Carmen R Ponce Meléndez/ Monedero
Cimacnoticias
“El mundo no será ni deberá ser el mismo después de la pandemia y que, en consecuencia, es el momento de discutir los fundamentos de un nuevo régimen de acumulación, de un sistema de bienestar y protección social distinto, de un nuevo acuerdo ambiental global y de una gobernanza mundial, regional y subregional compatible con los desafíos que enfrentamos como especie y como planeta.”
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
A la grave problemática de la migración que enfrentan familias completas -en especial niñez y mujeres- con atropello de los Derechos Humanos esenciales y penurias, se suman los “negocios de trata en las niñas”, y la represión que se ha materializado en forma sistemática con escenas como las vistas recientemente, con las familias de migrantes Haitianas.
En los últimos años, la movilidad humana (migración y desplazamiento forzado) desde los países del norte de Centroamérica ha mostrado su rostro más dramático y complejo al haber aumentado el número de migrantes en tránsito, retornados, menores de edad no acompañados, y solicitantes de asilo, así como la cantidad de familias completas y caravanas con alta visibilidad que transitan por dichos países y México.
Ante esta realidad que ha puesto la movilidad humana en el lugar de más alta prioridad en las agendas políticas y de desarrollo, el sistema de las Naciones Unidas busca coordinar y generar acciones que contribuyan a abordar el ciclo migratorio de manera integral (origen, tránsito, destino y retorno), con una perspectiva no sólo humanitaria, sino también económica, social, ambiental, y centrada en la seguridad humana y los Derechos Humanos”.
“La compleja realidad de la movilidad humana en esta subregión obedece a razones económicas, situaciones de violencia, búsqueda de reunificación familiar y presiones derivadas del calentamiento global. Además, incluye migraciones regulares e irregulares, desplazamientos internos y el movimiento de menores no acompañados, personas refugiadas y personas solicitantes de asilo.
No es un fenómeno coyuntural, sino una condición estructural.
Como señalan todos los indicadores, estos determinantes estructurales se han agravado y profundizado como consecuencia de la pandemia, en niveles que hubiera sido difícil prever hace tan sólo unos meses. No resulta entonces excesivo señalar que a la complejidad descrita del fenómeno de la movilidad se agrega un proceso social que tiene los rasgos de una crisis humanitaria.”
Cepal presenta una propuesta del Plan de Desarrollo Integral; son respuestas innovadoras basadas en la renovación y el fortalecimiento de la relación entre los países del norte de Centroamérica y los estados del sur-sureste de México.
Es un relanzamiento y expanden la escala de la integración regional, construyendo sobre lo ya construido. De hecho aquí el presidente inició este tipo propuestas económicas que dieran arraigo a la población, no sólo de Centroamerica sino la de México, soluciones a una problemática que no es temporal, agudizada por la pandemia y su correlato de crisis. Obvio, con efectos de mediano y largo plazo.
La efectiva concreción de los proyectos de alcance regional, nacional y local del Plan de Desarrollo Integral, será consecuencia del accionar de los gobiernos nacionales y locales, las instituciones de integración regional, los representantes del sector privado y de la sociedad civil, los fondos, programas y organismos especializados del sistema de las Naciones Unidas, las instituciones financieras internacionales y los donantes de los fondos necesarios para la puesta en marcha de esta agenda”.
“Se propone un camino hacia un estilo de desarrollo económicamente eficiente, socialmente inclusivo y ambientalmente sostenible, que responda a demandas apremiantes generadas por situaciones de largo y corto plazo.
De este modo, se impulsa el desarrollo económico en los países de origen para elevar el bienestar de las poblaciones desde un enfoque de seguridad humana y Derechos Humanos. La propuesta identifica respuestas innovadoras con base en la renovación y el fortalecimiento de la relación entre los países del norte de Centroamérica y México, relanzando y ampliando la integración.
