Opinión

Ricardo Monreal Ávila 22A CONTRAPELO

LUIS ROJAS CÁRDENAS

 

Murió Ricardo el cirquero,

jocoso malabarista,

político trapecista,

majestuoso ilusionista

de inverecundia de acero.

 

Falleció en pleno espectáculo

cuando trepaba al pináculo

del poder, era un experto

como domador de leones

espantaba a los lenones

con el petate del muerto.

 

Ay, calavera raquítica,

¿te da miedo la política?

 

Ya su ánima lastimera

gime, chilla, patalea,

hace pucheros, berrea

política chapucera.

 

Perdido en el camposanto

anda gritándole al viento

hasta quedar sin aliento,

grita sus sueños de espanto

con estruendoso alarido

más ruidoso que el infierno:

sueña despertarse ungido

como Jefe de Gobierno.

 

Por vivir como sultán

es capaz de ir al averno

a vender su alma al demonio,

ya quedará testimonio

de su lealtad a Satán.

 

Y sin gestos se atraganta

de los pies a la garganta

de pura fecalidad

(de altísima calidad),

engulle lo necesario

para cobrar del erario.

 

Acumula propiedades

a pesar de sus pesares,

¿irá a escriturar el Hades

a nombre de familiares?

 

Cual víctima plañidera

va exhibiendo a su manera

un descomunal saqueo

que encontró en su nuevo empleo.

Se llevaron los millones

que cosecharía a montones,

¿por qué se le adelantaron

y puras deudas dejaron?

 

No haya ni’ónde hincar el diente

y quiere dejar patente

que recibió la oficina

completamente vacía

cual set de fotografía,

bajo una luz mortecina

(como de muerte dientona)

sobre una silla pelona

posa para que el retrato

parezca de un orfanato

con decoración raquítica,

pa’ sacar raja política

 

Ni papel halló en los baños,

por todos estos enredos.

Y en el recuento de daños

resultantes del saqueo,

al mostrar uñas y dedos

embarrados de pastosa

masa espesa, pegajosa,

como prueba de un arqueo

pudo mostrar el atraco

de un exdelegado caco

que lo despojó en tropel

y se llevó hasta el papel.

 

Se le apareció la muerte

con mil fajos de pachocha,

eso sí es correr con suerte.

¿Será acaso otro milagro

del santo niño de Atocha?

 

Quizá es dinero del agro

que entregó un correveidile,

ganado a puro sudor,

a puro sudor de chile

exudado en secadora,

de chile que se evapora

con su inconfundible olor,

olor que en el aire flota

y al aspirar huele a mota.

 

Ay, calavera raquítica,

¿te da miedo la política?

 

Por cuitas, cuotas y cuates

que le aprietan los tompiates

(por no decir los tanates,

mucho menos aguacates)

formó un gabinete eterno

con los hijos del averno.

 

Puso a Nico en la basura

para pepenar dinero

más sucio que el de la usura.

Ya hará discursos estólidos

el exruletero Nico,

y con los desechos sólidos

va actuar como bacinico.

 

Uy, uy, uy, panteón espántame

o de perdida atarántame.

 

En fomento educativo,

tiene un pandroso cautivo

que alista la sepultura

para colmar cementerios

y acallar los vituperios.

 

Para meter en cintura

a los insubordinados

y dejarlos doblegados,

la Parca le dio un estoque:

le otorgó un grupo de choque.

 

No importa que cause escándalo

poner a educar a un vándalo.

 

A ese muchacho de porra

deberían ponerle gorra,

rapar el nido de vastas

y espesas marañas: rastas,

para contener los piojos,

chinches, ladillas, gorgojos.

¿Es de la hidra su cabeza

o es trapeador de una pieza?

 

Ya el burócrata activista

necesita un estilista,

tal vez por no ser aseado

no le va bien el peinado

ni combina su corbata

y el saco parece bata,

lo luce como un batracio

que es totalmente Palacio.

 

¿Va a enseñar el Silabario

de San Miguel Incendiario?

 

¿El equipo de Monreal

la hará de jamón real-

mente, porque su gobierno

es sucursal del infierno?

 

¿Dañará tierras aztecas,

peor o igual que a Zacatecas?

 

Uy, uy, uy, panteón espántame,

o de perdida atarántame.

 

 

 

 

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