Manuel Ibarra Santos
En la ruta por la sucesión presidencial 2024, en esa disputa inédita por el control del país, Zacatecas se colocó en la más reciente semana en el centro de la política nacional y en donde ha destacado el protagonismo con fuerza inusitada de Ricardo Monreal Ávila, el reconocido operador eficiente de López Obrador, quien ha creado valiosos espacios de gobernabilidad desde el Senado, al construir como ninguno, con extraordinaria habilidad, puentes de comunicación con todas las fuerzas de México.
En los anales de la historia nacional, por lo menos en el último siglo de vida política, de Álvaro Obregón, en 1920, a la fecha con Andrés Manuel López Obrador, ningún zacatecano había registrado tanta presencia en la lucha por una sucesión presidencial como ahora la tiene Ricardo Monreal, con su propuesta de reconciliación nacional, la que ha sido recibida bien por las más diversas expresiones de izquierda, derecha y centro. Tan es así, que el propio jefe de la Nación, desde la conferencia mañanera, le ha expresado su respeto.
En los más recientes 100 años de vida política en la Nación, ha transcurrido el desempeño de 20 presidentes de la República y en el 2024 se elegirá al número 21 en ese lapso de tiempo.
En esta sucesión presidencial jugará indudablemente un papel clave Ricardo Monreal, quien ha dicho que se siente con “capacidad, lucidez, actitud y fuerza para conducir los destinos de México” y que en sus aspiraciones “ni me dejo ni me rajo”, lo ha dicho el zacatecano.
Lo deseable será que, de esta coyuntura vinculada a la disputa por el poder presidencial en el 2024, Zacatecas salga bien librado y se puedan desatar los nudos que obstaculizan su desarrollo y se supere la trampa de la violencia criminal que hoy azota a nuestra entidad.
Layda Sansores (y el grupo que la regentea en el país) nunca pensó que los ataques que lanzaría en contra de Ricardo Monreal, desde su trinchera del “Martes del Jaguar”, se convertirían en un bumerán, <en lugar de ser una estrategia de aniquilamiento y debilitamiento>, en un factor de promoción y empoderamiento nacional en favor del político zacatecano.
Y es que, por lo que se ve, Layda y sus aliados, no conocen a Ricardo Monreal, político profesional mexicano de amplia trayectoria, quien en los escenarios de tormenta política (incluso en los más adversos), él se crece. Es un singular espécimen de gran resistencia moral que nada a contracorriente frente a las campañas de calumnia y difamación. Así lo ha demostrado. Esta no será la excepción.
En el litigio abierto en “El Martes del Jaguar”, el carácter pendenciero, mafioso y frívolo de Layda Sansores, extralimitándose en sus funciones, quien ha caído en el bajo perfil de gobernante “porril”, ha recibido lecciones que la campechana (y sus patrocinadores) no podrán olvidar. Se ha impuesto la mensura de Ricardo Monreal. De este diferendo, podemos destacar varios puntos:
1).-Se ha impuesto la prudencia y el oficio de Ricardo, frente al comportamiento golpeador y frívolo de Layda; 2).-Se ha subrayado la tesis de que la ilegalidad no debe ser, por ningún concepto, la base para promover los valores de la democracia; 3).-El espionaje es una práctica ominosa que destruye la posibilidad de construir acuerdos. Eso lo tendrá que entender la gobernadora de Campeche; 4).-La unidad es fundamental para reconducir la vida de la Nación, como lo formuló el líder del Senado, contrario a la división que sistemáticamente estimula la titular del “Martes del Jaguar”; y 5).-La construcción de pactos de corte plural en la política, son esenciales para la gobernabilidad de México.
Layda Sansores y su grupo han actuado con una conducta en extremo perversa y mafiosa al pretender provocar el mayor daño individual y colectivo, no sólo para aniquilar las aspiraciones políticas de Ricardo, sino que también buscaron hacia Zacatecas, sin medir consecuencias, crear un clima de incontrolable ingobernabilidad, al filtrar un rosario de falacias sobre el proceso electoral del 2021 en nuestro Estado. En ambos planos, la intriga de la gobernadora de Campeche fracasó.
En los comicios del 2021 triunfó de manera incontrovertible (con suficiente legitimidad) a la gubernatura David Monreal, quien obtuvo el 49.33% del total de los votos ciudadanos, resultados avalados por los tribunales y las instancias legales.
Todo lo demás queda en el plano de las elucubraciones, de la intriga, de la inoperancia y los pretextos para justificar derrotas. Y quien puede negar que la política está aderezada por acuerdos sólidos. Quizá sólo los ingenuos.
LOS PRESIDENTES EN UN SIGLO:
La República ha tenido en un siglo de historia, de 1920 a la fecha, un total de 20 presidentes. En el 2024 los ciudadanos elegirán al sucesor de Andrés Manuel López Obrador. Y en ese proceso Ricardo Monreal jugará un papel protagónico y estratégico, que resultará decisivo y fundamental.
Es inequívoco que la sucesión 2024 será de pronóstico reservado. Y más cuando las fuerzas políticas están en proceso de reacomodo y recomposición.