas este trastorno emocional llamado “nomofobia” por sus siglas en inglés “No Mobile Phone Phobia”.
Esta expresión es un neologismo(**) creado como resultado de la investigación realizada por el blog británico SecurEnvoy, sobre las reacciones emocionales ante los celulares y para ponerles nombre, en sí, la expresión significa en pocas palabras miedo excesivo a no tener celular.
El primer estudio sobre “nomofobia” fue realizado hace cuatro años en Inglaterra, y mostró que el 53 por ciento de la población sufría de esta condición. Recientemente, SecurEnvoy reveló que esta cifra ha aumentado a 66 por ciento y no muestra signos de disminución.
Se dice que alguna vez el escritor y científico Isaac Asimov comentó: “No le tengo miedo a las computadoras, sino a su ausencia”. Es precisamente ese miedo a la ausencia del celular al que estoy refiriéndome en esta columna.
Este miedo irracional y excesivo se manifiesta en situaciones cotidianas y muy específicas como: descarga de la batería, no tener crédito en el teléfono, falta de señal o extravío del celular aun por pocos minutos.
Algunas personas experimentan una ansiedad incontrolable frente a la imposibilidad de tener el aparato en las manos.
Aunque la realidad es que hasta ahora no se sabe bien a bien la razón por la que se desarrollan las fobias, considero que se trata de una situación multifactorial, es decir, que podría ser una mezcla entre una predisposición genética, unida a causas sociales y familiares.
Una fobia es un miedo intenso y poco realista hacia un objeto, evento o sentimiento, y el problema surge cuando este miedo interfiere en nuestra vida profesional y social.
Como por ejemplo, en el caso de la ausencia del celular, llegar al grado de dejar de salir con las amistades, la familia o la pareja por ver el Facebook, ir de vacaciones y antes de abrir la maleta buscar la señal de WiFi, o llegar tarde al trabajo por regresarse a casa al darse cuenta que no se trae el celular.
Se cree que por lo general son más los hombres que las mujeres quienes poseen un “smartphone” o teléfono inteligente (60 por ciento hombres y 40 por ciento mujeres), al igual que las y los jóvenes de entre 18 y 35 años de edad, según el informe de Mindshare (***).
En cuanto a género, según estas investigaciones, las mujeres somos más propensas a sufrir ansiedad al separarnos de los celulares: el 70 por ciento de las encuestadas reportaron la fobia, a comparación del 61 por ciento de los hombres.
En 2008 los hombres eran más propensos a sentir “nomofobia”, sin embargo la tendencia ha cambiado en los últimos años.
También estas diferencias de género se ven reflejadas en el acceso a redes sociales y chats, siendo más común entre las y los jóvenes y las mujeres, mientras que la búsqueda de información o consulta de mapas y guías es una de las principales actividades realizadas por hombres y por los más adultos.
Un estudio realizado por el Instituto de la Información de Helsinki señala que las personas revisamos nuestro celular aproximadamente 34 veces al día, sin darnos cuenta.
Esto nos muestra que el uso de las computadoras y teléfonos inteligentes ha ido creciendo exponencialmente, y es evidente que utilizar este tipo de aparatos se ha convertido en parte integral de nuestras vidas, porque son dispositivos que concentran mucha de nuestra información y, por tanto, se han vuelto indispensables.
Esta conexión instantánea y constante da lugar necesariamente a nuevos comportamientos, hábitos y formas de comunicación, en definitiva, da lugar a un nuevo modo de vida que se presenta diariamente de manera dinámica, rápida y en constante transformación.
En México existen 17 millones de usuarios de internet, predominando el uso del celular entre las y los jóvenes (Nadal, Testa, & Savio, 2006). De acuerdo con estos autores, el 90 por ciento de jóvenes manifiestan que “no podrían vivir” sin el teléfono móvil.
Por lo que creo no sólo importante, sino necesario, colocar nuestra atención en la intensidad de las reacciones emocionales que nos genera no tener nuestro celular, para identificar el momento en que pasamos la línea y podemos estar en riesgo de padecer “nomofobia”.
Considero también de suma importancia tomar conciencia sobre los riesgos que implica el uso irresponsable del celular, como accidentes automovilísticos por enviar un mensaje o responder a una llamada mientras estamos manejando. En este sentido estamos expuestas todas las personas independientemente de nuestro sexo.
Utilicemos el celular con responsabilidad y cuidado, no permitamos que la dependencia al mismo contribuya al deterioro de nuestros vínculos afectivos más importantes.
Si identificamos algún síntoma de “nomofobia”, busquemos apoyo emocional; siempre es buen momento para atendernos emocionalmente.
www.saludmentalygenero.com.mx
**Neologismo: “son todas las palabras nuevas que van surgiendo”.
***Mindshare Argentina, agencia de medios del Grupo WPP, quien realizó una investigación con el objetivo de conocer cuál es el impacto del uso del smartphone en Argentina.
*Psicoterapeuta humanista existencial, especialista en Estudios de Género, y directora del Centro de Salud Mental y Género.