Opinión

CAMPUS 21Manuel Ibarra Santos

                                                                                             

            Se inició la cuenta regresiva para emprender en el mes de febrero próximo, en un contexto inédito, la renovación de la administración central y la elección del rector once en la historia moderna de la Universidad Autónoma de Zacatecas, la institución civilizatoria y cultural más importante de la entidad, cuyos antecedentes fundacionales más remotos se ubican en 1832.

            El cambio de estafeta en la UAZ se realizará en un entorno de profunda crisis pandémica, que ha obligado de manera emergente al uso de la tecnología digital en todos sus procesos y que demanda el cambio radical de rostro, misión y de modelos de conducción de las instituciones de educación superior, para que sirvan a la recuperación de la sociedad. Por lo menos eso es lo que afirman los estudios más recientes en la materia, efectuados por la UNESCO.

            La circunstancia crítica impuesta por la pandemia sanitaria ha cuestionado de fondo en las universidades, las metodologías de aprendizaje, las prácticas docentes, los materiales didácticos, los modelos administrativos y de gestión, así como los mecanismos de financiamiento de la educación superior. Nada es ya igual y esto reclama repensar las estructuras de la Universidad pública.

            Este escenario complicado reclama el diseño de nuevos mecanismos de gestión y relocalización de recursos financieros, porque el Estado tiene la presión de destinar mayores presupuestos para atender los efectos del covid-19 en la salud de los mexicanos, lo que hará difícil la autorización de apoyos extraordinarios a las universidades, si estas no justifican su uso adecuado.

            Las universidades enfrentan otro problema de fondo: la deserción y abandono masivo de estudiantes por razones económicas, debido a que muchos de ellos no tienen la capacidad de pagar el acceso a los servicios de internet que demandan los programas y clases en línea.

            Si esto persiste y no se resuelven esos y otros problemas, entonces la educación superior dejará de ser componente para estimular la movilidad social y, al contrario, alentará que se profundicen los niveles de desigualdad social.

            Los rezagos que padece Zacatecas en cobertura y eficiencia en educación superior son descomunales, pues sólo se atiende el 36% de la población en edad de cursar una licenciatura.

En particular la Universidad (UAZ) tendrá que reafirmar su liderazgo para marcar rutas de atención a la demanda de la población joven.

            Ante estas condiciones difíciles que se viven, es tiempo de repensar qué tipo de educación superior requiere Zacatecas: ¿Será acaso pertinente que se dé el paso a la Universidad de la innovación? ¿Qué conviene: cambio, ruptura o continuidad?

            Los universitarios tienen la palabra, pero es pertinente afirmar que a la sociedad le asiste la responsabilidad histórica de opinar, porque la Universidad es sobre todo un patrimonio del pueblo.

            El rector Antonio Guzmán Fernández culmina, así, su responsabilidad en el mes de febrero, en un periodo complicado, pero que logró mantener la estabilidad y la gobernabilidad de la Universidad, no sin enfrentar fuertes problemas que encaró con entereza.

            En este trayecto de la Máxima Casa de Estudios, el rector Antonio Guzmán contó con el acompañamiento y apoyo, de académicos y trabajadores, sin lo cual la circunstancia se hubiera tornado más complicada. 

Ahí estuvo, hay que reconocerlo, el trabajo de Pedro Martínez Arteaga, en su época como líder del SPAUAZ, que coincidió con el tiempo del rectorado de Antonio Guzmán Fernández, y quien fue elemento de equilibrio y respaldo.

En febrero entrará en funciones el nuevo rector y corresponderá a él y a su equipo, garantizar la viabilidad de la Universidad, institución fundamental para promover el desarrollo de Zacatecas.

EN RECTOR ONCE EN LA HISTORIA: 

En la historia moderna de la Universidad, que inicia en 1968, se registra de entonces a la fecha, el trabajo de 10 rectores, que en orden cronológico son los siguientes:

Magdaleno Valera Luján, Jesús Manuel Díaz Casas, Jorge Eduardo Hiriart Estrada, Francisco Flores Sandoval, Virgilio Rivera Delgadillo, Rogelio Cárdenas, Alfredo Femat, Francisco Domínguez, Armando Silva y Antonio Guzmán. De todos ellos, nueve (9) tienen su cuna de nacimiento en Zacatecas y uno en el Estado de Durango. En febrero próximo se elegirá al rector número once en la historia contemporánea de la UAZ.

De 1832 a 1968, la Máxima Casa de Estudios ha tenido una evolución con un itinerario histórico con ocho denominaciones diversas que son las siguientes:

I.-Casa de Estudios de Jerez (1832); II.-Instituto Literario, con sede en la ciudad de Zacatecas (1837); III.-instituto Literario Francisco García Salinas (1868); IV.-Instituto Científico y Literario (1885); V.-Colegio del Estado (1908); VI.-Instituto de Ciencias de Zacatecas (1920); VII.-Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas (1959); y VIII.-Universidad Autónoma de Zacatecas.

LAS FUERZAS HEGEMÓNICAS.

Las fuerzas hegemónicas en la UAZ habrán de decidir, al parecer sin contratiempos, quien será el rector once en su historia. Pero necesario será abrir y construir las puertas a la Universidad de la innovación.

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