LENGUANTES
LULÚ V. BARRERA*
Cimacnoticias
“A una niña gorda no la quiere nadie”, dijo hace 10 días Jaime Rodríguez, gobernador del estado de Nuevo León (NL), durante un evento para la instalación de la Red de Universidades Promotoras de la Salud en esa entidad.
En sólo ocho palabras y menos de 30 caracteres nos legó una joya del machismo en México. Algo oprimió de inmediato el botón de alarma de medios y redes sociales, y la conversación inició por todos lados. ¡Muy bien!... ¿O no? Esperen, ¿será que lo entendimos bien?
Muy rápido la atención se centró en dilucidar qué es lo que realmente había dicho, desconfiamos de nuestra propia intuición y él se justificó: “Quizás no fui demasiado explícito sobre el tema, y eso pudo causar confusión”, twitteó.
¿Qué fue lo que dijo “El Bronco”? Vamos a empezar:
1. ¿Se refería al sobrepeso o al embarazo en adolescentes? ¡Sorpresa! “El Bronco” habló de las dos cosas y hay tres explicaciones.
Una, la más simple: en su discurso señaló específicamente la dimensión de ambos temas, por una parte –dijo– 70 por ciento de las y los menores de 20 años de edad en NL tienen sobrepeso; y por otra, hay alrededor de 90 mil nacimientos cada año, de los cuales 30 por ciento son de mujeres menores de 15 años.
Dos: en el mismo evento también dijo: “Las madres nuestras no tenían anticonceptivos, no había condones, ni gimnasios, ni tecnología”. ¿Se refiere a gimnasios para mujeres embarazadas? ¿En qué momento el acceso a la anticoncepción cabe en el mismo campo que un gimnasio? En realidad es que sigue hablando de los dos temas.
Tres: cuando dice “a una niña gorda no la quiere nadie”, utiliza “gorda” despectivamente, está estableciendo a la gordura, no al embarazo, como un parámetro de lo indeseable y justificando el rechazo.
2. Entonces, ¿cuándo esté delgada, me van a querer? Lo dudo. “El Bronco” también le dijo otras dos cosas a las mujeres: “No te van a querer” y “es tu culpa”.
Primero, dice a las niñas que debe de importarles más lo que otros piensen de ellas y no lo que piensen ellas sobre sí mismas, que es más importante que alguien las ame y no que se quieran a ellas mismas. Su consejo es que crezcan dependiendo de las opiniones de los demás y no con amor propio.
Segundo, dice a madres y padres que eduquen a las niñas a partir del miedo al rechazo. ¿Cómo se puede vivir afirmativamente a partir de un consejo así? ¿En serio el mensaje es adáptate a este mundo jodido porque no va a cambiar? Si eres “gorda” serás víctima del rechazo social más recalcitrante.
Y tercero, como siempre, la culpa la tenemos nosotras: “Imagínate, al chamaco ése de 15 años embaraza a su novia de 14. Ya cuando ve que le empieza a crecer el estómago, ese chamaco busca otra”. Leímos bien: cuidado mujer, si te deja es porque tú te lo buscaste; si te pega es porque tú lo hiciste enojar; si te viola es porque tú lo provocaste. No sólo habla de las mujeres como si fuéramos objetos desechables; es mejor que nos andemos con cuidado.
¿Qué más explícito podría ser? Así de claro el sexismo de “El Bronco”; así la crónica del machismo en nuestro país.
*Letróloga de formación, antropóloga por historia de vida y activista por decisión. Cree que debe reescribirse la historia, volver lo familiar extraño y extraño lo familiar, y sueña con otros mundos posibles. Admiradora de mujeres guerreras, creó y conduce “Luchadoras” en Rompeviento TV.