Opinión

GN GpeManuel Ibarra Santos

            La muerte trágica y lamentable en manos de criminales del general José Silvestre Urzúa Padilla, un militar ejemplar con más de 40 años de servicio, sacudió la estructura del sistema de seguridad e inteligencia nacional y puso en contexto, como nunca, la importancia de combatir a las organizaciones delincuenciales, como premisa para garantizar la viabilidad presente y futura de la estabilidad de la Nación.

            Ese hecho violento, por su perfil criminal, trascendió y desbordó las fronteras estatales y prendió las luces de alarma de los dispositivos de seguridad interior del país. ¿Dónde quedaron, entonces, los protocolos de los equipos profesionales que manejan la estructura de la inteligencia nacional, que hoy fueron incapaces de impedir que un militar de más alto rango fuera victimado por la delincuencia organizada?

            El asesinato y sacrificio del general José Silvestre Urzúa, un acontecimiento que marca la historia de la Secretaría de la Defensa Nacional y de nuestro país, debiese obligar al Estado Mexicano a tomar decisiones firmes y de fondo, para colocar el combate de la violencia criminal que azota a Zacatecas, como una prioridad nacional.

            El gobierno de la República tiene mucho que hacer en materia de seguridad pública, seguridad ciudadana y seguridad humana, en su apoyo y coordinación con Zacatecas. El narcotráfico es un delito de envergadura federal que, como tal debe abordarse, con una adecuada colaboración con los otros niveles de la administración pública.

            Por lo pronto, el gobernador David Monreal Ávila, en un momento complejo y difícil para nuestro Estado, con determinación salió a dar la cara, frente a este complejo acontecimiento, para ratificar su compromiso de continuar con el esfuerzo por la pacificación de Zacatecas.

            Y es evidente que, por las ramificaciones del narcotráfico como una industria global, será imposible que se le combata con eficiencia, sino es con la suma de esfuerzos entre los diferentes niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.

            La muerte del Comisario de la Guardia Nacional en Zacatecas que sacudió la estructura de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), deja también en periodo de luto al Instituto Armado, en particular a la familia numerosa de los generales, en total 541, que al Ejército Mexicano sirven, de los cuales cinco son mujeres.

            El Ejercito se integra en la actualidad con más de 222 mil efectivos (más los 112 mil de la Guardia Nacional), encabezados por 541 militares con el grado de generales en activo, tal vez con el número más elevado, sólo superado con el registrado en el periodo de la Revolución de 1910 (Fuente: SEDENA/2022).

            En la etapa de las luchas revolucionarias de 1910, se tuvo la certificación documentada de la existencia de más de mil militares con el grado de generales, según lo demuestran las investigaciones realizadas por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).

            El asesinato del Comisario de la Guardia Nacional en Zacatecas deja igualmente una profunda huella de dolor y marca un hecho inédito porque en la historia reciente de la milicia no se había tenido nunca la muerte de un general en manos de las mafias criminales.

            Es terriblemente lapidario que, en una tierra nativa de prestigiados militares, como lo es Zacatecas, se haya sacrificado la vida del general José Silvestre Urzúa Padilla, quien pereció en los tentáculos de las mafias del crimen organizado. ¿Su muerte quedará impune? Esperemos que no.

            La seguridad pública se mantiene, por lo tanto, como el tema de temas, siendo la más elevada prioridad en las políticas públicas. El desarrollo pleno de nuestro Estado, pasa por la resolución de este crucial problema.

            LA PRESENCIA DEL EJÉRCITO

            En un siglo de historia, de 1920 a la fecha, la Secretaría de la Defensa Nacional (y su antecedente el Ministerio de Guerra), ha tenido 34 ministros, de los cuales casi el 10 por ciento de ellos han sido generales nacidos en Zacatecas.

            En los más recientes 100 años de vida, tres zacatecanos han tenido el honor de ser secretarios de la Defensa Nacional. Ellos son: 1).-Enrique Estrada (1920-1921); 2).- Joaquín Amaro (1924-1930); y 3).-Matías Ramos Santos (1952-1958).

            El general Enrique Estrada fue ministro de Guerra, en el gobierno de Álvaro Obregón; Joaquín Amaro, en la administración de Plutarco Elías Calles; y Matías Ramos Santos, en el régimen de Adolfo Ruíz Cortines.

            El Ejército Mexicano ha tenido una fuerte presencia en la vida de Zacatecas; pero hay que decir que Zacatecas ha registrado una protagónica influencia en la evolución del actual Instituto Armado.

            A lo largo de 200 años de historia, en nuestro país han existido tres ejércitos con carácter nacional: a).- El Trigarante, en 1821; b).-El que surgió de la Revolución de Ayutla, en 1854, denominado como el liberal republicano; y c).-El constitucionalista, en 1913, antecedente inmediato del Ejército actual.

            LA SEGURIDAD, UNA PRIORIDAD.

            La muerte del general José Silvestre Urzúa Padilla ubica, como nunca, a la seguridad, como el tema de temas.

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