QUINTO PODER
ARGENTINA CASANOVA
Cimacnoticias
Puede que haya muchas estrategias pero el camino más corto y más difícil hacia una sociedad sin violencia de género es el empoderamiento de las mujeres, entendiéndolo como la apropiación y goce de todos los derechos y el ejercicio de la ciudadanía plena y la construcción de una sociedad democrática con la participación de todas las mujeres en todos sus ámbitos: político, social, educativo y económico.
Incluso ámbitos que difícilmente se pensarían parte de los “derechos” como la libertad de tránsito por las calles y la organización de las mujeres y hasta otros derechos esenciales como el derecho a la vida libre de violencia y el acceso a la justicia. A partir del empoderamiento y el ejercicio de la ciudadanía las mujeres nos hacemos “personas”.
Esto debe ir acompañado de acciones institucionales que garanticen que se puedan ejercer, tanto normativamente como con acciones que incidan y transformen los patrones socioculturales que prevalecen en la administración pública y en toda la sociedad y que desvalorizan la vida y la integridad de las mujeres.
La Relatoría para los Derechos Humanos de las Mujeres de la Corte Interamericana de Derechos Humanos expone al menos cinco aspectos necesarios para transformar la actual sociedad y transitar de una que viola los derechos de las mujeres a una que garantiza el acceso a la justicia.
Uno de estos aspectos es precisamente la transformación de eso patrones socioculturales, otro es la formación de profesionales sensibles a visibilizar cómo se obstaculiza la justicia. Un tercer elemento es que tengan conocimientos en materia de Derechos Humanos (DH); otro es la eliminación de la impunidad y el quinto aspecto es la eliminación de la corrupción.
Nos debe quedar claro que los feminicidas matan a una mujer porque pueden, sí, porque saben que no habrá justicia ni sanción, que no hay acciones concretas. Ahí tenemos el ejemplo reciente en el escenario nacional, mientras las organizaciones defensoras de DH de las mujeres celebramos la sentencia de uno, dos más huyen por todo el país libremente después de asesinar a sus parejas con plena impunidad.
Frente a esto nos queda preguntarnos, ¿qué papel juega la sociedad civil? El más importante es educarse, informarse y demandar tanto a los medios de comunicación y sus profesionales, como a las instituciones, coberturas informativas que no criminalicen ni revictimicen a las mujeres asesinadas.
No es posible que se naturalice que una institución dé a conocer detalles, fotografías y datos que en vez de contribuir a la investigación van directo a incidir en el ánimo de la sociedad para culpabilizar a la víctima de lo que le sucedió:
“Había bebido alcohol”, “se fue con un desconocido”, “era violenta, no era una mujer decente”, “le gustaba consumir alguna droga” y todo para justificar que era una cosa menos una persona, para convencernos de que solo se mata a las “mujeres malas” y que a las que se “portan bien” no les pasa nada. Esto es claramente falso porque las mujeres también son asesinadas en el ámbito privado con un claro desprecio por el valor de sus vidas.
En segundo lugar, es fundamental que todas las sociedades tengan claro que el tipo penal del feminicidio no discrimina la vida de los hombres, sino constituyen –como lo establece la Recomendación General relativa al artículo 2 de la Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer– una acción afirmativa para incidir y visibilizar los crímenes de género y que cada uno de sus elementos, del tipo penal, tiene la intención de prevenir, atender, sancionar y eliminar la violencia contra las mujeres.
Un tercer factor es que las sociedades contribuyan a la educación de las personas y que se respete la vida de todas y todos. Mientras tanto las mujeres podemos apostar por la defensa y el cuidado de nuestras vidas mediante redes de apoyo y alianzas como hemos venido construyendo, compartir taxis, avisarnos de nuestras rutas, apoyar en casos de vivir violencia y avisar a familiares de elementos que pueden constituir violencia en contra de alguna mujer que no puede salir del ciclo de la violencia.
* Integrante de la Red Nacional de Periodistas y Fundadora del Observatorio de Violencia Social y de Género en Campeche