Manuel Ibarra Santos
Ante los escenarios de múltiples violencias que sacuden a nuestra sociedad, improrrogable resulta sentar (con carácter emergente) los cimientos de una sólida cultura de paz, fundada en una educación en valores. Construir los rieles donde se pueda desplazar una enseñanza de esta naturaleza, es un imperativo categórico, que no se puede posponer, para no heredar a las futuras generaciones el estigma del horror del crimen y la violencia.
La cultura de paz se traduce en un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y su dignidad, que pone en primer plano la protección de los derechos básicos de los ciudadanos, que rechaza la violencia en todas sus formas y refrenda su adhesión a los principios de libertad, justicia, solidaridad y tolerancia, por lo menos así lo ha definido la UNESCO en su Declaración Sobre la Paz en la Mente de los Hombres.
¿Qué se requiere para avanzar en la construcción de una cultura de paz? Una primera iniciativa consiste en elevarle al nivel de reconocimiento jurídico/constitucional, debido a que lo que no se nombra y racionaliza desde el espíritu de la Ley, simplemente no existe. La pregunta obvia que debemos hacernos es el por qué en Zacatecas la Legislatura no ha dado ese paso crucial.
Una segunda etapa en la configuración de un rostro humano que dé atención al tema, implica traducir los ideales de cultura de paz y la no violencia, en planes y programas de estudio y en contenidos curriculares que hagan posible su operacionalización en los hechos, que impacte positivamente en la estructura de la sociedad. Es este, por supuesto, otro expediente por cubrir.
La construcción de una fuerte cultura de paz y la no violencia es responsabilidad, cierto, de la autoridad, pero también de la sociedad civil organizada y para conjuntar esfuerzos en la materia se requiere contar con una suficiente y profunda conciencia colectiva en relación a la relevancia de este tema, asunto al que no le hemos dado la importancia debida.
En la ruta para forjar una fuerte cultura de paz, la educación formal y no formal, es el componente fundamental sin el cual no se puede avanzar. Por ese motivo, la promoción de procesos de enseñanza-aprendizaje de excelencia, son una prioridad de primer orden.
El pensador español Federico Mayor Zaragoza (1934…), exdirector general de la UNESCO y actual presidente de la Fundación Mundial por la Paz, fundamenta el por qué la educación es determinante en la creación de una cultura de paz y lo argumenta de la siguiente manera: “El concepto de guerra y de violencia surge en primera instancia en la mente de los seres humanos, y es ahí donde inicialmente hay que procesarla y revertirla”.
En términos generales, la cultura de paz tendrá que privilegiar, entre otros, los siguientes principios y postulados:
1).-El respeto a todos los derechos humanos; 2).-Favorecer el desarrollo económico y social sostenible; 3).-Asegurar la igualdad entre mujeres y hombres; 4).-Estimular la participación democrática; 5).-Fortalecer la comprensión, tolerancia y solidaridad; 6).-Impulsar la comunicación participativa y la libertad; 7).-Promover la seguridad ciudadana; y 8).-Ubicar en el centro la educación de calidad.
En la matriz central de la cultura de paz y no violencia, el diálogo plural y democrático entre todas las fuerzas políticas, es una condición necesaria para aspirar a resultados exitosos. Sin este elemento, no se puede avanzar.
Asegurar el financiamiento de una educación de calidad para todos e incrementar las inversiones en la producción de ciencia y tecnología con sentido social, son factores que se tendrán que privilegiar en los esfuerzos que se realicen para consolidar una cultura de paz.
LA UNESCO Y ZACATECAS:
La UNESCO y un grupo de especialistas mexicanos han propuesto implementar un rico y vasto programa de formación en Zacatecas de miles de agentes por la paz en los 58 municipios, que consideraría también los siguientes elementos adicionales: 1).-La realización de un diagnóstico actualizado en el corto plazo de las nuevas violencias en la entidad; 2).-La elaboración de textos (libros físicos y digitales)) con contenidos específicos sobre el tema; y 3).-La implementación de una amplia estrategia de capacitación para académicos, educadores, representantes de la sociedad civil y de los entes públicos, en sus diferentes niveles.
Lo ideal sería que, la operación de estrategias de esta naturaleza no se detenga por razones de carácter financiero. Hay que impedir que se impongan criterios reduccionistas de ahorrar centavos para no ganar pesos, cuando la utilidad en verdad sería enorme, sobre todo tratándose de la formación de calidad y en valores, en beneficio de niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
En esta estrategia, de concretarse, se estaría sumando un equipo especializado de la Asociación de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).
CULTURA DE PAZ:
En Zacatecas necesario es construir los pilares de una sólida cultura de la paz.