Con esta mirada, entre otras cosas, el Plan de Desarrollo Integral:
• Incorpora el enfoque de Derechos Humanos y de seguridad humana (empleo, ingresos, educación, protección social, seguridad pública y medios de vida).
• Pone los Derechos Humanos de las personas en el centro.
• Fortalece los esfuerzos y las prioridades nacionales.
• Propone políticas de fomento para áreas rezagadas.
• Valora, protege y capitaliza la riqueza natural y la diversidad cultural de la subregión en beneficio de su población.
• Explora sinergias e impulsa la integración regional.
• Integra la movilidad humana en una visión de desarrollo sostenible.
Incorpora una mirada completa del ciclo migratorio (origen, tránsito, destino y retorno).
• Reexamina aspectos relacionados con la gobernanza, el fortalecimiento de las instituciones y la generación de espacios seguros en las ciudades y lugares de origen y los espacios de tránsito de las personas migrantes para su análisis y abordaje.
La pandemia de COVID-19 ha desnudado nuestras fragilidades y constituye un hecho de alcance mundial que ha revelado la insostenibilidad de un estilo de desarrollo sustentado en la profundización de las desigualdades, la extensión de la precariedad de la reproducción social, la destrucción ambiental y el debilitamiento del multilateralismo y la cooperación internacional.
“En el corto plazo nos estamos jugando el largo plazo. La manera de recuperarse importa tanto como la recuperación misma”. Esta afirmación vale y mucho, es esencial para las definiciones de políticas públicas del gobierno nacional y la atención que pone a su política para las mujeres. En América Latina y el Caribe, reconstruir mejor implica reconstruir con igualdad.
La pandemia ha puesto en evidencia las condiciones de precariedad en que se desenvuelve la vida de decenas de millones de personas en la subregión en materia laboral y de ingresos, de acceso efectivo a derechos fundamentales (la salud en primer lugar), de dotación de agua potable y de disponibilidad de vivienda adecuada, condiciones básicas para cumplir las recomendaciones sanitarias.
Como puede constatarse, los factores económicos, sociales y ambientales que están en la base de la acentuación de los procesos de migración, refugio y desplazamiento interno, no sólo persisten, sino que se han agudizado. Informaciones recientes sobre el deterioro de las condiciones de vida, por ejemplo, en el Corredor Seco Centroamericano y otras regiones, permiten hablar no sólo de la intensificación de la movilidad humana, sino también, como ya lo señalamos, de la gestación de una crisis humanitaria.
La posición geográfica de México, su extensa frontera con el país objetivo de todas las y los migrantes, y su estrecha relación económica con Estados Unidos y Canadá signada por un tratado, hacen inevitable y forzoso el fijar claramente una postura humanitaria ante la migración, protectora y más independiente de los intereses del país vecino del norte. Esto es, ha sido y será un tema para las mujeres que se precien de ser feministas.
PD:
Nobel de Economía para especialistas por su análisis del mercado laboral. Los resultados de sus investigaciones mostraron que el aumento del salario mínimo no supone necesariamente una reducción del empleo. Signos positivos de los nuevos tiempos.
Por fin se reconoce que la gran mayoría de las políticas públicas que tanto han dañado a la clase trabajadora no tienen ningún sustento científico, son ideología que nutre a los dueños del capital y su proceso de acumulación, supercherias como eso de que aumentar el salario provoca inflación o disminuye el empleo. ¡Bravo!.
El Premio Nobel de Economía de este año ha sido compartido entre el canadiense David Card, el estadounidense Joshua Angrist y el neerlandés Guido Imbens.
Con experimentos naturales, Card analizó los efectos del salario mínimo, la migración y la educación en el mercado laboral. “Sus estudios de principios de los años 1990 pusieron en entredicho las ideas recibidas, lo que condujo a nuevos análisis y nuevas perspectivas”, según el jurado.
Gracias a sus estudios, “nos hemos dado cuenta de que los recursos en los colegios son mucho más importantes para el futuro éxito de los estudiantes en el mercado laboral de lo que pensábamos”.