Manuel Ibarra Santos
Ha quedado demostrado que los profesores y profesoras representan no sólo la fuerza más extraordinaria para lograr la meta de una educación de excelencia, sino que son también (como actores del cambio), el motor del desarrollo y el núcleo para construir una sólida cultura de la paz y la no violencia, más aún en un Estado como Zacatecas con su perfil social específico. Por eso, lo menos que se puede hacer, es ofrecer a los maestros, un trato digno, profesional y justo, para que cumplan su misión a plenitud.
En Zacatecas se cuenta con un ejército impresionante y numeroso de más de 45 mil trabajadores de la educación (entre profesores y personal de apoyo), que bien organizados pudieran erigirse en los soldados del desarrollo humano, de la cultura de la paz y la no violencia. Para concretar eso, se requiere iniciativa creadora, proyectos innovadores, programas estratégicos y acciones que se aterricen efectiva y adecuadamente.
Un primer paso para avanzar en ese sentido, implica recuperar y reivindicar la alianza histórica entre los profesores, la sociedad y la autoridad, en una entidad como la nuestra que es cuna de la primera escuela normal (en 1825) formadora de docentes en América.
En Zacatecas existen las condiciones históricas para colocar en el centro de las políticas del desarrollo y la promoción de una educación por la paz, a los maestros. Sin eso, nuestro Estado difícilmente avanzará. Y eso lo sabe el gobernador David Monreal. Por eso, es inequívoco que el mandatario ha ubicado a la educación de excelencia, como una de sus prioridades.
Reivindicar el rol socio/profesional de los docentes, en el contexto de las políticas del desarrollo, es incuestionablemente una de los compromisos de la administración estatal actual. Sin eso, poco o nada se podrá hacer.
Hoy, por lo que se sabe, se cuenta con las bases presupuestales (producto de las negociaciones con la federación), para garantizar el pago de salarios a los maestros y maestras. Incluso, pudiera haber las condiciones para avanzar en la federalización de la nómina de los profesores, hecho que marcaría positivamente un referente en la vida del país.
De ser así, y sí se dispone de los operadores adecuados, en Zacatecas bien se recuperaría el trato éticamente justo, correcto y digno que merecen todos los profesores y profesoras de la entidad.
Y es que no es remoto que, en el mediano plazo, la Federación ponga a disposición del gobierno de Zacatecas, la vacancia de plazas suficientes, para absorber el pago de los profesores hoy con financiamiento estatal. Sí esto sucediera (y no se detiene el proceso) sería una conquista y logro monumental para nuestro Estado.
Lo anterior se registra en momentos en que la profesión docente, en México y el mundo, experimenta una resignificación simbólica profunda de su función, producto de los cambios planetarios que se desprenden de la avasallante revolución científica y del impacto de la pandemia del coronavirus, contingencia que ha potenciado la digitalización de los procesos de enseñanza/aprendizaje.
Durante el periodo del confinamiento por la pandemia sanitaria, los maestros y maestras se constituyeron en héroes anónimos, que no solamente atendieron a niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Se convirtieron simultáneamente en brújula orientadora de las familias. Sin ellos, el desastre hubiera sido mayor. Ninguna otra profesión realizó tal función. Sin embargo, no se les reconoce.
Los profesores y profesoras enfrentan ahora en su formación, como nunca, nuevos desafíos que hay que racionalizar adecuadamente, para que sigan cumpliendo su función como noble profesión que aporta luces, no solo en la formación de las nuevas generaciones, sino en la transformación y al desarrollo de nuestra sociedad.
Resulta relevante, por eso, consolidar el desafío institucional para revindicar el trato justo y digno para las maestras y maestros de Zacatecas, única profesión cuyos representantes se localizan laborando en los 58 municipios y en todas y cada una de las comunidades rurales, por muy alejadas que éstas se encuentren.
PROFESORES AL CENTRO:
En las naciones asiáticas y europeas de mayor desarrollo (Singapur, Japón, Corea del Sur, China, Suecia, Suiza, Alemania, Inglaterra y Finlandia, entre otras) los docentes se ubican en el centro de la atención de las profesiones, de la educación, pero también del desarrollo.
Sólo tienen acceso en esas sociedades a estudiar la carrera docente, aquellas personas que acreditan en su itinerario de formación académica, los mejores niveles de aprovechamiento, las más óptimas conductas y comportamiento. En esa profesión, no se permiten la improvisación, la deshonestidad y la corrupción, en los procesos de reclutamiento de quienes serán futuros profesores.
Pero de la misma forma, los profesores y profesoras, en esos países (por el trascendente servicio en favor de la población) gozan del mejor trato social y de las mayores consideraciones económicas, por encima de cualquier otra profesión.
LOS MAESTROS Y SU HISTORIA
En Zacatecas, tierra de la primera escuela normal para maestros de América, menester es que se asegure, siempre, un trato digno los docentes.