MONEDERO
CARMEN R. PONCE MELÉNDEZ
Cimacnoticias
Con base en las previsiones de crecimiento más recientes, se estima que el desempleo mundial crecerá en 2.3 millones en 2016 y 1.1 millones más en 2017.
La mala calidad del trabajo sigue siendo un problema acuciante en todo el mundo. La incidencia del empleo vulnerable –la proporción del trabajo por cuenta propia y del trabajo familiar no remunerado–, ambas categorías típicamente sujetas a altos niveles de precariedad.
Se prevé que en los próximos años la proporción de empleo vulnerable se mantenga en alrededor de 46 por ciento a nivel mundial. El problema será especialmente grave en las economías emergentes, como México, donde se espera que el número de trabajadores vulnerables crezca en 25 millones en los próximos tres años.
Estas son proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo en su documento “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo. Tendencias 2016”. Para la OIT, el debilitamiento de la economía ha provocado un aumento del desempleo mundial.
En 2015, el desempleo alcanzó 197.1 millones de personas –cerca de un millón más que en el año anterior, y 27 millones más que en los años anteriores a la crisis. Este crecimiento en el número de demandantes de empleo viene principalmente de los países emergentes y en desarrollo, entre los que se encuentra México.
Se prevé que las perspectivas de empleo en algunos de estos países, en particular los de América Latina así como algunos países asiáticos (especialmente China), y varios países árabes exportadores de petróleo, hayan empeorado en los últimos meses.
La desaceleración de las economías emergentes, junto con el dramático descenso de los precios de las materias primas, dificultan la recuperación y lograr el objetivo del trabajo digno para todos es hoy más complicado.
Es probable que un nuevo descenso de los precios de las materias primas –como el petróleo– empeore la situación fiscal de los principales exportadores de materias primas, pero tal y como este informe señala, unos recortes de gastos a gran escala de estas economías tendrían repercusiones negativas a escala mundial, empeorando la perspectiva del mercado laboral tanto en sus propios países como en otros.
Precisamente como consecuencia de la reducción drástica que han experimentado los precios del petróleo, en el país para este año se plantea la cancelación de 25 mil plazas o empleos en el sector público, de los cuales 10 mil están en Pemex.
Frente a esta situación, la OIT recomienda: es especialmente importante reforzar las instituciones del mercado de trabajo, y tener unos sistemas de protección social bien diseñados con el fin de evitar nuevos aumentos del desempleo de larga duración, del subempleo y de la pobreza en el empleo.
También es necesario un reequilibrio de las iniciativas de reforma. En particular, la reforma financiera debe garantizar que los bancos cumplan con su función de canalizar recursos hacia la economía real, y hacia la inversión para el crecimiento empresarial sostenible y la creación de empleo. Esto no está sucediendo en México.
En definitiva, hacer del trabajo digno un pilar central de la estrategia política no sólo aliviaría la crisis del empleo y atenuaría las diferencias sociales, sino que también contribuiría a poner al mundo económico en una senda de crecimiento económico mejor y más sostenible.
En esta perspectiva, la migración es un mecanismo importante para equilibrar la oferta y la demanda del mercado de trabajo entre los países.
La reciente oleada de personas refugiadas llegadas a Europa evidencia la necesidad de facilitar su entrada al mercado de trabajo lo más rápido y eficazmente posible. A largo plazo, la presencia de migrantes ayudará a suplir la escasez de habilidades en ciertas áreas, así como a mitigar los riesgos asociados con el estancamiento secular.
El mejor ejemplo es la importante recuperación del mercado de trabajo en la economía estadounidense, gracias a la presencia de la mano de obra mexicana y muy concretamente la aportación de las mujeres migrantes; esta migración forma parte del escenario del mercado laboral nacional.
Esta migración internacional le permite al país captar divisas. Según el Inegi, ha crecido significativamente la presencia de mujeres en la migración internacional.
Como se puede apreciar en la gráfica, la relación de hombres por cada 100 mujeres migrantes pasó de 365.9 en 2008 a 241.7 en 2014; un descenso de 32.1 por ciento. En el mundo, las mujeres representan 49 por ciento de la población migrante. (Ver gráfica)
El motivo principal por el que las personas emigran es el de trabajo, representa la mayor proporción con 77.4 por ciento. En segundo término está reunirse con la familia, y por último los estudios.
El perfil de escolaridad predominante (63.3 por ciento) es de educación básica, sin embargo para 2015 aumentó la proporción de migrantes internacionales con nivel de escolaridad media superior y superior, al pasar de 25.3 en 2008 a 31.9 por ciento en 2014.
En las actuales circunstancias de alta volatilidad financiera y fuerte devaluación de la moneda nacional, las remesas que envían las mujeres migrantes son fundamentales para la economía de las familias más pobres del país, y sin duda juegan y han jugado un rol trascendental en el fortalecimiento del peso, evitando una mayor depreciación de su valor.
Twitter: @ramonaponce
*Economista especializada en temas de género.