Martha Barragán/ Mar de ideas
Una vez un hombre que me cortejaba me dijo, “lo que más me gusta de ti es que no te dejas” ... ¡Uf!, cuánto machismo envuelve esa frase y eso de que lo que más le gustaba es que no me deje, tiene un supuesto, que las mujeres “se deben dejar” y no dejarse “es sexy”, es decir que está tan socializada la violencia que decir a un hombre que NO solo significa más interés por “la conquista”, léase colonización del cuerpo, dominación de algún tipo.
Incluso hay frases como:
- Ellas dicen que no para que les ruegues. (Es decir nunca dicen no).
- Todavía que les dices un piropo no agradecen. (Ellos nos califican o descalifican).
- Si les dices algo bonito es porque valen la pena. (Estamos hechas para complacerlos).
- Un piropo es para que ella se sienta bonita. (Ellos nos dan autoestima).
- Para que se visten así, si no quieren que les digan nada. (Ellos no están obligados a respetar, lo harán si quieren).
- Si se ponen minifalda es que les gusta que les falten al respeto. (No son responsables de sus comportamientos, culpan a las mujeres incluso de sus actos).
- Que se dé su lugar, si no se viste provocativa no se les dice nada. (Ellos no respetan y determinan el trato según sus significados de moralidad).
Y así puedo seguir con una larga lista, pero estas frases solo muestran lo socializada que está la violencia contra las mujeres, ya que, según estas, se les puede decir lo que sea, no importa lo que ellas digan, importa lo que ellos quieren.
Pues en los rituales de cortejo del romanticismo se dice que una mujer es interesante si dice que no hasta que caiga, es decir que solo dice NO por estrategia, porque el hombre cuenta con el sí siempre.
Otra idea que se dice en relación a los piropos es que a través de ellos se valida a una mujer, si es deseable o no, como si su misión en la vida fuera ser deseable para los hombres. Incluso que ellas con su forma de vestir y comportarse “provocan” que ellos les diga piropos, es decir ellos, los hombres, no tienen ninguna intención de autorregular su comportamiento social ni sexual. El dictado del patriarcado es “el patriarca por sobre todas las cosas”, lo importante es lo masculino, ellos no deben respeto, ellas deben procurarse el respeto de ellos, “no despertando su deseo sexual”, otra vez el pecado original, el cuento de que Eva provoca al pobre Adán incapaz de autorregular sus impulsos sexuales.
Por último los hombres dicen que ahora que esperan las mujeres si ya no se les puede decir nada, es decir que solo se saben relacionar con violencia y no conciben formas sanas de hacerlo.
Las mujeres tiene la creencia que ellos cambiarán con el tiempo estos comportamientos y ellos que las mujeres no cambiarán nunca. Ambas ideas son tóxicas y no son apropiadas para relacionarse dentro de marcos de respeto y equidad.
Efectivamente los hombres deben capacitarse en equidad de género para desmontar comportamientos machistas que no benefician a la sociedad en su conjunto. Y las mujeres también requerimos rehabilitación en el mismo tema, pues es parte de nuestro empoderamiento el autocuidado y para ello tener la habilidad de reconocer la violencia de género y detenerla a tiempo.
La invitación es a contribuir todas y todos por una cultura de respeto y crear relaciones no violentas.
No más piropos, no más violencia. Ponte pilas y crea un #AmorSinViolencia.