Opinión

Raul Brito BerumenManuel Ibarra Santos

         Mientras a nivel nacional, la Auditoria Superior de la Federación (ASF) y su titular David Colmenares entraron a terreno crítico y escabroso por su ineficiente desempeño, en Zacatecas el responsable de los procesos de fiscalización a los entes públicos, Raúl Brito Berúmen goza de cabal salud, de confianza y credibilidad, en razón a su desempeño sobrio, discreto, pero muy eficiente, alejado de los escándalos.

            Como nunca antes, a la Auditoria Superior de la Federación se le puso en el banquillo de los acusados y se le denunció por incapaz, deshonesta, por falta de credibilidad y por realizar una tarea fuertemente influida por criterios ideológicos y no técnicos. Se llegó, incluso, al extremo de solicitar la renuncia inmediata del auditor David Colmenares.

            Todo empezó cuando Colmenares Páramo hizo públicos los resultados de la fiscalización de la cuenta pública del gobierno federal, correspondiente al 2019 y cotizó, sin argumentos sólidos, hasta por tres veces más elevados los daños al erario público, por la cancelación del Aeropuerto de la Ciudad de México.

            El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador reaccionó con virulencia, luego de desmentir, desde la conferencia mañanera, como inexactos e inconsistentes, los datos aportados por la Auditoria Superior de la Federación, además de calificarlos como tendenciosos y denunció que dicho órgano de fiscalización estaba actuando ideológicamente, a fin de entregar a la oposición elementos falsos para que atacarán al gobierno de la 4T, en plena coyuntura del proceso electoral.

            En una actitud vergonzante y penosa, David Colmenares aceptó que, en sus datos dados a conocer, efectivamente, hubo errores básicos de cálculo y equivocaciones en el reporte, con lo que se demostró que a este órgano de fiscalización se le conduce en la actualidad con evidentes limitaciones técnicas, con sesgos ideológicos y, peor aún, con claros síntomas de excesivas prácticas corruptivas.

            Y así, a la Auditoría Superior de la Federación se le colocó en la peor crisis de su historia, despojándola de toda confianza y credibilidad, lo que le resta autoridad para erigirse como factor de contrapeso en la estructura del poder público nacional.

En esa circunstancia, la renuncia fulminante de David Colmenares Páramo quedó justificada. Sin embargo, él ha decidido aferrarse indignamente al puesto y prefirieron separar del cargo a Agustín Caso, auditor especial al desempeño, a quien se le echó toda la culpa de los errores e inconsistencias mostradas por la Auditoria Superior de la Federación (ASF).

Ahora, en una tarea complicada, hay que restituir la credibilidad de ese órgano de fiscalización, que quedó convertida en polvo por los continuos yerros de David Colmenares y eso es lamentable por la función estratégica que cumple la ASF.

La rendición de cuentas tiene, entre otros, los siguientes objetivos: 1).-Crear un clima de confianza en la ciudadanía sobre los actos de autoridad; 2).-Promover gobiernos democráticos de calidad; y 3).-Fortalecer la presencia de la gente en los procesos políticos.

           

            LA FISCALIZACIÓN EN ZACATECAS Y RAÚL BRITO:

            Ese acontecimiento sucedido en el país, nos pone en el espejo para revisar comparativamente cómo estamos en Zacatecas. Y hay que decirlo: el Auditor Superior en nuestro Estado, Raúl Brito Berúmen ha realizado a la fecha una tarea discreta, sobria, pero con bastante efectividad.

            En la primera etapa de su mandato como Auditor Superior en Zacatecas, Raúl Brito entregó excepcionales cuentas y avanzó en la integración de más de 63 expedientes de investigación, además, de interponer las correspondientes denuncias penales para castigar presuntos actos de corrupción.

            Es evidente que Raúl Brito tiene clara la importancia y trascendencia de operar políticas eficientes de rendición de cuentas, como condición necesaria para promover en Zacatecas, administraciones públicas eficientes, honestas y de calidad.

            Raúl Brito ha hecho de la Auditoria Superior del Estado, una institución técnicamente especializada, no mediatizada por criterios de corte ideológicos.

            El auditor Raúl Brito ha operado en estricto y escrupuloso respeto al mandato constitucional, así como a las normas secundarias, entre ellas, La Ley Superior de Fiscalización del Estado de Zacatecas, que le confieren la responsabilidad, entre otras, de regular la revisión de las cuentas públicas de los municipios y de la administración centralizada.

            Los procesos de fiscalización que está obligada a realizar la Auditoria Superior del Estado tienen al menos cuatro objetivos esenciales: 1).-Revisar sí los programas gubernamentales se ejecutan de acuerdo a los términos y montos determinados; 2).- Evaluar el cumplimiento de metas estratégicas; y 3).-Supervisar sí los recursos financieros empleados fueron los adecuados; y 4).-Determinar si en la operación de acciones de  gobierno, se registran daños patrimoniales o no.

            Raúl Brito ha efectuado una tarea discreta, pero con un protagonismo sin estridencias ni escándalos de ninguna naturaleza.

            EL SISTEMA ANTI/CORRUPCIÓN:

            Quizá, uno de los expedientes no atendidos adecuadamente en Zacatecas, es el que tiene que ver con la actualización de la Ley del Sistema Estatal Anticorrupción, para dotarle de mayor eficiencia.  Esta es una responsabilidad a realizarse por los titulares de varias entidades de la administración pública.

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