Opinión

dma 11102022 scaledInstrumento de justicia, bienestar y desarrollo, así como motor de los cambios

Manuel Ibarra Santos

La educación pública para constituirse en instrumento de justicia, bienestar y desarrollo, así como en motor de las transformaciones, requiere apartarse de la ruta de la frivolidad y la ineptitud. Para lograr eso, se necesita poner en el centro la atención de las necesidades sociales y alejarse de las visiones discursivas triviales y de los debates que oscurecen el horizonte de futuro. Estacionarse en las miserias humanas, en este ámbito de la cultura, podría perpetuarse como un equívoco fatal.

            Por lo menos eso es lo que plantea la UNESCO en los resultados de su más reciente encuesta mundial titulada Los Futuros de la Educación Superior: Caminos hacia el 2050, documento que concentró las voces y opiniones de 50 mil ciudadanos (la mayoría de ellos jóvenes), de más de 90 países, de todos los continentes. Las conclusiones de dicha investigación son aleccionadoras para todas las sociedades del orbe.

            En principio, la educación para que rinda resultados positivos y exitosos para la sociedad (así lo postula la UNESCO), tiene que estar formulada desde la perspectiva de políticas racionalmente claras, sustentadas en modelos de planeación estratégica eficientes, conducidos con liderazgos académicos sólidos y acompañados por compromisos éticos responsables desde el aparato de Estado. Sin esto no hay nada que valga.

            Los resultados de la referida encuesta mundial sobre educación del futuro, se organizaron y concentraron para su procesamiento en 4 apartados: 1).-Calidad de vida; 2).-Cambio social; 3).-Cuidado del medio ambiente; y 4).- Desarrollo y tecnología.

            En el capítulo de calidad de vida, la mayoría de los encuestados precisaron que la educación tendrá que ser útil para elevar el bienestar colectivo (26%), para promover la cultura de paz (26%) y para mejorar la salud pública (21%). Y consideraron, todos, que la honestidad versus combate a la corrupción, es un ingrediente básico para el desarrollo.

            En el apartado de “cambio social”, los ciudadanos de todo el mundo consultados, aceptaron en más de un 40%, que la educación pública tiene la responsabilidad y el compromiso de constituirse en factor generador de justicia e igualdad social. El 88% de la gente en el mundo manifestó, por otra parte, su preocupación por el destino ambiental del planeta.

            En el renglón de “desarrollo y tecnología”, el 42 por ciento de las voces de los encuestados demandan trabajar desde las políticas públicas, para superar los profundos niveles de desigualdad en el acceso a los procesos de digitalización.

            Específicamente, en América Latina y el Caribe, el 43 por ciento de los ciudadanos, reclaman, plantean y proponen que sea la educación la principal herramienta de las transformaciones y del cambio social.

            Hoy en el mundo, como se observa, la discusión y el debate, después de la devastación pandémica del covid-19 que ha sufrido la humanidad, es en relación sobre cuáles son o deben ser los futuros de la educación (camino hacia el 2050), qué retos enfrenta, qué cambios deben hacerse y qué tipo de maestros hay que formar y con qué perfiles.

            La UNESCO ha dicho reiteradamente que sí deseamos como sociedad construir horizontes futuros de certidumbre, pertinente es ubicar a la educación como una prioridad de las políticas de Estado. ¿En realidad se trabaja, así, en México y en Zacatecas? ¿O vamos en dirección contraria?

            La peor tragedia que puede sufrir una sociedad es que a la educación pública se le trate irresponsablemente con mezquindad y no se le dé el lugar que merece. Ese hecho resultaría criminal para el futuro de un pueblo, sino no se le ofrecen los servicios de enseñanza-aprendizajes de calidad.

            Los actores principales del hecho educativo tienen ahora la responsabilidad de trazar caminos de interconectividad para que la educación propicie bienestar social, mejore la calidad de vida de la población, motive el cambio, aliente el cuidado del medio ambiente y propicie el desarrollo digital con igualdad.

            Apartar a la educación de las “garras” de la frivolidad y la incompetencia es una exigencia colectiva que está presente en el mundo, en México y Zacatecas, no es la excepción.

            LOS CAMINOS DE LA EDUCACIÓN:

            El único componente cultural que en Zacatecas puede ayudar a superar los nudos del desarrollo, del estancamiento, del poco dinamismo económico y de los escenarios de violencia criminal es, sin duda, la educación. No hay de otra.

            La educación superior desempeña, en particular, un papel crucial en el empoderamiento individual, del desarrollo comunitario, la prosperidad colectiva y la cohesión social. Eso lo establece el estudio investigativo realizado por expertos de la UNESCO, denominado Los Futuros de la Educación Superior: Caminos hacia el 2050, y cuyos resultados se publicaron recientemente.

            Mejorar la oferta de educación superior en Zacatecas es urgente, porque en la actualidad sólo se cubre al 36 por ciento de la población en edad de cursar una licenciatura, cuando a nivel nacional el promedio es del 42%.

            JUBILAR LA FRIVOLIDAD EDUCATIVA:

            Jubilar la frivolidad y la ceguera en el mundo educativo, resulta crucial y determinante para el desarrollo.

           

           

           

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