Opinión

elecciones07yunuhenrangelTeresa C. Ulloa Ziáurriz/ Mujeres Cautivas

Cimacnoticias

Yo, como seguramente muchas de ustedes, no salgo de mi asombro frente a las barbaridades que se están suscitando en el proceso electoral más grande en la historia de nuestro país, desde la lista de candidatas y candidatos, hasta los fraudes con la paridad, la cuota indígena y la cuota LGBTTTIQ+.

Y decimos que se trata del proceso electoral más grande, porque este próximo 6 de junio, en México se elegirán 21 mil cargos, entre ellos 15 gubernaturas, 500 diputaciones federales, diputaciones locales en 30 congresos e integrantes de ayuntamientos en 29 entidades.

En la lista de candidatos podemos encontrar de todo, artistas, cantantes, deportistas, reinas de belleza, que no cuentan con la más mínima preparación para ejercer un cargo en la administración pública o en los Congresos, sin conciencia o compromiso social, o conocimiento para hacer leyes, presupuestos, o que no saben o no entienden cuál es la diferencia entre sexo y género.

De más está decir que se están registrando los fenómenos de “las Juanitas”, y sobre todo el que se está dando en Guerrero con la hija de Salgado Macedonio, candidatura que violó los estatutos de Morena.

Vimos el 10 de mayo que la Alcaldesa de Mérida y otros candidatos unas y unos que buscan reelegirse y otros no, llevaron un “show  chippendale” para festejar el día de las madres, con las mujeres votantes o bien que ellos mismos bailan a las adultas mayores como actos de campaña.

De más está mencionar las dichosas tarjetas rosas, violetas, o del color que sean que se están repartiendo como promesa de campaña y que bien juegan una suerte de compra del voto de las mujeres, justo ahora que estamos cursando un desempleo galopante para las mujeres que han sido las más afectadas por la pandemia y el cierre de las empresas o los recortes de personal.

Al día siguiente de la tragedia de la Línea 12 del Metro, vimos cómo candidatos carroñeros del PAN, se presentaron al lugar del accidente a dar conferencias de prensa y a pescar víctimas para convencerlas que fueran a denunciar a la Jefa de Gobierno, sin ningún rasgo de humanidad o de conmiseración por el dolor de una madre y una abuela desesperadas por encontrar a su hijo.

También encontramos que, como ya lo habíamos vaticinado, por ejemplo, en Tlaxcala, el 3 de octubre de 2019, los integrantes de la LXIII Legislatura del Congreso aprobaron diversas reformas al Código Civil del estado, entre ellas, el artículo 559, lo que ahora permite legalizar el cambio de nombre y sexo en las actas de nacimiento de las personas trans.

Se alegó, en ese tiempo, que con estas reformas al Código Civil del estado de Tlaxcala se garantizaba el derecho de las personas LGBTTTI+ al cambio de nombre y sexo en las actas de nacimiento.

Y sí, del estado que es la cuna del proxenetismo en México, Tlaxcala, donde el patriarcado florece en macetas y la discriminación y violencia contra las mujeres y las niñas brota en cada familia, cada centro de trabajo, cada universidad, cada Iglesia, cada plaza, cada calle.

Por otro lado, los posmodernos liberales del Instituto Federal Electoral emitieron lineamientos para que, además de la paridad en todo, que ya es Constitucional, se respetaran cuotas para candidaturas LGBTTTIQ+, candidaturas indígenas y afro, entre otras.

Ya en una ocasión, en Oaxaca, donde existen los Muxes, en municipios indígenas, 17 hombres de distintos partidos se hicieron pasar por Muxes para favorecerse de la cuota de género en las elecciones.

Los muxes son de Juchitán, región zapoteca del Istmo de Oaxaca; son personas que no se identifican con el género masculino o femenino sino a uno que se niega a ser definido, y que se conoce como el “tercer género”, misma identidad que ha sido reconocida y celebrada desde la época prehispánica.

Y hoy, nuevamente, nos enteramos, el pasado 6 de mayo, que en Tlaxcala 18 candidatos del partido Fuerza por México que se habían registrado como hombres, presentaron solicitud ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) para su auto adscripción como mujeres, a fin de que las planillas de candidatos a ayuntamientos cumplieran con el principio de paridad de género requerido por el ITE. Lo que significa que el partido no había cumplido con la paridad a favor de candidaturas de mujeres y entonces aparecen solicitando ser parte de la cuota de paridad que es una cuota a favor de las mujeres, porque se autoperciben como mujeres.

Y así, se configuró no sólo un grave atentado tanto contra el derecho electoral a la paridad de las mujeres tlaxcaltecas, sino incluso, se desprestigia al movimiento de la diversidad, que ya ha salido a medios a protestar por esta maniobra y está ideando cómo garantizar que quienes se registran como hombres que se autoadscriben como mujeres se confirme que lo son.

Y esto nos ha hecho pensar que lo más seguro es que no sea el único partido, ni tampoco el único estado donde se están haciendo estas trampas, cuyo único objetivo es contar con sus candidaturas completas y registradas para las próximos elecciones del 6 de junio.

También nos enteramos que un candidato de Oaxaca se estaba tratando de beneficiar de la cuota de población indígena, sin serlo, tan es así que le preguntaron de qué comunidad era originario y no supo contestar, sólo decía que era de Oaxaca.

A esto debemos añadir que a pesar de contar con el acuerdo con el INE de las declaraciones 3 de 3 contra la violencia hacia las mujeres, la Observatoria Ciudadana ha ubicado a más 70 candidatos del actual proceso electoral con denuncias por algún tipo de violencia contra mujeres. Candidatos, violadores, pederastas o pedófilos, abusadores sexuales, perpetradores de violencia intrafamiliar, lesiones, pornografía, violencia política contra las mujeres o son deudores alimentarios.

A eso debemos agregar los spots de las campañas, que no presentan propuestas, sino son un fiel reflejo de la absurda guerra sucia, como si las y los mexicanos no fuéramos mayores de edad políticamente y nos gustaran las difamaciones y los ataques, en lugar de presentarnos sus propuestas y compromisos con la ciudadanía. Toda la fuerza se les va en pleitos que muchas veces parecen de cantina, como si no los conociéramos. Todos los días termino asqueada de los spots de las campañas de todos los partidos, lo bueno es que ya falta menos, me digo todos los días para tratar de conformarme.

Y una vez más, qué tristeza, dicen que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, pero yo firmemente creo que las y los mexicanos no nos merecemos esto. Ya hace muchos años que estamos votando por lo que consideramos será lo menos peor y no lo mejor.

Y yo tengo muy claro que nosotras desde la sociedad civil debemos tener la capacidad de trabajar con cualquier partido político, con cualquier color, porque de no hacerlo no cumplimos con nuestro objeto social, pero ningún partido, ni ninguna o ningún candidato nos convencen, ni nos seducen, ni nos provocan para votar por ellas o ellos.

Y, finalmente, a esto debemos agregar que el presidente López Obrador no respeta la Constitución y se mantiene interfiriendo en las elecciones.

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