Filomeno Pinedo Rojas
Entendiendo que la política no duerme, creo que subirá de tono la casi olvidada consulta nacional para que los ciudadanos decidan si se investiga y, en su caso, castiga a los expresidentes. Esto será el primero de agosto próximo y tiene una alta relevancia, hasta por salud política y mental de la sociedad mexicana que, por décadas, ha tenido grabada la idea de que estos señores fueron corruptos, criminales y ladrones, todo en la impunidad, porque no hubo poder humano que los llevara a la justicia para aclarar su culpabilidad o inocencia.
Esto es muy necesario para que la población vuelva a confiar en que el cambio en el poder y las leyes, sirven de algo más que beneficiar a una pandilla encumbrada o, a lo más, a una clase social, pero no a la mayoría de la población que por múltiples hechos se ha sentido agraviada, sometida, humillada y en estado de indefensión contra los poderosos.
Ajustar cuentas con el pasado nos hará más libres y le dará un contenido relevante a la que llamamos cuarta transformación, que si bien es cierto avanza en el aspecto de la “justicia social” con sus programas de bienestar elevados a rango constitucional, también lo es que se debe avanzar más clara y contundentemente en el aspecto de poner fin a la impunidad de quienes abusaron del poder para cometer tropelías delictivas hasta llegar a los crímenes de lesa humanidad.
De otro modo, el proceso de despojo, genocidio y opresión iniciado por los conquistadores contra los pueblos originarios, que generó una mentalidad de conformismo con el sistema establecido y sujeción a la ley del más fuerte, cual destino manifiesto, que, dada la impunidad imperante, aún campea en el consciente y el subconsciente de las mayorías empobrecidas de nuestro país, seguirán imperando en el carácter del mexicano que se deslumbra por todos los logros de otros pueblos pero que al ver al interior de su país, expresa con desánimo, aquí no se puede.
Así visto, la consulta en puerta, puede convertirse en el parteaguas de la psicología social nacional. Dar certeza y optimismo en las múltiples posibilidades de realización, sabedores que el poderoso tendrá límites claros para su actuación porque, igual que cualquiera otro, puede ser llevado a la justicia. El “todos igual frente a la ley” tendrá un significado diferente al de hoy.
P.D. El extraño silencio…
¡Ganamos! ¡Ganamos! ¡Ganamoooos! se repetía con una intensidad de estruendo, la noche del día de la elección, y se bombardeaba por todos los medios televisivos, en radio, en redes, en periódicos al día siguiente, hasta que, reconocidos y sensatos panistas comenzaron a difundir con serenidad y aplomo… “no nos autoengañemos, perdimos todo, de calle, no hay nada para celebrar, ganó la 4T, ganó López Obrador…” y entonces, los avionados del PAN, PRI y PRD, comenzaron a silenciar su metralla mentirosa, era real, ni juntos pudieron.