LENGUANTES
MARIEL GARCÍA MONTES*
Cimacnoticias
No creí que viviría para ver algo así, pero sucedió. Y a unos años de que cumpla yo 30.
La violencia de género del México del siglo XXI llegó a las conversaciones de mi círculo social no –necesariamente– feminista.
Hay medios de comunicación dedicando coberturas especiales al tema. Algunas personas que antes no se atrevían a hablar de él hoy están acercándolo a sus círculos. Se habla de investigaciones, litigios y marchas. Si te descuidas, sale un nuevo hashtag, empieza a rolar una nueva foto o un nuevo video que alimenta la indignación.
Tener los reflectores sobre una causa como la misoginia tiende a ser más positivo que lo contrario, pero tampoco es del todo cierto que, a mayor atención, mayor cambio positivo. Cito a mi madre: no es suficiente tener buenas intenciones, también se necesita saber cómo ejecutarlas.
¿Quieres contribuir a la causa como aliada sin llevarla a su propia tumba? Tres consejos:
NO INVADAS LOS ESPACIOS DE MUJERES
No; no promueven el “sexismo a la inversa” (¿qué?). Estos espacios surgen de distintos factores –desde la necesidad de garantizar la seguridad física hasta posturas políticas–.
¿Te parece que tú, hombre, no eres una amenaza? ¿Te parece, compañera que lleva a su novio a espacios de mujeres, que esa postura política es incompatible con la tuya? Se vale diferir… pero sigue sin ser de aliadas el invadir un espacio de mujeres.
Ya lo dijo elocuentemente Kelley Temple: “Los hombres que deseen ser feministas no necesitan un lugar definido dentro del feminismo. Ellos deben tomar el espacio que tienen dentro de la sociedad y hacerlo feminista”.
Tip #24A: Si vas a la marcha y ves un contingente sólo de mujeres, deja que permanezca así. Si sólo hay mujeres en el micrófono, deja que sea así.
SUPRIME TU JUICIO Y ESCUCHA
Hay muchas personas para las que este texto probablemente ya es problemático por haberse atrevido a defender la existencia de los espacios de mujeres sin construir una disertación entera sobre el tema (ya vendrá eso en una entrada futura, no se preocupen).
Eso nos lleva a introducir un concepto: el del “macho progre” –ese macho que es tan, pero tan progresista que le resulta psicológicamente imposible reconocerse como perpetrador de la violencia de género–.
Todas conocemos a uno (o, en mi caso, a más de 20). Dedican al menos parte de su tiempo a las causas sociales, comparten en sus redes notas de relevancia activista, y, sobre todo, Siempre Están en Lo Correcto al juzgar qué sí y qué no se nos debe permitir hoy a las feministas.
Si sospechas que tu amigo es un “macho progre” (porque, claro, un “macho progre” jamás lo sospechará de sí mismo), no gastes tu tiempo tratando de construir un argumento sofisticado; él recurrirá a falacias que ni imaginabas que existían para salirse de ese camino y seguir en lo correcto. Recuérdale, si puedes, que hay veces que no se trata de racionalidad, sino de empatía.
Tip #24A: Si en la marcha te encuentras con feministas con las que no concuerdas, suprime tu juicio y escucha.
INFÓRMATE DEL TRABAJO EXISTENTE
Cuando hay un “boom” mediático que no fue visto antes, es fácil pensar que es la primera vez en la vida que se está discutiendo un tema, y que obvio no hay manera de que alguien hubiera estado trabajando el tema durante años o décadas ya.
Es como ahora con el acoso callejero: qué locura pensar que hubiera tan sólo una organización en México dedicando esfuerzos a este tema antes de las denuncias en Twitter…
Llegar como mesías a salvar la causa “en la que nadie antes se interesó” no es ser aliada. Por respeto y pragmatismo, hay que tener reverencia a quienes han recorrido ya ese camino, y entender cómo podemos sumar en vez de crear caminos paralelos siempre.
Tip #24A: Las compañeras están ya organizadas para que #24A sea espectacular. Si tienes ideas, respeta el proceso y busca la manera más adecuada para compartirlas en él.
Llegó la primavera violeta. Del discurso colectivo depende que se mantenga viva; seamos aliadas con buenas intenciones y ejecuciones. Aliadas que mantengan a esta primavera violeta floreciendo, y no las que la hundan.
*Comunicadora y “hippy” (“chaira”, “activistoide”) en temas de TIC para el cambio social con jóvenes y activistas. Ya no es tan joven, pero cada vez es más feminista, y quiere aprender de y con mujeres que así se identifiquen.