Manuel Ibarra Santos
La promoción de la cultura dejó de ser desde hace más de tres décadas elemento estético de ornato y elitista (en la más trivial y acotada de sus concepciones), para constituirse en columna de la transformación económica, del bienestar y base de la dignidad de las sociedades contemporáneas. Por lo menos esa es la apreciación que aporta <con mucha razón>, el paradigma del desarrollo humano, socializado en el mundo a partir de finales de la década de los noventa del siglo XX.
En Zacatecas, por eso es importante estimular y promover el debate de fondo: ¿Promoción de la cultura, para qué? ¿Será acaso para generar crecimiento, desarrollo y bienestar colectivo? ¿Cómo antídoto contra la violencia criminal? ¿Cómo palanca para construir una sociedad justa, digna y orgullosa de su pasado y futuro?
Por lo pronto, en la ciudad capital de nuestro Estado se ha realizado con éxito el Festival Cultura de Zacatecas en su edición 2022, luego de dos años de devastadora crisis pandémica, acontecimiento que ha servido para varias cosas: (1)para recuperar los niveles de convivencia social armónica, (2)para estimular la actividad económica, (3)para reducir los sentimientos de traumatismo colectivo asociados a la violencia criminal y (4) para saltar la trampa/secuestro del confinamiento prolongado del que ha sido objeto la sociedad por el coronavirus.
Sin duda, por esos y otros motivos, la decisión del gobernador David Monreal Ávila de organizar el Festival Cultural/2022, (y no esperarse para mejor ocasión) se ha convertido en una determinación atinada, con repercusiones positivas para la sociedad.
Queda demostrado con esto, que el tema de la promoción de la cultura tiene y debe ocupar una posición de corte transversal en las políticas públicas del Gobierno de Zacatecas. Sí la administración de David Monreal actúa con esa motivación (como parece ser que así sucederá), mucho se logrará y avanzará, a efecto de superar modelos anacrónicos del desarrollo y el crecimiento económico.
El paradigma del desarrollo humano (al igual que sus precursores: el hinduista Amartya Sen y el pakistaní Mahbud Ul Haq), consideran que sólo tres elementos podrán hacer posible la constitución de una sociedad más digna, justa e igualitaria: cultura/educación, arte y ciencia.
De hecho, a partir del 2004, con la consolidación de este paradigma, se dio el giro de 180 grados en relación a las concepciones filosóficas sobre la sociedad y Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, ha sostenido con profundos argumentos incontrovertibles que la cultura es la base del desarrollo económico del mundo actual.
Contrario a esto, durante casi todo el transcurso del siglo XX y antes, la cultura y el desarrollo fueron vistos como ejes distantes, incluso excluyentes dentro de la acción gubernamental (García Canclini, 1990).
Las renovadas visiones teóricas, subrayan que la cultura participa en el desarrollo, al menos en tres sentidos: 1).-Es un componente básico del crecimiento económico, el bienestar y la igualdad colectiva; 2).-Es la base ética de la dignidad individual y social; y 3).-La transformación de la estructura productiva sólo puede hacerse desde la perspectiva de las políticas culturales.
En el caso de México, la cultura tiene un impacto importante en la economía. Las actividades en el sector aportan el 3 por ciento del Producto Interno Bruto/Nacional y genera en promedio al año más de un millón de empleos directos e indirectos (Fuente: INEGI).
En Zacatecas, su Instituto de Cultura, por razones categóricas tendrá que modificar su papel tradicional de fondo y dejar de ser sólo organizador de festivales, para adoptar un papel protagónico de mayor calado, a efecto de que la cultura se convierta en el factor esencial del desarrollo económico, del bienestar y la dignidad de las personas.
Lo menos que puede hacer el Instituto de Cultura de nuestro Estado, es hacer posible que aumenten los niveles de consumo de los productos culturales entre la población zacatecana. Sí no se avanza en eso, poco o nada habremos logrado. Uno de esos índices donde padecemos rezagos fuertes, es en los niveles de lectura, que se tienen que modificar para bien.
Por eso, la promoción de la cultura tiene que colocarse en el centro y de manera transversal en las políticas públicas del Estado de Zacatecas.
EL MARCO NORMATIVO DE LA CULTURA EN ZACATECAS.
Sí uno revisa con lupa y detenimiento el marco normativo para la promoción de la cultura en Zacatecas se encontrará uno con apreciaciones jurídicas interesantes, pero mucha de ellas realmente obsoletas.
La Ley de Cultura del Estado de Zacatecas se conforma con una estructura jurídica de 53 artículos y 5 transitorios. No obstante que su última y más reciente reforma data del 2021, es tiempo de someterla a una profunda actualización, a fin de que incorpore las concepciones más avanzadas del desarrollo humano pleno, en el que la cultura juega un rol esencialmente determinante.
Se requiere de un nuevo marco normativo, porque tienen razón los especialistas del mundo jurídico, al afirmar que los cambios inician por la actualización de los conceptos legales del derecho.
Es evidente que se requiere una nueva política cultural que genere una estrecha relación y vínculo entre desarrollo, crecimiento, bienestar, igualdad social y dignidad colectiva.
EL FESTIVAL CULTURAL, UN ACIERTO,
Tenemos que admitir, más allá de posiciones maniqueas, que la recuperación en la organización del Festival Cultural de Zacatecas, ha resultado un acierto de David Monreal Ávila.